Una pequeña maquinaria política bogotana muestra cómo unos mismos votos pueden terminar en orillas distintas hoy - y eventualmente volver a unirse en la misma el día de las votaciones.
Olga Lucía Serrano, una edil verde de Usaquén que históricamente ha sido peñalosista, quiere dar el brinco al Concejo y ya se inscribió en la lista de su partido. Mientras tanto, su hija Carolina Peña, que hasta hace dos meses era secretaria privada del representante de Bogotá y hoy presidente de Cambio Radical, Rodrigo Lara, aspira a reemplazarla y heredar los 5.322 votos que sacó su mamá hace cuatro años.
El aval de Serrano no está asegurado y su caso ya llegó a la dirección de Alianza Verde. Mañana la dirección distrital verde va a hacer una audiencia a los 130 precandidatos al concejo y los 480 a ediles como parte de su proceso para definir las listas finales. Van a averiguar no solamente a quién apoyan en estas elecciones sino a quienes apoyaron el año pasado.
La aspiración de Serrano está enredada no solo porque está apoyando a Peñalosa -que no es candidato de la Alianza Verde- y porque su hija se llevaría sus votos a otro partido, sino porque el año pasado, cuando Peñalosa sí era candidato de ese partido a la Presidencia, ella prefirió apoyar a Juan Manuel Santos.
Pero si termina avalada por los verdes, los votos irían a Cambio Radical para la JAL, a la Alianza Verde para el concejo y a Peñalosa para la alcaldía. Aunque a lo mejor Serrano es una visionaria y sus votos terminan hasta juntos, pues no se ha definido si Cambio apoyaría a Peñalosa (algo improbable pero no imposible) ni si el candidato Verde, Carlos Vicente de Roux, va hasta el final.