Hoy en la Comisión Primera de Senado se hundió el proyecto de reforma constitucional [1] que buscaba unificar los períodos de alcaldes y gobernadores con las demás elecciones. Pero antes de esa muerte anunciada el senador Roy Barreras [2] se la jugó toda para aplazar el debate, lo que habría abierto una ventana para que el Gobierno, que presentó el proyecto, lograra voltear a algunos congresistas y salvarlo. Al final, ese salvavidas se pinchó.
Las movidas de Barreras llamaron mucho la atención por su creatividad.
Primero pidió una audiencia pública para que hablaran los actuales alcaldes y gobernadores en la Comisión, con lo que se ganaría tiempo. Pero como esos mandatarios se verían eventualmente beneficiados por el proyecto (pues permite su reelección o la prolongación de su período por dos años más), están impedidos para hacerlo. Así que no hubo audiencia.
Luego apareció hoy, justo antes de empezar el debate, contando que acababa de radicar una ponencia y pidiendo que se aplazara la discusión mientras su ponencia era publicada en la gaceta del Congreso.
Resulta que la regla es que antes de un debate deben estar radicadas y publicadas las ponencias a debatir. En este caso, la semana pasada se había radicado otra ponencia, firmada por siete de los ocho ponentes (de todos los partidos) y que buscaba hundir el proyecto.
Barreras argumentó que su ponencia tenía también derecho a ser discutida y en eso lo secundó el Ministro de Interior Juan Fernando Cristo [3]. Mientras tanto, en los corredores se decía que esa era una estrategia que nadie había intentado nunca.
Los oponentes del proyecto, como la uribista Paloma Valencia, la verde Claudia López [4] y Armando Benedett [5]i de La U, se opusieron argumentando que Barreras la había presentado extemporáneamente y por eso no había que tenerla en cuenta.
Al final ganaron la pelea, se hizo el debate y el proyecto se hundió con 12 votos contra cero. Y Barreras se quedó con la creatividad pero sin el proyecto.