Sobre el papel debería ser un escenario ideal para Clara López [1]. Hay un enorme rechazo por la clase política tradicional, la destitución de Gustavo Petro disparó una ola de indignación [2] y los paros agrarios han puesto al país a hablar [3] de banderas tradicionales de la izquierda como el libre comercio como fuente de los males que aquejan a la industria y el campo. Pero, paradójicamente, la candidata presidencial que representa todo eso no pasa del 6 por ciento de las encuestas y parece alejarse de la segunda vuelta.
La última encuesta [4] de Ipsos-Napoleón Franco -publicada por Semana, RCN, RCN Radio y La FM- muestra un panorama preocupante para la campaña de Clara, que pasó de estar empatada con Óscar Iván Zuluaga [5] y Enrique Peñalosa [6] en 9 por ciento de intención de voto a estar igualada con Marta Lucía Ramírez [7] en la cola de las preferencias.
En esa encuesta -que, como contó [8] La Silla, muestra a Santos estancado y a Zuluaga y Peñalosa perfilándose como sus rivales- Clara pierde tres puntos y se les aleja. Con eso, regresa a las intenciones de voto que tenía a finales del año pasado y desaprovecha el empujón de unas elecciones al Congreso en las que su colega polista Jorge Robledo sacó la mayor votación.


Aunque se podría decir que su caída está dentro del margen de error respecto a la anterior encuesta, el problema es que la candidata del Polo Democrático cae en casi todos los sectores de la población. Perdió siete puntos en Bogotá, donde antes tenía el doble y parecía estar recogiendo la indignación por la destitución de Petro.
Cayó en todas las edades, incluyendo cuatro puntos entre los jóvenes de 18 a 24 años y los de 25 a 34 años, que eran precisamente sus dos más fuertes. Bajó en todos los estratos y en cuatro de las seis regiones del país, subiendo sólo en el Pacífico (seis puntos) y en el Oriente (por debajo del margen de error).
Además, se está desperfilando a ojos de los votantes más independientes, un sector donde están muchos de los indecisos. Perdió a una parte importante de las personas que votaron por Antanas Mockus hace cuatro años y entre las personas que no tienen un partido político cayó hasta el 7 por ciento.
Su nivel de desconocimiento subió del 45 al 47 por ciento, un indicio de que la campaña no ha sido muy efectiva y de que su ofensiva publicitaria en televisión -que comenzó este domingo [9]- deberá rendir frutos en muy poco tiempo.
Y para completar, sólo genera sentimientos positivos entre los indecisos y entre sus propios votantes, según la metodología que Ipsos ha desarrollado mundialmente y que usó por primera vez en Colombia para medir las emociones que generan los candidatos.
Esos votantes valoran su conocimiento del país y de sus necesidades por encima de todo, seguido por su sensibilidad social y su honestidad. Pero al mismo tiempo genera confusión y escepticismo, sobre todo en los estratos más altos.


Dentro del Polo no creen en las encuestas y sienten que sus resultados negativos son evidencia del control que tiene el Gobierno sobre los medios que las contratan, a los que ven como jugados a favor del presidente-candidato.
Varios de ellos hablan de la “manipulación del Gobierno” y de una “guerra de encuestas”, sobre todo debido a que el mismo domingo que la de Ipsos salió otra de Datexco en donde su candidata recoge 10 por ciento de la intención de voto. “Lo que están haciendo los medios es seguirle el juego a Santos”, dice el senador y mayor elector polista Jorge Robledo [10].
Curiosamente uno de los medios que cuestionan es Semana, la revista cuyo dueño es el primo de la candidata Felipe López Caballero. De hecho, hoy Clara retó a su primo [11] a que si ella saca menos de lo que le atribuye la encuesta de Ipsos, renuncia a la política. Y si ocurre lo contrario, la revista le retira la dirección a Alejandro Santos.
“No les estamos parando bolas porque vemos una guerra sucia preventiva que busca desmoralizar a una oposición que va en ascenso”, le dijo a La Silla el ex concejal Carlos Romero, esposo de López y uno de sus consejeros de cabecera [12]. “Nosotros sabemos que Clara en Bogotá incluso le va ganando a Santos y estamos seguros que va a la segunda vuelta”.
Romero y otros tres integrantes del equipo de López hacen alusión a una supuesta encuesta hecha en Palacio en la que ella aparecería de primera en la capital y habría logrado recoger la indignación que produjo la destitución de Petro. La Silla averiguó que en efecto hay una encuesta interna -no de Palacio, sino de la campaña de Santos- y que en ésta Clara está en el segundo lugar, no el primero.
“¿Cómo se explica uno que en la de Semana [la de Ipsos] saca 6 por ciento, en la de El Tiempo [la de Datexco] 10 y que en una que sacará hoy o mañana La República [la de Invamer Gallup], sabemos, saca el 18?”, pregunta el ex congresista Jaime Dussán, que es su gerente de campaña y uno de sus estrategas políticos. “Esas mediciones las hicieron entre el 21 y el 24 de abril. ¿Qué tal que las hicieran con el paro? Yo preferiría esperar otras encuestas en al menos una semana más y sobre todo la del 25 de mayo”. [En realidad, la encuesta de Gallup a la que alude le da un 7.1 por ciento a López, no el 18].
En particular, sienten que desde los medios más afines al Gobierno se está, según el secretario general polista Gustavo Triana, “planteando solapadamente que ni Clara ni Marta Lucía son viables y que es hora de pensar en el voto útil”. Eso a pesar de que, según la misma Ipsos, aún hay un 34 por ciento de indecisos y un voto alternativo que el Polo siente que se le puede resistir a Peñalosa.
“Eso hay que mirarlo con beneficio de inventario, porque ya empezó la guerra de las encuestas. No nos pueden comparar 1 a 1 porque estamos batallando en medio de la desigualdad y no tenemos cómo competir con la mermelada, el clientelismo y unos medios que están al servicio del Establecimiento. Y las encuestas, a las que les tengo severos cuestionamientos, también se convierten en el martillo de los medios contra la izquierda”, dice Robledo, que en estos días ha estado muy activo viajando por el país en campaña con López.
“Nosotros vemos que entre los trabajadores, los jóvenes y los empleados públicos Clara tiene un muy buen nivel de aceptación y esperamos un fenómeno similar al de Carlos Gaviria, que a donde iba era ovacionado”, dice el representante Wilson Arias, que coordina la campaña lopista en el Valle y en el mundo sindical.
Sin embargo, en voz baja algunos dentro del Polo reconocen que parte del problema es que la caída de la candidata es una consecuencia de la alianza con Aída Avella [13] y la Unión Patriótica por las dificultades que eso les ha traído para atraer gente por fuera de la izquierda.
“Uno esperaba que se recogiera ese descontento, pero eso no se está dando”, le dijo a La Silla una persona del partido que prefiere no revelar su nombre porque está comprometida con la campaña.
Eso muestra que los sectores del Polo a los que no les había gustado tanto [14] la alianza con la UP - y que al final sí se están moviendo visiblemente para hacerle campaña a Clara- siguen teniendo reticencias.
Como contó [14] La Silla, originalmente le estaban haciendo fuerza a un ramillete de fórmulas vicepresidenciales que tuvieran puentes con otros sectores, incluyendo al ex rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano José Fernando Isaza, el economista liberal Eduardo Sarmiento Palacio (que es uno de los asesores económicos de cabecera [12] de López), el ex ministro liberal Eduardo Verano o los empresarios conservadores Emilio Sardi y Camilo Llinás Angulo, que son muy críticos del impacto de los TLC en la industria nacional.
“La señal que manda no es independiente, sino militante. Ese seis, siete por ciento que marca es la votación histórica de la izquierda militante”, dice otro polista de vieja data, que le atribuye a la alianza con la UP la caída de 6 puntos de Clara en los estratos altos (en donde antes registraba el 14 por ciento). “¿Cómo es posible que haya 20 mil agricultores en la calle y ella no canalice eso? ¿Cómo sólo vino a darle un espaldarazo al paro agrario hasta el domingo en la noche, cuando debería haber ido a los principales centros de agricultura a estar con ellos?”
“El partido está por encima de todo y hay que apoyar a Clara para que nos vaya lo mejor posible, pero el tema de la UP sigue siendo complejo y en vez de consolidarnos fue un reversazo que dejó a la gente muy confundida”, dice un candidato al Congreso del partido en las últimas elecciones. “Ella ha hecho una gran campaña y se está moviendo mucho, pero su alianza con un partido que sacó cero congresistas muestra que esa idea romántica de una unidad de la izquierda era un espejismo”.
Si el Polo necesitaba un escenario de campaña para hacer explícitas sus tesis no habría podido encontrar uno mejor que el que hay ahora. Como contó [9] La Silla, la campaña de Clara está haciendo énfasis en empleo, educación y salud [9] -de lejos las preocupaciones de la mayoría de colombianos- y le apunta, con su nueva estrategia, a llegarle a los votos del centro. El problema es que ya puede haber desaprovechado lo que pintaba como una coyuntura muy favorable para ella.
Actualización: En horas de la noche añadimos la intención de voto de Clara López en la encuesta de Gallup, dado que en el Polo señalaban que tendría un 18 por ciento en esa medición.