Óscar Iván Zuluaga ya dijo que quería ser candidato presidencial del uribismo. El expresidente públicamente ha dicho que cuenta con su apoyo.

Cuando a principios de año el Presidente nombró a Luis Alfonso Hoyos como director del Sena, La Silla Vacía dijo que así Santos buscaba neutralizar al principal alfil de Uribe. Sin embargo, desde que hace dos meses Óscar Iván Zuluaga anunció que se lanzaría a la Presidencia en el 2014 dentro de las filas del uribismo, el nombre de Hoyos se ha convertido en todo un tema en Casa de Nariño.

Aunque oficialmente lo niegan, La Silla Vacía supo que Santos lleva semanas pensando qué hacer con Hoyos y haciendo cálculos sobre si es mejor tenerlo adentro o afuera de su Gobierno. Su dilema es sencillo: Hoyos es un funcionario muy eficiente y efectivo y está haciendo bien la tarea en el Sena, una institución cuyos logros son importantes para el Gobierno. Pero Hoyos es el aliado político de Óscar Iván Zuluaga, quien es muy cercano a Uribe y quien ya ha declarado que se enfrentará a Santos en las próximas elecciones. El temor es que el que termine cosechando los réditos políticos de la buena gestión de Hoyos sea Uribe y no el Presidente.

Luis Alfonso Hoyos llegó al Gobierno de Santos en febrero después de ser embajador ante la OEA de Uribe.

Aunque no se acepta oficialmente, en Casa de Nariño está el interrogante de si Hoyos terminará trabajando para los rivales de Santos.

Óscar Iván Zuluaga ha sido el compañero político de Hoyos desde jóvenes. Ahora aspira a ser rival de Santos en el 2014.

El nombramiento de Hoyos fue una manera, muy al estilo santista, de neutralizar las aspiraciones presidenciales del exministro de Hacienda de Uribe, luego de que Zuluaga no aceptara formar parte de su gobierno.

Sin embargo, la movida no le salió a Santos. Zuluaga lleva ya varios meses creando estructuras regionales en todo el país con miras a su campaña presidencial.

Aunque por ahora su nombre escasamente registra en las encuestas, incluso en las uribistas, y nadie lo ve como una verdadera amenaza de Santos, su campaña iría amarrada a los planes de Uribe de encabezar ese mismo año una lista cerrada al Senado.  Esa sí le podría hacer bastante daño a Santos pues si saca los 20 senadores a los que aspiran, tendría un poder de veto importante en el Congreso.

Una larga amistad

Como ya lo dijo La Silla, la relación entre Óscar Iván Zuluaga y Luis Alfonso Hoyos se remonta varias décadas a su pueblo natal Pensilvania, Caldas, cuando ambos nacieron a la política prácticamente de la mano del papá de Luis Alfonso, Alfonso Hoyos Giraldo, un importante congresista conservador de la línea de Álvaro Gómez Hurtado.

Hoyos llegó a la Cámara de Representante en 1991 y en 1994, al Senado como el senador más joven en ocupar esa curul, con Óscar Iván como su segundo renglón. 

Hoyos le abrió a Zuluaga muchas puertas en la vida política y la familia de Zuluaga financió las campañas de Hoyos. Pero luego de que por una denuncia –que muchos califican de injusta- perdió su investidura y quedó inhabilitado políticamente, Zuluaga adquirió mayor protagonismo en el juego político nacional. Hoyos respaldó su candidatura al Senado en 2002 y tanto Hoyos como Zuluaga apoyaron la de Uribe a la Presidencia.

Hoyos se volvió un hombre clave en el gobierno de Uribe, luego de ayudarle en la campaña de 2002 en Bogotá. Uribe lo nombró director de la Red de Solidaridad Social, que con el tiempo se convirtió en el motor de toda la política social uribista.

Ahora desde el Sena, Hoyos ha vuelto a desplegar todas sus habilidades gerenciales. En los meses que lleva, ya está montando un sistema integrado de gestión, que elimina más de 200 trámites y agiliza todas las actividades de este institución. También metió a la entidad en el proceso de certificación de calidad ISO-9000 y se ha metido a fondo en intentar mejorar la calidad de los programas técnicos y tecnológicos. De hecho, está en el proceso de lograr que el Ministerio de Educación les otorgue un registro calificado a los programas del Sena y que los aprendices salgan con un inglés intermedio y con habilidades “para la vida” como la puntualidad.

El Sena tiene una nómina de 30 mil empleados y al año, entre cursos cortos y largos, y unos 6 millones de colombianos pasan por sus aulas al año. Esta entidad tiene un presupuesto de 2 billones anuales y una base de datos que pone a babear a cualquier político en campaña.

Dentro de la política de empleo de Juan Manuel Santos, el Sena juega un rol fundamental en la capacitación de personas que el mercado debe absorber en los próximos dos años si Santos quiere cumplir su meta de bajar el desempleo, uno de los temas que en todas las encuestas el Gobierno registra mal y que es uno de los más sensibles para los colombianos.

El miedo en el Gobierno es que toda esa poderosa maquinaria termine al servicio del uribismo. Santos sabe lo poderoso que es ese fortín porque en campaña se benefició de él, como lo contó La Silla en su momento.

A esto se suma que desde el Partido de la U han presionado al Presidente para que lo saque. Inicialmente, se pensó que con el nombramiento de Hoyos Santos balanceaba las cargas burocráticas puesto que le daba a La U esta cuota política, que es una de las más apetecidas. Pero muy pronto, Hoyos hizo saber que él no era de la U. Y tampoco le ha dado puestos a los congresistas, lo que ha agudizado su molestia con el funcionario.

Tocará ver si Santos se inclina más por mostrar resultados en este frente o si prefiere desde ya desterrar a los uribistas dentro de su gobierno.