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Santos puso a correr su reforma a la Seguridad Democrática
Por: Juanita León, Lun, 2010-09-20 00:39

 

El nombramiento de Rodrigo Rivera como Ministro de Defensa fue visto como una deferencia con el ex presidente Uribe. El reciente nombramiento del ex viceministro de Defensa Sergio Jaramillo como Consejero de Seguridad Nacional indica que Santos manejará la política de seguridad desde Palacio.

Desde que Juan Manuel Santos llegó a la Presidencia con una campaña que prometía conservar los ‘tres huevitos’ de Uribe, ha propuesto reformar todo: la política de tierras, el tratamiento de las víctimas, las relaciones con la justicia, el discurso frente a los países vecinos, el régimen de regalías, el ordenamiento territorial y hasta la financiación de las campañas políticas. Solo faltaba el tema insigne de la Seguridad Democrática. Este fin de semana le llegó el turno.

El sábado, en San Vicente del Caguán, epicentro de la antigua zona de distensión, Santos anunció el relanzamiento de la Política de Consolidación (el nuevo nombre de la Seguridad Democrática). Y aunque en realidad consistió solo en un anuncio ya que la verdadera política aún no está lista, Santos dijo, entre otras cosas, que esperaba mejorar la coordinación dentro del Estado.

Para lograr ‘sincronizar la máquina’, Santos había anunciado el día anterior desde el Caquetá el nombramiento de su ex viceministro de Defensa Sergio Jaramillo, para encabezar el Consejo de Seguridad Nacional [1], creado a la imagen y semejanza del organismo gringo desde donde se coordina la política de seguridad del Estado. Y para coordinar las acciones entre alcaldes, gobernadores y el gobierno central para hacer más efectiva la política de seguridad ciudadana, Santos nombró al columnista de Semana Alfredo Rangel como Consejero para la Convivencia Ciudadana.

Y ayer, el ministro del Interior y de Justicia, Germán Vargas Lleras, presentó [2] ante los alcaldes y gobernadores del país los lineamientos generales del Plan de Seguridad Urbana que será un componente fundamental de la nueva política de seguridad.

 

 

¿Vuelve la seguridad al centro de la agenda del país?

 

 

 

El reformismo es el sello que Santos ha querido imprimirle a su gobierno desde el primer día, y era fácil puesto que Álvaro Uribe, salvo reformar la Constitución para quedarse en el poder, reformó muy poco.

Los anuncios de las múltiples reformas presentadas al Congreso, desplazaron el tema de la seguridad de los medios hasta que los ataques de las Farc en Putumayo, Caquetá y Bogotá (?), que han matado 36 policías en lo que va corrido del nuevo gobierno, lo volvieron a poner en el centro de la agenda del Presidente.

En el ambiente se ha ido creando la sensación de que las Farc han aprovechado la salida del presidente Uribe para ganar terreno y que el manejo del orden público le está quedando grande al ministro de Defensa Rodrigo Rivera.

Las críticas han venido incluso de aliados del gobierno. La senadora Lucero Cortés (que lloró cuando la Corte tumbó la reelección) propuso un debate en el Congreso para evaluar si se estaba perdiendo el rumbo de la Seguridad Democrática y el senador de la U Juan Lozano dijo que “tocaba apretar los tornillos para que la Seguridad Democrática no haga agua”.

Pero expertos consultados por La Silla Vacía coinciden en que si bien las últimas acciones de la guerrilla son una demostración tradicional de la fuerza que tienen y algo que suelen hacer al principio de todo gobierno, no representan una variación significativa frente a lo que viene pasando desde el año pasado.

“No es una ofensiva, desde hace 15 meses se vienen produciendo bajas y acciones ofensivas por parte de las Farc”, dijo Ariel Ávila, investigador experto en las Farc de la Corporación Arcoiris. “En mayo, registramos 287 acciones de las Farc, 2.318 militares quedaron fuera de combate en 2009, más que en el 2002, cuando quedaron 2.066.”

El general ( r) Jaime Humberto Canal concide en que las Farc le “están midiendo el aceite al nuevo Presidente”, pero que no es especial lo que está ocurriendo en materia de orden público y más bien es un indicador de que no hay que bajar la guardia.
 

Las Farc cambian de estrategia

 

Arriba: Después del atentado a Caracol Radio en Bogotá, sobre cuya autoría todavía no hay consenso, las Farc iniciaron una seguidilla de ataques que han cobrado la vida de 36 policías. Pero los problemas de seguridad vienen de tiempo atrás. En Villa Garzón, Putumayo, hace dos semanas, País Libre organizó una marcha contra el secuestro que se viene recrudeciendo desde principios de año.
Foto: arriba, Laura Rico. Abajo, Sara Rojas.

 

Lo que más ha cambiado es que ahora se puede criticar la política de seguridad sin ser tildado de antipatriota, como fueron estigmatizados (incluso por Santos) los de la Corporación Arcoiris cuando advirtieron el año pasado que la política de seguridad había llegado a su tope e iniciaba su declive.

Los últimos ataques –según los analistas- son el resultado de varios factores. Por un lado, obedecen a un cambio de estrategia de las Farc que les tomó cinco años implementar y que está comprendido en el Plan Renacer que anunciaron en el 2008. Consiste en volver a la guerra tradicional de guerrillas, de actuar con unidades pequeñas, ‘compañías pisa-huevos’, y apoyados en milicianos en los pueblos. Los ataques también demostrarían que las Farc han podido solucionar algunos de los problemas de desorden y división que se habían gestado después de la muerte de Tirofijo y retomar el control de la estructura y de la comunicación interna.

“La Fuerza Pública tiene que adaptar la estrategia”, dice Ávila. Parte de la nueva estrategia exige más acciones por tierra, lo cual aumenta el riesgo de los militares de caer en campos minados o bajo las balas de francotiradores. Y también requiere mejor inteligencia, algo que sigue siendo el lado flaco de las Fuerzas Militares que aún no logran ganarse la confianza de la población y un tema que seguramente tratará de reforzar Jaramillo desde el Consejo de Seguridad.

Por el otro lado, varios de estos incidentes obedecieron a que los policías no cumplieron con los protocolos de seguridad cuando salieron a patrullar lo que denotaría una pérdida del estado de alerta. Los militares consultados creen que después de los duros golpes que dieron a la guerrilla en los últimos años se dio un exceso de confianza y esto se hace evidente cuando se analizan los ataques.

También está el hecho de que tanto la cúpula militar como el Ministro de Defensa son nuevos y están atravesando un período de empalme que no ha sido fácil.

 

 

El reto del ministro Rivera

Un día después del ataque a una patrulla de la Policía en Doncello, Caquetá, donde murieron 14 policías, el ministro Rodrigo Rivera reprendió fuertemente a los altos mandos. Les pidió verdaderas acciones de prevención y les dijo que estaban bajando la guardia. Que ellos debían garantizar que la política de seguridad democrática no se venía abajo con el nuevo Gobierno.

La recriminación del nuevo Mindefensa generó incomodidad entre los altos oficiales. “Es obvio que reclame, la pregunta es si él cree que mandamos a la muerte a esos hombres”, dijo a sus colaboradores cercanos uno de los oficiales que recibió la reprimenda.

“La tropa se adapta a cualquier Ministro, siempre y cuando haya empatía y un manejo fluido”, dijo un militar a La Silla Vacía. Esa empatía se logró con Juan Manuel Santos, pero Rivera aún no se ha ganado esa confianza. Por ahora lo ven como un ministro extremadamente político y que no se ha sabido rodear de personas que conozcan a fondo los temas militares. Como dicen en en lenguaje castrense: “Cayó en paracaídas” y por ello le tienen respeto pero no le perdonarán fácilmente reacciones como la ocurrida después del ataque en Caquetá porque se juega la empatía con los altos mandos.

Aunque los ataques ocurridos habrían ocurrido por igual con cualquier Ministro que estuviere a cargo, Rivera no ha logrado todavía transmitir credibilidad en un puesto que hay que ganarse todos los días. Salidas como la de penalizar a los que paguen extorsiones no le han ayudado. Y ahora que habrá tantos interlocutores en el tema de seguridad, enfrentará el reto de mantener la vocería del tema.

El nuevo Consejero de Seguridad Nacional Sergio Jaramillo seguramente tirará la línea en los asuntos de inteligencia en los cuales es un experto y Vargas Lleras ya asumió el liderazgo del tema más sensible de la nueva política de seguridad que es el de la criminalidad urbana. La Comuna 13 de Medellín [3] es la que ha centrado la atención, pero incluso en Bogotá hay bandas cobrando vacunas a los comerciantes de Ciudad Bolívar. En Villagarzón, Putumayo, la semana pasada País Libre organizó una marcha contra el secuestro de varios trabajadores de la petrolera local que han sido retenidos por bandas durante unos días a cambio de un rescate. Y estas historias se repiten ciudad por ciudad.

Durante el gobierno de Uribe, a la par que se debilitaron las Farc, se fortalecieron estructuras mafiosas de las que hoy se alimentan las bandas criminales. Por eso, aunque como dice [4] el Presidente Santos, las Farc es un ratón que todavía ruge como un león, la verdadera fiera está suelta y lleva años siendo tratada como si fuera un roedor.

 

 

Perfiles relacionados: 
Alfredo Rangel Suárez [5]

URL de origen: https://archivo.lasillavacia.com/historia/18129

Enlaces:
[1] http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2010/Septiembre/Paginas/20100917_11.aspx
[2] http://www.elespectador.com/noticias/nacional/articulo-225132-mininterior-presenta-plan-de-seguridad-urbana
[3] http://www.lasillavacia.com/historia/18112
[4] http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2010/Septiembre/Paginas/20100917_12.aspx
[5] https://archivo.lasillavacia.com/quienesquien/perfilquien/alfredo-rangel-suarez