La fuga de Pablo Escobar de La Catedral

El período presidencial de César Gaviria podría ser recordado por distintas razones. Fue él quien recibió de manos de Juan Manuel Galán, tras el asesinato de su padre (Luis Carlos Galán) en 1989, la misión de continuar con las banderas del Nuevo Liberalismo. Convirtiéndose de esta manera en precandidato a la Presidencia, luego en candidato del Liberalismo y posteriormente en Presidente. Fue durante sus cuatro años de gobierno que la violencia generada por el narcotráfico (a través de los llamados extraditables) alcanzó uno de sus máximos niveles y el tratado de extradición con Estados Unidos fue tumbado temporalmente. Fue en ese periodo que el Gobierno dio de baja a Rodríguez Gacha y logró la desmovilización del Ejército Popular de Liberación y una fracción del Ejército de Liberación Nacional. Fue durante su administración que se adelantó la Asamblea Nacional Constituyente y se dio vida a la Constitución del 91. Sin embargo, el hecho más recordado por muchos colombianos tuvo que ver con el capo Pablo Escobar y su fuga de La Catedral. Diseñada a la medida del jefe del cartel de Medellín, la prisión se convirtió en el lugar de detención de Escobar cerca de un año. Tras reiteradas denuncias sobre las actividades delictivas adelantadas por el capo desde la cárcel y sobre los lujos excesivos del lugar (tratándose de una prisión de alta seguridad), el Gobierno decide trasladarlo de cárcel. Antes de que eso ocurriera, Escobar toma la decisión de fugarse disfrazado de mujer, en compañía de sus hombres, el 10 de julio de 1992. Hasta hoy, La Catedral permanece en la cabeza de muchos como el símbolo de la inoperancia de la justicia, y la fuga de Escobar (quien salió tranquilo y sin disparar un solo tiro) sigue siendo una de las grandes manchas de la administración Gaviria.