La Capitana por la Alcaldía

En los años más recientes, los bogotanos han estado pendientes de la familia Moreno Rojas por el desempeño de Samuel Moreno como Alcalde de Bogotá y los enredos de su hermano Iván con la justicia. Pocas veces, una administración distrital se había visto rodeada de tantos escándalos y había generado reacciones tan negativas entre los habitantes de la capital del país, en particular por las irregularidades en la contratación, los hechos de corrupción y el caos de movilidad en que se encuentra sumida la ciudad.

Ahora, que Samuel Moreno ha sido suspendido por la Procuraduría y su hermano Iván ha sido acusado de haber hecho parte del llamado “carrusel de la contratación” y está a punto de ser juzgado, vale la pena recordar que antes de ellos su madre hizo campaña también para quedarse con la Alcaldía de Bogotá en 1988.

Sobre María Eugenia Rojas se ha escrito mucho. Incluso en este Polimuseo hay otras dos piezas que hacen referencia a ella: la Plaza de Rojas Pinilla y sus Muertos (registro de una masacre ocurrida en la Plaza de Toros, cuando su padre el General Rojas Pinilla era presidente del país y reaccionó de manera violenta a los silbidos e insultos lanzados contra su hija una semana antes) y un video que registra su trabajo durante la campaña de su hijo Samuel. Sin embargo, y pese a que muchos críticos de Samuel Moreno han insistido en que ella es realmente quien manda en la Alcaldía y no su hijo, pocos recuerdan que antes del intento triunfal de su hijo por llegar al Palacio  Liévano, ya la misma Capitana lo había intentado sin éxito.

Quien fuera la Directora de la Anapo, durante varios años, no solo fue integrante de la Policía y directora de Sendas (Secretaría Nacional de Asistencia Social) durante el gobierno de su padre. Sino que se convirtió en una de las figuras más influyentes de la política nacional, logrando convertirse en  Representante a la Cámara para el período 1962-1964 y en Senadora de la República desde 1966 hasta 1974. Fue concejal de Bogotá, durante 16 años, y la primera mujer en aspirar a la Presidencia de la República.  

Adicionalmente y ya fuera de los cargos de elección popular, María Eugenia Rojas fue miembro principal de las juntas directivas de las empresas de Teléfonos y Acueducto de la capital y directora desde 1982 del Instituto de Crédito Territorial (antigua versión del Inurbe), cargo al que llegó por nombramiento del entonces Presidente, Belisario Betancur. En 1986 fue ratificada en el cargo por Virgilio Barco.

Justamente ese fue el cargo al que renunció en agosto de 1987 para arrancar su campaña por la Alcaldía de Bogotá. Sin embargo, de nuevo y como había ocurrido cuando intentó llegar a la Presidencia, María Eugenia Rojas fracasó en su intento.

En 1988 los bogotanos decidieron, y pese al respaldo de las clases populares, la candidata de la Anapo-Cívico ocupó al final el cuarto lugar entre las votaciones. Por encima de La Capitana quedaron: Andrés Pastrana (quien se convirtió en Alcalde por el Partido Conservador), Juan Martín Caicedo (liberal) y Carlos Ossa (también liberal).

Lo interesante es que el quinto lugar lo ocupó Clara López Obregón, entonces candidata de la UP. Y quien, en una demostración más de que la política y el poder son dinámicas basadas en la mutación, arrancó en la más reciente campaña a la Alcaldía de Bogotá siendo aspirante a la nominación de candidata por parte del PDA, para luego ser una de las asesoras más cercanas de Samuel Moreno. De hecho, luego del triunfo de Moreno, López pasó a ser Secretaria de Gobierno de Bogotá, cargo que dejaría posteriormente.

Para rememorar la candidatura de María Eugenia Rojas a la Alcaldía, decidimos incluir una caricatura realizada por Grosso que hace referencia a su imagen de campaña. Y aunque la parodia realizada por el caricaturista colombiano hacía referencia al texto “ahora o nunca”, parece que el tiempo terminó poniendo a María Eugenia Rojas cerca de la Alcaldía de Bogotá varios años después, así fuera en cuerpo ajeno.