Regina 11

Se definía a sí misma como una metafísica y sus seguidores la llamaban “Mamá Regina”. Nació en Concordia, Antioquia, y se hizo famosa gracias al programa radial: “El campo magnético de Mamá Regina 11”. Desde entonces, y pese a que su nombre real era Regina Betancourt de Liska, el país la llamó Regina 11. 

Con miles de seguidores, fue cuestión de tiempo para que quien se denominaba guía espiritual de sus fanáticos pasara de prometer salud, dinero y amor a hacer promesas políticas. En 1982, con su Movimiento Unitario Metapolítico, llegó al Concejo de Bogotá y consiguió curules en otras ciudades para algunos de sus copartidarios. Posteriormente fue senadora entre 1991 y 1995. En el 96, cuando aspiraba a llegar a la Presidencia y hacia campaña para alcanzar tal fin, fue secuestrada y liberada seis meses después.

Regina se hizo famosa por hacer conjuros en el Congreso; por hacer de la escoba su símbolo personal y prometer que con ella barrería la inmoralidad que azotaba al país; por usar como propaganda de campaña un billete afortunado, antes de que a Moreno de Caro siquiera se le pasara por la cabeza.

En cambio de llegar a la Casa de Nariño, estuvo detenida. Como punto final a su carrera política, Regina fue condenada por el delito de concusión y ella insiste en que ese tiempo le permitió escribir sus profecías. Con tres millones de seguidores, según sus cuentas, Regina desapareció aparentemente de la escena política y regresó a sus orígenes: líder espiritual de sus “hijitos”. Sin embargo en varias ocasiones ha relatado que sigue teniendo influencia en el mundo de las urnas y el poder. Según una entrevista que le concedió a El Espectador, Marta Lucía Ramírez, Juan Manuel Santos y Germán Vargas Lleras le pidieron cita el año pasado, con la intención de atraer a sus seguidores y sumar votos.  Como parte de la historia política de este país, Regina ingresa a nuestra colección con dos piezas, el billete promocional de su campaña política y uno de los himnos que le escribieron sus hijitos.