Conocido como “El Mexicano”, Gonzalo Rodríguez Gacha llegó a ser considerado como uno de los hombres más ricos del mundo para mediados de los años 80. Pues, aunque provenía de una familia humilde, el negocio del narcotráfico convirtió a este hombre nacido en Pacho, Cundinamarca, en uno de los delincuentes más poderosos y crueles de la historia nacional.
Reconstruir la historia de Rodríguez Gacha es recorrer un camino de actos violentos y un punto de referencia para entender el poder de los carteles de la droga a finales del siglo pasado y su influencia en diversos estamentos de la sociedad nacional.
Entre los primeros hechos registrados en torno a la vida de “El Mexicano” aparece su participación en la guerra narco-esmeraldera de los años 70, ya que desde muy joven había decidido trabajar para Gilberto Molina, zar de las esmeraldas en Boyacá. Tras ir escalando posiciones en la organización de Molina, “El Mexicano”, logró establecer relación con los narcotraficantes de Medellín y para 1976, junto a Pablo Escobar, Carlos Ledher y los hermanos Ochoa conformó el cartel de Medellín.
De allí en adelante, su imperio económico se expandió. Llegando, incluso, años después a tocar el fútbol colombiano, cuando decidió invertir en Millonarios y patrocinar contrataciones y salarios de los jugadores. Pero, de la misma manera, sus actos delictivos se multiplicaron.
Entre las decenas de acusaciones en su contra se encuentran haber sido el autor intelectual del genocidio de la Unión Patriótica; haber participado u ordenado el asesinato de Jaime Pardo Leal, Rodrigo Lara Bonilla y Luis Carlos Galán; haber participado en la creación del MAS, Muerte a Secuestradores; haber sido uno de los primeros financiadores de los grupos paramilitares y haber participado en el atentado a la sede del DAS en Bogotá en 1989.
Acciones como esta última, convirtieron a “El Mexicano” en uno de los hombres más buscados del país y en uno de los símbolos de la lucha de los narcos en contra de la extradición.
La vida de Rodríguez Gacha encontraría su fin, a manos de las autoridades, el 15 de diciembre de 1989, tras el desarrollo de una operación tan legendaria como su propia vida.
Según lo reseñado por los medios de la época, la Operación Apocalipsis 1, que culminó con la muerte del narco, arrancó con la detención de su hijo Freddy por porte ilegal de armas. Ya que una de las versiones más difundidas es que fue posible rastrearlo hasta Tolú, en la costa Caribe colombiana, gracias a la instalación de un dispositivo en el cuerpo de Fredy, por parte de los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
La versión de las autoridades, y según reseñó la revista Semana, señala que la operación fue posible gracias a un informante: “… el informante reveló que Rodríguez Gacha, su hijo Freddy Gonzalo y algunos de sus guardaespaldas se encontraban en Cartagena. Una vez transmitida la información se decidió trasladar a 30 hombres del cuerpo de élite al comando aéreo de Barranquilla y acuartelarlos aquí. Al mismo tiempo se dio la orden de que dos helicópteros de la Policía se mantuvieran listos para despegar del aeropuerto de Santa Marta”.
Ese informante podría ser Jorge Velázquez, infiltrado del Cartel de Cali, quien se ha atribuido el hecho y ha asegurado además que participó en el operativo aéreo y que “El Mexicano” se suicidó al ver morir a su hijo: “en ese momento Gacha me lanzó una mirada de rabia, levantó la mano, hizo pistola y se puso algo frente a la cara que explotó, era un artefacto pequeño, más pequeño que una granada, y ahí murió''.
Más allá de las versiones en torno a la muerte del hombre que llegó a la portada de la revista Fortune – pieza que elegimos para esta exposición, este golpe al narcotráfico es considerado como una de las grandes hazañas de las autoridades colombianas. Veinte años después de los hechos, el general Óscar Naranjo, de quien se afirma que estuvo detrás de la operación que concluyó con muerte del capo, recordó y resaltó la operación de inteligencia liderada por el general Leonardo Gallego, la cual se convirtió en uno de los golpes más contundentes contra la estructura de los carteles de la droga.