El Partido Conservador presentó este martes, por medio de 16 de sus representantes a la Cámara, una propuesta de moción de censura en contra de la Canciller María Ángela Holguín por el "fracaso en su política diplomática y acciones de su cargo" en la crisis fronteriza con el gobierno venezolano de Nicolás Maduro, incluyendo el manejo de las deportaciones de colombianos y la derrota del Gobierno en la OEA. ¿Cree usted que la Canciller se merece una moción de censura por su manejo de la crisis con Venezuela?
Hilos temáticos: |
Investigador, Fundación Paz y Reconciliación
La crisis de la frontera Colombo-Venezolana, es de larga data, estructural y profunda. La crisis se evidencia en que ninguno de los dos estados tiene capacidad de controlarla y en ella los ilegales, la criminalidad y la ausencia de unas instituciones que cumplan su tarea, es la constante, las instituciones de seguridad y control, no cumplen sus competencias y en buena medida hay la sospecha de que actúan con los ilegales.
De esta crisis debemos salir con la firme resolución de tener un control compartido de la frontera, mediante una labor concertada, eso no es tarea fácil, demandara muchas energías, recursos, restructuraciones en las instituciones y sobre todo persistencia, no es tarea de unos meses, más bien son años, si queremos ver resultados.
Mal camino del Presidente Santos, empezar a confrontar la política interna del Presidente Maduro, ese es un tema de los Venezolanos, nada nos incumbe evaluar el proyecto Bolivariano: bueno, regular o malo es un asunto de los Venezolanos, no del Presidente Colombiano. La única vía para resolver la crisis de frontera es un trabajo concertado, entre los dos Gobiernos.
De mociones a la Canciller, ni hablar, nada resuelve y no es el punto para un tema tan delicado.
Ex consejera presidencial de Programas Especiales
En esta manía de polarizar todos los debates de los temas de interés nacional, resulta ahora que los zalameros del gobierno deciden que es "indebido y peligroso" promover una moción de censura para la canciller María Ángela Holguin por el desafortunado manejo en las relaciones diplomáticas con Venezuela y otras chambonadas.
¿Se le olvida a nuestros honorables congresistas que la función del control político es para ejercerla? Emplazar a un ministro para que responda por el cumplimiento de sus funciones es un deber.
¿Alguna vez reunió la Canciller las comisiones de vecindad, esas que si mal no recuerdo denominó las comisiones de la prosperidad? ¿Por qué no se trataron en esos espacios de manera conjunta los temas que "enumera" Maduro como justificación para el cierre de la frontera? ¿Por qué no atendió la alerta temprana que desde el mes de mayo el partido conservador le hizo al gobierno sobre la crisis que se venía en la frontera?
El manejo de la relaciones diplomáticas con nuestro vecino van mal nos afecta a todos, especialmente a los colombianos expulsados de manera forzada y armada. ¿También nos tendremos que callar para que en la Habana no se pongan nerviosos?
Moción de censura para la canciller así reculen algunos de mis copartidarios.
Ex alcalde de Bogotá, ex congresista y ex constituyente
En el Estado moderno las corporaciones de elección popular (parlamentos, congresos, asambleas, concejos) se justifican por el control político que ejerzan sobre el Gobierno y la Administración. Hace rato dejaron de ser el centro de poder legislativo. Ahora mismo empieza a discutirse entre nosotros la propuesta de darle al Presidente facultades para dictar las leyes que requiera la implementación de los acuerdos que se suscriban en La Habana. La razón de ser, entonces, de dichas corporaciones está en sus funciones de control político. Hay quienes sostienen, inclusive, que si no fuera por estas últimas, los congresos se podrían cerrar y no harían falta, porque no se crearía ningún vacío democrático ni institucional.
Conviene anotar también que el ejercicio de control político casi nunca logra que el Gobierno controlado cambie la política cuestionada. Lo que sí consigue en todos los casos es que el Gobierno, por conducto del Congreso, y de cara a la Nación se explique, diga por qué razones o motivos hizo lo que hizo, o dejó de hacer lo que no hizo o está haciendo esto o lo otro. Ahí está la fuerza del control político y ese es su alcance.
Infortunadamente no tenemos claro lo anterior y por eso los debates sobre control político no tienen la importancia que debían tener. Son un debatico más que tiene lugar para cumplir con el reglamento y al que muchas veces los ministros se excusan con razones baladíes.
Para salir de esa situación que no es chicha ni limoná, el debate de control político debe acompañarse de la moción de censura. Es la única manera como el Congreso mismo le concede importancia al tema que se debate, los medios informan y le hacen seguimiento a sus desarrollos, la opinión está pendiente y los ministros lo atienden en debida forma, pues se juegan políticamente su pellejo.
La transcendencia del tema planteado por Venezuela y sus implicaciones de distinto orden exigen que el Congreso lo debata políticamente en los términos planteados y que el Gobierno se explique en escenarios distintos de las episódicas ruedas de prensa o mediante declaraciones ocasionales a distraídos reporteros. Conviene acabar también con la idea equivocada de lo que las relaciones exteriores del país no deben hacer parte de la agenda pública ni de la controversia ciudadana. Esa tesis pudo ser válida en el siglo XIX, pero no lo es en el mundo globalizado de hoy.
La moción de censura debe plantearse no sólo en relación con la señora Canciller. De ella debe hacer parte también el Ministro del Interior, porque está de por medio, igualmente, la declaratoria de emergencia que hizo el Gobierno para 7 departamentos, a más de que el dr. Cristo es barón electoral del Norte de Santander, la región más afectada hasta ahora, y debe estar muy bien enterado de lo que está ocurriendo y puede ocurrir, sin olvidar que pudo estar al tanto de lo que podía suceder.
La moción de censura seguramente no será aprobada. El Gobierno hará valer sus mayorías. Sabe bien que senadores y representantes respiran con los pulmones de los ministros, pero convienes a todos pedirle al Gobierno que se explique, que rinda cuentas, como se dice ahora. Ni la democracia, ni el sistema político, ni nuestro ordenamiento institucional sufren con ello perjuicio alguno.
Novelista
Creo que el Partido Conservador, en pleno, merece una moción de censura.
Está bien sospechar de los Cancilleres colombianos desde la entrega de Panamá -y recordando, siempre, que el peor les cerró a los judíos las puertas de Colombia- y está bien ser crítico con la política exterior de los últimos gobiernos, pues han improvisado igual que adentro del país, pero cualquiera que haya seguido las noticias de estos días sabrá que la situación es extremadamente compleja, que requiere crítica y autocrítica, sí, y sin embargo detrás del ridículo que se hizo en la OEA se encuentra la deslealtad de un par de países amigos, y toda una red de influencias que el conservatismo tendría que imaginar si es que no las tiene claras.
Hay oportunismo en la moción. Que debería ser, quizás, contra años de gobernar sin pensar en las fronteras, sin reconocer el paramilitarismo rampante.
Ex senadora y ex Ministra de Agricultura
La situación con Venezuela está tan complicada que en vez de ganar algo con la moción de censura a la Canciller, debilitaríamos la capacidad negociadora del Colombia. Sería un placer para el presidente Maduro ver debilitada nuestra Cancillería.
Claro que en ciertos momentos como en la rueda de prensa en Cartagena con la Canciller venezolana nos hubiese gustado ver a nuestra Canciller mas enérgica, pero este no es el momento para pasarle cuentas de cobro. Por favor, que en el Congreso no hagan un show mediático innecesario en estos difíciles momentos.
¿Será que los congresistas que promueven esta idea no han escuchado las ultimas intervenciones del Presidente venezolano?
Ex viceministro de Minas y Energía
La gestión de los funcionarios públicos se debe evaluar por los resultados obtenidos y la Canciller ha tenido grandes desaciertos.
La manera como Maduro ha logrado ganar todas y cada una de estas jugadas de ajedrez diplomático hablan mucho sobre nuestra diplomacia. La OEA no funcionó, UNASUR no funcionaría, con la ONU Maduro pegó primero, tiene a Petrocaribe rentándole ... en fin, una diplomacia efectiva mientras tanto los colombianos vemos como nuestro Gobierno y la Cancillería reaccionan sin firmeza y tardíamente.
Similar fue el resultado frente a Nicaragua y también la respuesta: vamos a atender a los probres sanandresanos, vamos a atender a los desplazados desde venezuela ... somos victimas... la gestión se enfoca a preservar la imagen al interior del país al no ser capaces de defender los intereses colombianos con firmeza, con pasión, con ganas, creyendo en lo que se hace.
Debería prosperar la moción de censura.
Abogado penalista
Santos y su Canciller son responsables políticos del desastre diplomático de nuestro País.
Como el Presidente es impune, cabe preguntarse si su Canciller merece responder con moción de censura por su actuación en la actual crisis con Venezuela. La respuesta es SI, merece la sanción. Pero no por el manejo de esta crisis, como de manera oportunista y politiquera pretende el partido conservador: es por su ineptitud en el manejo de la diplomacia durante los últmimos cinco años.
Está demostrado el fracaso, Colombia no fue capaz de tender lazos con los gobiernos del hemisferio para romper los que había tejido una Venezuela rica, en manos de Chávez, a punta de petrodólares; en la OEA, un Maduro torpe y pobre, demostró mas estrategia diplomática que el gobierno colombiano. En UNASUR, se le entregó a Maduro el manejo del organismo, nombrando al colombiano que mayor proclividad a la genuflexión tiene, con cualquiera que -como Maduro con Samper-, le permitiera intentar "lavar" su deteriorada imagen.
Lamentablemente, la moción no será más que una escaramuza oportunista de los conservadores. No la dejará prosperar la aplanadora gobiernista, que alista hojas de vida, para canjear por cargos diplomáticos la salvación de la señora Canciller.