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Martes Mayo 30, 2023

Martes, Abril 8, 2014 - 12:30

¿Necesita el proceso de paz a Santos?

Abril 8 de 2014

¿Necesita el proceso de paz a Santos?

El proceso de paz en La Habana es uno de los ejes de esta campaña política. Y uno de los argumentos que han esgrimido los santistas es que para que la negociación avance es imprescindible que el Presidente termine esta misión. Sus detractores consideran que  el proceso puede arrojar resultados sin que Santos esté al mando. Es más, algunos creen que el Presidente sería un obstáculo para la resolución del conflicto. Dado que este es uno de los temás más cruciales en la actual campaña presidencial, La Silla Vacía convocó a las dos personas que mejor pueden defender ambos lados del argumento.

Luis Eduardo Garzón, director Nacional de Paz y Reconciliación de la campaña Juan Manuel Presidente, argumentó que sí lo es. Sus argumentos giraron alrededor de resaltar los avances que se han logrado en el proceso y a la confianza que representa Santos para darle continuidad al proceso.  Claudia López, senadora más votada de la Alianza Verde y actual coordinadora programática de la campaña de Enrique Peñalosa, argumentó que no, puesto que para ella, el proceso de paz no es simplemente firmar un papel, sino que debe ser un compromiso de la sociedad. Además dijo que no cree en los avances de Santos que ha dejado de lado el campo y ha hecho acuerdos con la clase política corrupta.

Primero tuvieron diez minutos para presentar su posición, luego tres minutos para replicarse mutuamente, y al final respondieron las preguntas de Juanita León, directora de La Silla Vacía y de Gustavo Salazar, profesor de Ciencia Política de la Universidad Javeriana.

El debate lo ganó la senadora Claudia López. Después de escuchar los argumentos de ambos lados, logró un 53 por ciento de los votos del público. Al comienzo del debate ese porcentaje opinaba que el proceso de paz sí necesitaba a Juan Manuel Santos.

Estos fueron los argumentos de los contendores:

LOS QUE HICIERON LAS PREGUNTAS FUERON:

Juanita León

Directora de La Silla Vacía.

Gustavo Salazar Arbelaez

Profesor de Ciencia Política de la Universidad Javeriana. Miembro del equipo del Alto Comisionado para la Paz (1993-2000).

 
SI

Luis Eduardo Garzón

Director Nacional de Paz y Reconciliación de la Campaña reeleccionista de Juan Manuel Santos 

1. Santos tiene la visión de este proceso: la mayoría de los candidatos coinciden en que éste es un proceso al que se le debe dar continuidad.

El Presidente ha estructurado este proceso sobre un principio fundamental: pactar el fin del conflicto para poder comenzar una fase de construcción de paz. Por primera vez se estructuró un proceso sobre una premisa concreta de cerrar el conflicto, y no como se solía desarrollar históricamente, pensando en resolver todos los problemas del país. JMS ha sido metódico en el desarrollo de este proceso y ha asegurado que tenga unas condiciones favorables, una estructura rigurosa y una visión estratégica de cómo será la paz en Colombia. En primer lugar, Santos creó las condiciones generales para dar el siguiente paso en la búsqueda de la paz; en segundo lugar, a través de las ambiciosas políticas públicas que viene adelantando en las regiones, el país está preparándose para enfrentar un escenario de construcción de paz (no está partiendo de cero); en tercer lugar, ha garantizado que el proceso tenga un auténtico aliado en la comunidad internacional, y particularmente de los países del hemisferio; en cuarto lugar, tomó todas las lecciones de las experiencias pasadas para no cometer los mismos errores; en quinto lugar, estructuró este proceso en favor de garantizar la mayor satisfacción de los derechos de millones de víctimas del conflicto; y por último, de antemano trabajó en las condiciones jurídicas de la paz, y con el Congreso, impulsó el Marco Juríudico para la Paz. El presidente Santos es necesario para el logro de la paz porque ha sido él quien ha diseñado y puesto en práctica este proceso que todos los candidatos hoy reconocen. Que no vengan ahora los oportunistas a adueñarse de un proceso que fue diseñado y concebido por el Presidente Santos.

2. Es clave para generar la confianza que se necesita en un proceso de paz.

Esa generación de confianza es el activo más importante de Juan Manuel Santos para el proceso de paz. La confianza es lo más difícil de ganar en un proceso de conversaciones, y a su vez, lo más fácil de perder. Es algo que en un proceso de paz no se gana automáticamente. JMS es un agente generador de confianza tanto a nivel internacional como a nivel nacional. El Presidente Santos desde el día uno de su gobierno viene llevando a cabo un trabajo minucioso de generar confianza en todos los frentes: con las FARC, con la comunidad internacional, con alcaldes y gobernadores, sector empresarial, organizaciones sociales, etc. El Presidente ha articulado de manera efectiva esta confianza en las diferentes fases del proceso. Hoy prácticamente todos los países de la región apoyan energéticamente la terminación del conflicto y el logro de la paz en Colombia. Quizás el ejemplo más contundente de la importancia de Santos en la construcción de la confianza es que se tomó más de la mitad de su gobierno, en gestiones confidenciales de las que no puedo hablar en detalle con canales de comunicación con las FARC, para poder asegurar que hoy ellos confíen en él y en su capacidad de cumplir los acuerdos que asume.

3. Es el más apto para consolidar la alianza política para la Paz.

El Presidente Santos es el más indicado para crear ese gran concenso político y social frente a la paz. Es necesario un concenso general de toda la sociedad, el Estado y las distintas ramas del poder público para lograr un acuerdo satisfactorio y digno para todos que garantice el fin del conflicto y la construcción de la paz. JMS es una garantía para crear esa nueva alianza entre las Fuerzas Militares, los partidos políticos, las víctimas, las élites regionales que serán necesarias para el proceso de paz. La paz no se logra dividiendo sino uniendo. El Presidente Santos ha dado un ejemplo a toda la sociedad de que para construir la paz se requiere hablar con los diferentes, con los que incomodan. Se construye con la izquierda y con la derecha. Lo que los contradictores del Presidente interpretan como debilidades, porque es conciliador, porque oye las distintas visiones, porque es capaz de ponerse en los zapatos de los otros, es en realidad su mayor fortaleza: su capacidad de crear una gran alianza amplia y democrática por la paz. Poner en práctica un acuerdo final para la terminación del conflicto armado supone negociar con la institucionalidad vigente, y en particular con el Congreso, para poder transformar en leyes lo que allí se pacte. Una visión radical en contra de la construcción de acuerdos y pactos políticos nos dejaría inevitablemente en un escenario en donde la única solución sea la Asamblea Nacional Constituyente.

4. Tiene toda la experiencia para hacer la paz.

Juan Manuel Santos, más que nadie, tiene las credenciales para hacer la paz. No sólo conoce la institucionalidad colombiana mejor que nadie, porque ha participado en ella en todos los niveles y todos los sectores, sino que además, conoce de primera mano cómo hacer la guerra. JMS conoce la guerra y por eso también puede hacer la paz, conoce el valor de la paz y sabe que la paz es el fin en sí mismo de cualquier confrontación. Sólo JMS conoce la guerra entre los candidatos actuales. Conoce a las FARC profundamente. Pero además, JMS viene construyendo la institucionalidad necesaria para prepararnos para la implementación de los acuerdos de paz.

5. Si hay continuidad, los tiempos favorecen un Acuerdo en el menor tiempo posible.

La continuidad del liderazgo en este caso es una garantía de estabilidad institucional y de éxito de las negociaciones. Cambiar el líder a estas alturas, sería como cambiar de director técnico de un equipo cuando va ganando el torneo. Los colombianos están impacientes de que la paz se logre, si no hay continuidad sin duda se alargarían los tiempos y habría un corte innegable en la estabilidad de las fases del proceso de paz. Resulta extraño que los candidatos apoyen la visión del proceso de paz del Presidente Santos, y sin embargo por intereses políticos personales quieran pasar a liderarlo ellos, a costa del éxito mismo del proceso.

6. Santos tiene la visión del país rural que la paz necesita.

La visión de paz sobre la que el Presidente ha estructurado este proceso es una paz territorial. El pilar de este proceso es recuperar y reconstruir física y políticamente los territorios. Ningún otro candidato tiene visión rural. JMS tiene una visión clara de que lo que hay que hacer es cambiar de manera radical las condiciones en el terreno mediante una gran transformación del campo. Hoy no podemos concentrar el debate nacional en cómo construir un modelo de ciudad, sino debemos concentrarnos en el principal problema que enfrenta Colombia: cómo reversar los efectos del conflicto en el campo para evitar que éste se repita. Lo central es cómo des-urbanizar los debates y cómo preocuparnos por fin por la Colombia rural.

7. La política de paz de Santos es una política de lucha contra la impunidad.

El Presidente se ha comprometido con una estrategia integral de justicia transicional. Por eso, lo que ha hecho el gobierno desde el inicio fue asegurar, a través del llamado Marco Jurídico para la Paz, un espacio constitucional adecuado que permita terminar el conflicto y a la vez garantizar la máxima satisfacción posible de los derechos de las víctimas. A nadie se le debe olvidar que fue precisamente el Presidente Santos quién abrió ese espacio constitucional sin el cual hoy sería imposible pensar en un Acuerdo de paz. De otro lado, JMS ha puesto en el centro a las víctimas. No sólo en el proceso de conversaciones, sino por medio de la ley de víctimas que representa el programa de reparación administrativa más ambicioso del mundo. Nadie como Santos puede decir que ha liderado una política de tal envergadura a favor de la satisfacción de los derechos de las víctimas. Los líderes que señalan el tema de impunidad hoy, son los líderes que otorgaron impunidad en el pasado o abogaron por un sacrificio de la justicia en favor de la paz, desconociendo las víctimas. Para JMS es distinto, no se trata de un dilema entre la paz y justicia, sino de cómo podemos lograr la paz con un máximo de justicia. La puesta en marcha de esa estrategia integral de justicia transicional en un escenario de fin del conflicto es precisamente una estrategia de lucha contra la impunidad. Por eso sorprende que hoy haya candidatos que se prestan de ser progresistas y que están proponiendo un pacto de impunidades y concesiones, que se basa en la amnistía simétrica para todas las partes del conflicto armado. La visión de JMS es un acuerdo que asegure la participación de todos los actores del conflicto en la estrategia de justicia transicional, pero que a su vez, le apuesta a que todos deban contribuir al la satisfacción efectiva de los derechos de las víctimas.

NO

?

Claudia López

Senadora electa y Coordinadora Programática de la Campaña Presidencial de Enrique Peñalosa

Aunque no voté por Santos, estoy convencida de que Santos adoptó varias de nuestras propuestas. El Presidente Santos no mencionó la palabra víctimas, no mencionó la palabra conflicto, no mencionó la palabra paz, no mencionó la palabra tierras durante su campaña. Se montó en los hombros del Presidente Uribe y sólo mencionó la palabra seguridad, y “vamos a continuar la guerra”. Engañó a los electores, ganó la presidencia y cambió su agenda y en buena parte adoptó la nuestra, la del Partido Verde, que estábamos hablando de víctimas, paz, posconflicto, de incorporar a la Colombia rural y la urbana.

A los políticos les gusta hacer cosas simples y populares. Si un presidente se hecha al hombro compleja e impopular de hacer la paz con las FARC hay que apoyarlo.

Al segundo año, le di una entrevista a La Silla Vacía en la que decía, “entre más conoce uno a Santos, menos santista se puede ser” porque ya había dado muestras fundamentalmente de incomprensión del problema. El Presidente Santos es un hombre que tiene más ambición y escrúpulos que claridades sobre cualquier tema. Es un hombre que se acomoda a lo que vaya siendo más popular a ser. Empezó a dar muestras de que ni siquiera entiende en qué consiste la paz de Colombia a pesar de que la estaba negociando. Y en el tercer gobierno, en el que estamos ahora, pues francamente con lo que yo vi en esta campaña, como se roban a manos llenas la plata de los colombianos para financiar las campañas de los políticos para que apoyen la reelección de Santos, es imposible apoyar a Santos.

No tiene absolutamente nada que mostrar. No tiene una política agraria, no tiene un desarrollo regional, no tiene una política de descentralización. Lo único que le quedaron fueron los Ñoños y la Paz y está tratando de esconder a los Ñoños poniendo la paz de frente.

Ha sido un desencanto entre las evidencias y los hechos y como dijo Lucho, nadie en la vida es indispensable. Lo más importante para un proceso de paz exitoso es el compromiso de la sociedad. La gente es la que tiene que estar comprometida con la paz y desafortunadamente está poco comprometida con la paz. El conjunto de la sociedad colombiana, nosotros, tenemos que echarnos la paz al alma, al hombro y al bolsillo. Y eso requiere liderazgo político y pedagogía política que es lo que no tiene desafortunadamente el Presidente Santos.

Les voy a decir qué entendemos nosotros por la paz para que vean por qué Santos no sólo no es necesario sino que puede ser un obstáculo para la paz. La paz no es desmovilizar a un grupo armado ilegal y darles unos taxis y unos subsidios para que no sigan dando plomo. Eso es exactamente lo que los gobiernos colombianos han hecho en los últimos 10 procesos de paz anteriores. Pocos países como Colombia tienen tanta experiencia en guerra pero ningún país como Colombia tiene más experiencia en paz. Colombia es el único país del mundo que en los últimos 30 años ha hecho 10 procesos de paz. ¿Y qué es lo que ha pasado? ¿Por qué seguimos en guerra, por qué seguimos teniendo FARC  y Bacrim y ELN?

Paz no es firmar un papel. Paz es echarnos al hombro y al bolsillo la tarea de construir instituciones de ciudadanía, de Estado y de mercado en la mitad de la Colombia que no los tiene y en la tercera parte de la población de Colombia. 15 millones de colombianos se paran todos los días a vivir bajo la ley de facto del fusil de alguien: de las FARC, Bacrim, el ELN, de los políticos corruptos amangualados con cualquiera de esos tres. Porque no hay instituciones. Un juez es un milagro, en su vida han visto un fiscal. No hay una carretera y acueductos que conecten esas regiones. ¿Por qué? Porque esa plata se las dan para financiar a los Ñoños sistemáticamente.

Entonces hay dos obstáculos en esta tarea. Primero, que la paz no es firmar un papel. Obviamente firmar un papel con las FARC y ponerle fin a la guerra es importante, es parte de la paz pero yo diría que es una parte minúscula y más fácil de la paz.

Las FARC son el quinto empleador del campo colombiano. Desmovilizar a las FARC no es un problema de desmovilizar a 15 mil combatientes. Las FARC son el Estado, el jefe, el Ministro de Trabajo, de 65 mil familias cocaleras. ¿Qué vamos a hacer con ellos? ¿Se van a desaparecer porque firmamos un papel, firmamos la paz y ganamos un premio Nobel con Timochenko? No. Lo que tenemos que hacer es incorporar a esas familias colombianas a oportunidades con calidad de vida en el campo. A que uno pueda hacer algo distinto a ser moto taxista o cocalero o contrabando de gasolina o de algo. Eso implica metas como la siguiente: triplicar el recaudo de impuestos que hoy tenemos. Si no, es paja que vamos a hacer la paz. La cifra: Colombia recauda hoy 14 de cada 100 pesos  de su riqueza en impuestos. Chile recauda 28 de cada 100. Brasil recauda 35 de cada 100. Colombia recauda 14 y se roba 4 y quedan míseros 10 pesos para hacer todo. Sin eso, no vamos a hacer la paz. Si no tomamos una decisión seria de a diez años de recaudar recursos, de controlar a la clase política, de desbaratar la corrupción de este país que se lo está carcomiendo, no vamos a lograr hacer la paz.

Termino con esto. Paz entonces, es por lo menos tres patas, y el presidente Santos no ha entendido ninguna.

Paz es desmovilizar a los armados, efectivamente, y someterlos y reemplazarlos con instituciones de seguridad y justicia públicas y garantistas. Por policías, por jueces, por fiscales, por instituciones.

Segundo: el segundo obstáculo es la clase política corrupta. Entre ambos, los armados y los corruptos, impiden la construcción de instituciones. Si uno quiere construir paz y una política agraria seria, no se puede entregar a la corrupción de la clase política, porque es como pegarse un tiro en el pie, no va a tener con quién ni cómo. No va a haber plata que alcance. No va  a haber socios confiables para construir instituciones con las cuales incorporar a las 65 mil familias cocaleras, incorporar al campo, en fin.

La paz es con los colombianos no sólo con las FARC. La paz es integrar a la Colombia urbana y a la Colombia rural. Y eso es mucho más que firmar un papel. Eso no lo ha entendido el Presidente Santos ni en su meta, ni en el cómo, ni en los medios. Entregarse a la clase política corrupta es exactamente el camino opuesto a lograr lo que estoy diciendo.

Déjenme decir algunas cosas de lo que dijo Lucho:

Que Santos es indispensable para la paz porque inspira confianza. El 70% de los colombianos no confía en Santos. No están dispuestos a votar su reelección. No lo consideran indispensable, no sólo yo.
Confianza de los países amigos y del entorno internacional. Muy valioso, pero yo estoy segura que ni Estados Unidos, ni Chile, ni ninguno de los países amigos le va a quitar el apoyo a la paz. Fue al contrario. La comunidad internacional está convencida hace muchos años de la paz en Colombia. Tuvo que convencer al gobierno colombiano para que se metieran. Así que a esos socios no los vamos a perder.
Tu hablabas de las regiones. Nadie más desconectado, elitista y alejado del entendimiento de las regiones que el presidente Santos. No entiende nada. Lo único que entiende es que hay que financiar unos Ñoños, unos Kikos Gómez, un poco de bandidos y ese es su vínculo con las regiones. Así no se pueden modernizar las regiones y hacer la paz.
Y por último, yo estoy de acuerdo con todos los estudios que indican que el tema agrario es fundamental para hacer paz. El Presidente ni siquiera pudo entender el campo en Boyacá. ¿Cómo lo va a entender en San Vicente del Caguán? No lo entiende ni ha tenido un solo ministro que lo entienda. Se lo sigue dando en cuota política a lo peor de los terratenientes conservadores. No hay manera de hacer una política agraria incluyente cuando los barones conservadores manejan el Ministerio de Agricultura.
Y por último, me parece muy grave que tú estés pretendiendo que la culpable es la Constitución del 91. No. La culpable es la clase política y dirigente de Colombia.

 
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Contendores: Guillermo Asprilla y Carlos Fernando Galán

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Lun, 2014-04-07 11:16

Por favor registrare para el debate sobre se: Se necesita a Santos para el proceso de paz? Gracias

Sáb, 2014-04-05 06:29

Este sistema de debate tiene una posible fuga, los defensores del "SI" pueden votar inicialmente por el "NO" y luego votar por el "SI" haciendo creer que el defensor del SI fue contundente y convincente. Naturalmente los seguidores del NO pueden hacer lo mismo. En tiempos de trolls electroinioc y cuentas falsas de twitter, cualquier cosa puede pasar, o de gente pagada para asistir al debate, fingir que arracna con una postura y por la "oratoria" de un expositor "cambiar" de idea. Como hace la silla para ocntrolar esa posible fuga, que desvirtua completamente lo del poder de los arugmentos?

Mié, 2014-04-09 17:54

Hola. La votación que 'cuenta' para este debates es la de los asistentes al evento que votan con una maquinita, no la votación electrónica. Esto evita los trolls que mencionas. Es cierto, sin embargo, que los asistentes podrían manipular el ejercicio votando en principio en contra de la posición del que les gusta y luego cambiarla para mostrar que ganó. Eso no lo podemos controlar. Confiamos en que la gente que va es sincera. Al final, más que 'ganar' el debate, la importancia de este ejercicio es que se expongan de manera seria y profunda ambos lados del argumento para que la gente pueda ver lo mejor de ambos lados y decidir.Creo que ese objetivo lo logramos de sobra esta vez y las anteriores.

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