Todos los años La Silla identifica los factores políticos que cambiaron durante el año. En este movido 2014, en que el presidente Juan Manuel Santos se reeligió en una apretada segunda vuelta, la oposición uribista llegó con fuerza al Congreso y en las elecciones con Óscar Iván Zuluaga y los diálogos de paz en La Habana produjeron dos nuevos acuerdos (sobre participación política y drogas), ¿cuáles fueron para usted las tres mayores transformaciones del poder este año?
Hilos temáticos: |
Abogado penalista
1- El gobierno es ahora bicéfalo
Por primera vez desde nuestra vida Republicana y como pago de Santos a Vargas Lleras por no lanzarse a hacerle competencia; se transformó a través de decreto, la estructura vertical tradicional del poder ejecutivo y ahora, el vicepresidente ejerce el control de medio Gobierno.
No solamente su representante, Néstor Humberto Martínez, maneja el computador de palacio y es en la práctica el jefe de los ministros, sino que, le escrituraron a Vargas dos ministerios -que mas bien parecen viceministerios adscritos a la Vicepresidencia-: Transporte y Vivienda.
2- El Procurador dejó de ser omnímodo en la rama
Otra transformación se dio en la rama judicial. El inefable Alejandro Ordoñez que ejercía poder omnímodo en Consejo de Estado y Corte Suprema e influenciaba fuerte a la Constitucional, se vio en calzas prietas.
En el Consejo de Estado estuvo a punto de anularse su elección, le quitaron un par de fichas al sacar a Ricaurte y Munar del Consejo de la Judicatura y le resucitaron a su principal destituído, el alcalde Petro. En la Corte Suprema, no le ternaron sus candidatos para Corte Constitucional y para colmo de males; en la Constitucional perdió a su aliado Rojas, ternaron a su rival Edgardo Maya y la nueva magistrada, Gloria Ortíz, es mujer de avanzada y vanguardismo. Será por eso que ahora el Procu está pensando en migrar a la política electoral.
3- El vicefiscal es la primera autoridad de la Fiscalía
Finalmente, ¿alguna vez en la historia de la Fiscalía General de la Nación, habíamos visto a un Fiscal más ausente del funcionamiento de esa institución?
Ante la decisión del Fiscal Montealegre de dedicarse mas a la política que a la justicia, el poder real de la institución recayó en su totalidad en el despacho del Vicefiscal, quien es en la práctica el verdadero poder del órgano acusador.
Director de Protransparencia, Barranquilla
En 2014 estaba en juego definir, en la elección presidencial, qué fracción de los bloques de poder aseguraba su hegemonía. Y ganó el santismo, tras el susto que le causó el uribismo en la primera vuelta, atrayendo a sectores con su promesa de que esta vez sí será posible un acuerdo con las Farc para que abandonen la lucha armada. Fue ese, sin duda, el hecho político más relevante del año.
Pero también fue el año en el que las urnas confirmaron al uribismo como la real oposición política, con una capacidad de interlocución - y a veces de perturbación - y una presencia en el Congreso que nunca lograron tener las tradicionales fuerzas de oposición de la izquierda, representadas en diversos momentos de la dinámica política del país por el Partido Comunista, el Moir, la Unión Patriótica, la AD M-19 y más recientemente por el Polo Democrático Alternativo.
El tercer hecho de importancia, a mi juicio, han sido las tensiones - que seguramente se acrecentarán a medida que los diálogos de La Habana se vayan aproximando a su final - en torno a los contenidos de fondo de la negociación relativos a si los líderes guerrilleros deberán pagar cárcel por los delitos cometidos en el desarrollo del conflicto o si debe permitírseles hacer política, o si debe acusárseles de narcotraficantes o si el narcotráfico es una actividad subalterna al proyecto de guerra de las Farc para fines de financiación. Tales temas, sospecho, seguirán agitando la discusión política nacional, y a ellos se sumarán en 2015, con seguridad, los atinentes al cese al fuego bilateral y al mecanismo de refrendación de los acuerdos donde Referendo y Constituyente compiten.
Director, Fundación Liderazgo y Democracia
El conflicto interno realinderó las relaciones de poder en 2014, de la misma forma que lo había hecho en 2002:
1. Se protocolizó la división del Establecimiento. En las elecciones presidenciales un grueso del empresariado mantuvo su alianza con la propuesta populista/militarista de extrema derecha, votando en contra de la coalición en el poder, y forzándola a correrse un poco hacia la izquierda para recoger el apoyo de estratos bajos y clases medias de izquierda. La reforma tributaria refleja la necesidad de la coalición en el poder de ingresos tributarios para financiar la expansión del gasto social que apuntala su proyecto de centro/izquierda, y como le corresponde pagarla al sector que “perdió” las elecciones, tiene el efecto político de profundizar la división entre empresariado y Gobierno.
2. Se reconformó el espectro político. La derecha salió del closet para ampliar su plataforma populista a temas adicionales al rechazo a las FARC, consolidándose como una fuerza parlamentaria minoritaria pero con ascendencia sobre la opinión pública. La izquierda democrática por primera vez fue decisiva electoralmente (la guerrilla viene siéndolo hace cinco elecciones presidenciales), y un eventual acuerdo de paz le abrirá posibilidades de crecimiento. Y la coalición clientelista de centro se vio forzada a buscar banderas populares (casas gratis, educación, infraestructura) para tratar de reposicionarse en el nuevo escenario electoral.
3. Se reconformó el mapa político. El centro del país, más urbanizado y con una creciente clase media, se afilió en las elecciones con sectores conservadores y populistas contrarios a la solución política del conflicto armado. La periferia del país, las costas atlánticas y pacífica, así como partes del sur -mayoritariamente pobre y rural- votaron por sectores clientelistas con capacidad de inversión estatal.
Investigador, Fundación Paz y Reconciliación
2014, deberá ser recordado como el año en que la izquierda "salvó" a su histórico contradictor, como lo ha sido "la oligarquía", que no pudo tener mejor representante para la contienda Presidencial que uno de sus hijos, nacido en cuna de oro y proyectado desde siempre para ejercer el mando del Gobierno nacional, pero vaya paradoja: para lograrlo requirió el apoyo de una izquierda que siempre ha luchado contra el poder tradicional, que representa y encarna Juan Manuel Santos.
Si Clara López y Gustavo Petro no hubieran dado el "guiño" y trabajado abiertamente en el caso de la presidenta del Polo Democrático por remontar la derrota propinada por el uribismo en la primera vuelta, hoy Juan Manuel Santos no sería Presidente.
La gran lección que queda en este año de debate presidencial, es que los tiempos de la hegemonía liberal-conservadora definitivamente han quedado atrás y hoy contamos con un sistema político un poco más plural, donde la izquierda, en sus variantes doctrinaria -liderada por Clara Lopez- y reformista radical -por Gustavo Petro- tienen un espacio ganado en la cultura politica y posibilidades de ampliar su espacio de acción.
Igualmente el 2014 nos ha traído la posibilidad de que el Uribismo participe de este proceso de cierre del conflicto armado, con un acuerdo pactado con las Farc y el ELN, lo que se evidencia en la propuesta formulada por el Procurador Alejandro Ordóñez, de trabajar por un Pacto Nacional de Paz, propuesta que abre un campo de concertación, que debe tener dos grandes pilares: verdad, justicia y reparación y reformas sociales y politicas, con garantias de seriedad, para cumprir lo pactado.
2015 tiene el reto de ser el año donde logremos concertar un amplio Pacto Nacional de Paz.
Novelista
1. El bloque gobiernista que se tomó el poder en 1990, del que algunos salen y al que otros entran cada cuatro años como si los partidos fueran equipos de fútbol, se partió y se repartió y quedó convertido en tres: los liberales, los conservadores y la derecha que como toda derecha se siente de centro. Se trata, al menos, de un pequeño paso en el camino para derrotar el unanimismo.
2. La ultraderecha escabrosa se volvió una derecha fácil de localizar al menos, porque dio la cara, porque puso su propio Centro Democrático y -para no limitarse al saboteo que le nace, que le brota- asumió las reglas del juego lanzándose al Senado y buscando la Presidencia. Le cuesta seguir el conducto regular, pero al menos está tratando de hacerlo, de hablar cuando llegue su turno.
3. Las expresiones de indignación e inconformidad ciudadana, de la izquierda partida en lopismo, petrismo, robledismo puro y morenismo preso, a los movimientos de ciudadanos cansados de la mediocridad y la corrupción que la Alianza Verde ha tratado de reunir, se ven débiles y sin un par de líderes sólidos que los obliguen a organizarse como sí lo hacen los políticos profesionales que no pierden un sólo minuto en nada que no sea la política electoral.
Y un pie de página:
4. Quedó en el aire un nuevo poder flotante: los negociadores de paz, del gobierno y las Farc, que están montando un país posible mientras el país real no da tregua.
Investigador, PIK -Instituto Potsdam de Investigación en Cambio Climático (Alemania)
Si por transformación se entiende cambios de gobernanza, junto con cambios en los patrones de uso de los recursos, cambios en la distribución, y cambios en las condiciones sociales e infrastructura, entonces transformación no ha habido. Ni siquiera cambios sustanciales en ninguno de estos nichos.
Pero el ajedrez sí ha cambiado. Las fichas negras se han vuelto más negras. Unas que eran fichas negras se han movido de donde siempre, y se han tornado grises. Ahora son más visibles, gracias a los azares del conflicto. Avanzan por el flanco izquierdo y por puro contraste de las negras más negras, los encandelillados ahora las ven casi blancas. El rey blanco sabe que es el más blanco de todos. Se siente afín en su corazón al caballo de las más negras, pero el caballo está rebelde. No le perdona al alfil subido a rey el avance del gris por el flanco más izquierdo. El rey blanco sabe que toca, porque la partida es larga, y los recursos se necesitan para otros menesteres. Está retrasado en el programa, otros vecinos crecen más y están -allá sí, llevando a cabo transformaciones.
Pero los duenhos de la partida se siguen sentando en los mismos puestos. Por allá nada ha cambiado. Siguen al detalle el avance por el flanco izquierdo, y les conviene. Así que, el caballo rebelde puede seguir alborotando el tablero. Lo importante es que juege con la regla que lo rige: dos a un lado y una al frente, o dos al frente y una al lado; o viceversa.