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Las Farc le propusieron ayer al Gobierno por primera vez que se estudie cómo hacer una transición de los cultivos ilícitos a otras alternativas sostenibles para los campesinos que viven de éstos. |
Ayer las Farc sorprendieron en La Habana con un comunicado en el que plantean por primera vez un vuelco a la política contra las drogas. En concreto, la guerrilla propone explorar maneras para transitar de los cultivos ilícitos hacia “producciones alternativas o de sustitución, o para su legalización atendiendo fines medicinales y terapéuticos o razones culturales".
No han elaborado mucho en la propuesta, pero su postura concuerda con lo que vienen planteando los investigadores que han estudiado el tema, como Alejandro Gaviria, Álvaro Camacho y Francisco Thoumi. “La propuesta de las FARC -una de las únicas concretas y ligeramente viables- es algo que muchas personas de sectores como las ONG y la academia venimos proponiendo desde hace tiempo”, le dijo a La Silla el economista Daniel Mejía Londoño, uno de los investigadores que más ha trabajado en el tema de cultivos ilícitos. “La guerra contra las drogas, enfocada primordialmente en Colombia en la aspersión y erradicación de cultivos ilícitos, no ha funcionado y está ampliamente documentado que los efectos de éstas son muy pequeños o nulos sobre la producción potencial de cocaína”.
Sin embargo, la propuesta no es tan fácil de vender. La legalización "requeriría que Colombia retara a estándares internacionales (además de la oposición firme de Washington), que conllevaría costos y beneficios sociales complejos y difíciles de medir, y que encontraría mucha oposición doméstica. Sería importante que el estado y la sociedad colombiana tuviera oportunidad de discutir esa cuestión. Pero una discusión de varias semanas entre unos representantes del gobierno y de la guerrilla no es el foro apropiado”, le dijo a La Silla Adam Isacson, investigador de la Washington Office on Latin America (WOLA). "Pero la primera parte sobre producciones alternativas es muy sensata. Y también sería útil una discusión de la erradicación forzosa y especialmente la fumigación".
Estas son seis razones por las que valdría la pena que el país discutiera a fondo la propuesta de las Farc:
Cualquier solución al problema de drogas pasa por las Farc
Las principales zonas cocaleras del país están en zonas con presencia de las Farc. Las zonas de mayor producción son el suroccidente del país (especialmente Nariño, Putumayo, Cauca y Caquetá), el Guaviare, el centro del Chocó, el sur de Bolívar, el noreste antioqueño y el Catatumbo en Norte de Santander, según datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc). En todos ellos hay presencia importante de las Farc y son frecuentes las acciones de esa guerrilla.
Las Farc se financian con la coca (inicialmente solo con el cultivo, en la última década cada vez con más frecuencia con el narcotráfico), pero también ayudan a regular la producción a través de impuestos como el ‘gramaje’, la definición del precio de compra y el monopolio de la compra de toda la producción. Por eso han sido un obstáculo para las labores de erradicación con campos minados, amenazas y asesinatos a erradicadores, por ejemplo.
Se calcula que 60 por ciento de los cultivos ilícitos de coca está controlado por las Farc, según un estudio de Daniel Mejía Londoño y Daniel Mauricio Rico publicado en el libro Políticas antidroga en Colombia: éxitos, fracasos y extravíos. En 2003, el Banco Mundial estimaba que las Farc recibían anualmente mil millones de pesos sólo por el control del cultivo de coca.
Entonces, necesariamente si se quiere atacar el primer eslabón de la cadena del narcotráfico hay que contar con las Farc. Y para la guerrilla sería insostenible cualquier acuerdo de paz que solucione su problema pero no el de las comunidades cocaleras que han vivido bajo su control y que constituyen su base social más firme.
Además, si las Farc se retiraran del negocio de los cultivos, pero éste permanece ilegal, otros grupos armados ilegales entrarían a competir por él. Dada la ilegalidad del negocio, tener un grupo armado ilegal que lo regule es fundamental. Por eso, es mejor encontrar una solución que convierta a las Farc en aliados de la solución y no en parte del problema.
Mapa del informe Monitoreo de cultivos de coca (2012) de la Unodc
Va en la misma línea de los cambios en Estados Unidos y Europa
En Estados Unidos con las consultas sobre uso medicinal de la marihuana, que ha sido aprobada en ocho estados, y más aún con su despenalización del consumo en los estados de Colorado y Washington la discusión sobre las drogas está abandonando las políticas prohibicionistas y tratando de encontrar fórmulas intermedias. Eso ya viene ocurriendo hace décadas en naciones europeas como Portugal y los Países Bajos.
La propuesta de las Farc va en ese sentido, en momentos en que cada vez más líderes políticos de talla internacional abogan por una revisión a la política mundial contra la droga, como los ex presidentes latinoamericanos Fernando Henrique Cardoso, Ernesto Zedillo y César Gaviria e incluso presidentes en ejercicio como el guatemalteco Otto Pérez Molina o el uruguayo José Mujica.
Esta propuesta, de ser acogida por el Gobierno, le abriría a Colombia un protagonismo diferente en esta nueva discusión.
Facilitaría a las Farc un espacio político y eventualmente electoral
Las Farc no están dispuestas a negociar si eso implica abandonar las bases sociales que han construído durante 40 años y si no pueden conseguir sus mismos objetivos por medios alternativos a las armas. Desde que en los años ochenta las Farc tomaron la decisión de meterse en el cultivo de coca, las comunidades bajo su influencia han vivido primordialmente de esta economía ilegal. Encontrar una nueva economía para estas comunidades es un paso previo primordial para que la guerrilla piense en dejar las armas.
Y en caso de que los diálogos con las Farc prosperen, la seguridad en las zonas productoras de droga será un factor clave para la eventual participación del grupo en la política local. “Es un tema fundamental porque si no se logra reducir el peso de los cultivos ilícitos en las economías locales, el posconflicto va a ser muy violento en esas zonas donde se encuentran. Sería muy difícil evitar que lleguen a disputar esos territorios otros grupos armados o que se rearmen sectores mismos de las Farc. E incluso podría suceder lo mismo que con la Unión Patriótica”, le dijo a La Silla Ariel Ávila, investigador de la Corporación Arco Iris.
La propuesta de las Farc es, a la larga, tanto económica como política. Económica, porque si se desmovilizan pero los cultivos ilícitos se mantienen, sus zonas de influencia seguirán viviendo la zozobra, en cambio, con cultivos lícitos podrán aprovechar mejor las utilidades del negocio. Y política porque de lograrlo las Farc habrán logrado alcanzar una de las más fuertes reivindicaciones de su base popular.
El desarrollo rural pasa necesariamente por los cultivos ilícitos
Uno de los temas claves en las negociaciones con las Farc en La Habana es el desarrollo rural. Estudios como los que ha realizado Daniel Mejía Londoño, coautor de Políticas antidroga en Colombia con el Ministro de Salud Alejandro Gaviria, han comprobado que la coca deja un margen de ganancias muy bajas al campesino, por lo que -en la teoría- no debería resultar difícil encontrar productos que puedan sustituirla en la economía campesina.
Sin embargo, en la práctica el mayor obstáculo para los cultivos de sustitución como los palmitos es que no existen cadenas de comercialización que permitan la salida al mercado de estos productos y su venta a precios competitivos. Y la infraestructura es precisamente uno de los puntos que más dificultan su distribución. Esta es, según Mejía, una de las razones primordiales para que muchos de los campesinos vuelvan a cultivar coca.
Si se legalizara el cultivo de coca, la consolidación de estos territorios por parte del Estado sería menos difícil, pues para comenzar, el Estado podría entrar a estas zonas y construir infraestructura. Los altísimos costos de transporte para sacar los productos lícitos son uno de los incentivos más grandes que tienen los campesinos para cultivar la hoja de coca.
En todo caso, para Mejía es necesario que los programas de desarrollo alternativo se implementen con una visión integral de la problemática, y no -como ha sucedido con la mayoría- de manera aislada. El mejor ejemplo a seguir podría ser es el Plan de Consolidación Integral de La Macarena (PCIM) que dirigió Álvaro Balcázar en cuatro municipios del Meta.
Este proyecto, planteado a largo plazo y enmarcado en el plan de consolidación del Gobierno, está basado en un plan de desarrollo económico regional de carácter integral que ya ha obtenido resultados favorables a corto plazo, según un estudio del propio Mejía, Ana María Ibáñez y María José Uribe.
Daría al Estado más legitimidad en zonas del país aún por consolidar
Hoy en día la lucha contrainsurgente y la lucha antinarcóticos terminan teniendo objetivos encontrados porque lo primero que hace el Ejército cuando llega a una zona bajo influencia de la guerrilla es tratar de acabar con la economía de la droga. Esto lleva a criminalizar a la mayor parte de la comunidad, que vive de los cultivos. Esto conduce, a su vez, a que -aunque odien a la guerrilla- terminen viendo en la Fuerza Pública a un enemigo más que a un aliado pues les acaba su principal fuente de ingresos.
“En general, entre más fuertes son las estrategias de erradicación -como la fumigación-, mayor es el costo en legitimidad para las instituciones del Estado en esas zonas donde la economía gira en torno al cultivo. Al dejar al campesino en una situación muy difícil y sin alternativas, la desconfianza en el Estado crece”, le dijo a La Silla el politólogo Miguel García Sánchez, quien ha estudiado la relación entre el negocio de la droga y la cultura política.
Esta propuesta de las Farc permitiría al Estado entablar un tipo de relación muy diferente con las comunidades y facilitaría la consolidación de territorios donde si se acaba la guerrilla surgirían o ya están otros grupos criminales pues verían que el Estado está de su lado. Es por esto que, por ejemplo, en Afganistán se decidió dejar de combatir el cultivo de drogas, que a la larga perjudicaba al Gobierno en su lucha contra Al Qaeda pues ponía a las comunidades del lado de los talibanes.
Colombia necesita un vuelco en su política de drogas
A pesar de que a nivel internacional el fracaso en la actual política antidrogas genera cada vez mayor consenso, Colombia ha sido lenta en reconocerlo. En diciembre, la Ministra de Justicia Ruth Stella Correa anunció la creación de una Comisión Asesora en Política de Drogas, que busca evaluar los resultados y el impacto de las estrategias en materia de política antidrogas de los últimos 10 años. Correa aún no ha develado cómo trabajará la Comisión ni quiénes la integrarán, pero varios de los investigadores en temas de drogas le confirmaron a La Silla que esperan un anuncio al respecto muy pronto.
Como contó La Silla en agosto pasado, una de las recomendaciones más importantes que hizo la Comisión Asesora en Política Criminal al Gobierno de Santos fue que Colombia debería liderar el debate mundial de la política antidrogas. A nivel interno, recomendó no penalizar ni criminalizar la dosis personal.
De ser acogida la propuesta de las Farc, permitiría a Colombia un protagonismo en el área que más le concierne -la producción- y que tiene que ver con su parte en el eslabón del negocio.




Las armas son legales, pero sigue el tráfico... el oro es legal, pero las minas ilegales cada día aumentan... los combustibles son legales pero se trafica... el alcohol es legal, pero se adultera... y para todos estos sectores de la economía existe una o varias mafias dedicadas a ello... por el acceso, monopolio y rutas mueren decenas de personas, otras van a las cárceles a pagar por una oportunidad, pero los capos siguen casi siempre campantes o se trasladan...
El microtráfico genera muertes, pandillas, viciosos que matan por conseguir una dosis y sólo ganan los "duros" de los cárteles...
Así que despenalizar la droga en cualquiera de los niveles de su cadena productiva sería otro grave error... la solución es radical, pero les da miedo o no les interesa asumirla: pena de muerte para el que produzca, comercie, consuma o se lucre de ella... y que sea a nivel mundial!!! De resto será darle rienda suelta a la peor plaga de la sociedad actual.
No estoy de acuerdo.No se puede ceder a los planteamientos de lasFARC.Si la droga es mala para laSaludFísica,emocional,mental,social..puesNO.Con esa"PAZ"ajuro(hipócrita/falsa)pero enDetrimento de laSalud,y favoreciendo laViolencia,losNegocios criminales,el desequilibrio mental, adicciones,traiciones,homicidios,Muertes como consecuencia de eseConsumo nefasto,Grave contaminación delMedio ambiente por esosLaboratorios,etc.:NO esPaz,es COMODIDAD CRIMINAL.1-Hay que combatir la producción de coca y marihuana y acabar definitivament con ella. 2-Los Narcotraficants/extorcionadors/homicidas/secuestradores/guerrileros de las FARC/ELN viven del delito y no son aptos para gobernar ni siquiera en su propia casa donde sus hijos crecen en medio delMAL Ejemplo del crimen yToda clase deDelitos,crueldad,violencia,sinDios y sinLey!¿Qué pueden enseñar losComunists/Marxists deBueno,bondadoso,generoso,limpio,Correcto,honesto,deRespeto a laLibertad,a la vida,a laJusticia,de amor alTrabajo y alProgreso?NADA!
No veo por qué mis impuestos deben alcaguetiar el consumo y las adicciones de gente que está o va a estar descompuesta...
En Bogotá se regalan dosis para que los viciosos consuman "sin causar mal" al ciudadano... esa es la política del actual alcalde... si se despenaliza el consumo, quién va a pagar??? o es que a los alcohólicos o fumadores les regalan la media botella diaria o la cajetilla???
No hay recursos para la guerra contra las drogas ni trajo buenos resultados, no hay recursos para subsidiar el vicio... para qué perder tiempo con eso... sin consumidores no hay quien venda y menos produzca... sólo con la ley del terror es que la gente aprende y si no, pues los que queden sabrán que no se puede repetir el error!!! Los derechos de la sociedad deben primar sobre los de individuos que no aportan nada a la misma y por contra, solo generan violencia, desestabilizan familias y hasta agotan presupuestos públicos.
las farc deberían ser consecuentes, como los comunistas chinos!!!
Los Estados Unidos carecen de la autoridad moral para oponerse una possible legalización de la marihuana en otros países y de un control gubernamental de la producción y distribución de la hoja de coca.
En cuanto a la marihuana se refiere. Las pasadas elecciones en USA dos estados (Colorado y Washington) legalizaron la marihuana y ahora la tratan como se trata la venta de licor. Otros estados tienen leyes que legalizan el uso medicinal de la droga.
En cuanto a la coca, el consumo es el mayor impulsor de la producción, transporte y distribución ilícita – y todas las consecuencias cruentas que implica para los países productores y puentes de la misma. Los Estados Unidos tiene un problema social de adicción que demanda soluciones sociales no punitivas. Esa tendencia a castigar declarando “Guerras contra… en este caso las drogas”, castiga a adictos, usuarios casuales como a productores y solamente ha servido para la creación de agencias policiales que si logran su cometido se autodestruye
Excelente analisis,vale la pena un gran debate sobre este tema.Felicitaciones para los investigadores.Buen tema para la silla vacia,y buen aporte para el proceso de paz.
Bienvenidos éstos planteamientos hechos por las FARC.
Todo por la paz.
Estoy gratamente sorprendida con la calidad de este articulo, es decir, no es que ustedes escriban mal, pero con este se lucieron !!
Independientemente de todo lo que haya hecho las FARC, el discurso que pronunciaron en Oslo me hizo sentir más empatía con esas palabras que con la eterna retórica de los gobiernos de turno que hablan y hablan y no dicen nada, y mucho menos hacen algo.
Definitivamente el gobierno jamás ha tenido ganas de hacer de este país un sitio mejor para sus ciudadanos. Ayer leía una noticia que en Quito se iban a invertir casi 500 millones de dólares en el metro de la ciudad, sin tanto problema como sucede acá.
Ya nos gobernaron los riquillos del país y no hicieron un carajo, ya nos gobernaron los narcotraficantes, ya nos gobernaron los paramilitares, durante 200 años han gobernado los mismos ¿qué de malo tendría que gobernara la guerrilla? ¿Sería este un país más democrático? ¿Cambiaría la desigualdad social tan aberrante? ¿El narcotráfico dejaría de ser la mayor fuente de ingresos al país asi nadie en el gobierno lo reconozca? Pero peor no podemos estar...
Koven, me pasa lo mismo, el Blog de las conversaciones de paz ahora parece escrito en el siglo XXI. http://bit.ly/10DwP3g vale la pena leerlo.
Al carajo las instituciones, al carajo la constitución del 91, al carajo el Edo. Social de derecho, al carajo la tradición republicana. Claro, lo más facil es decir que todo sigue igual, que estamos en la olla. Pero definitivamente lo que nos merecemos es una dictadura como en Cuba, o Corea del Norte. Eso si es desarrollo. Pero resulta que peor si podríamos estar, los ejemplos están dados.
Aldebarán, Cuba, Corea del Norte, son resultado de guerras perdidas en batalla por los ejércitos regulares y rebeldes, cada una con particularidades que no modifican el concepto pero que no valen la pena discutir. Tampoco creo yo que la discusión es si se es, o no se es, de una posición extrema, hay grises en esa escala. El socialismo democrático de los países nórdicos se aplica con todo rigor, unos impuestos fuertísimos, casi que depredadores con una redistribución bastante menos desigual. Las constituciones las hacen los países por un acuerdo político y después le dan la majestad que quieran, pero creo que estamos obligados a disminuir las diferencias lo más rápidamente posible con medidas extremas, creo que hay que conversar con el enemigo porque corremos justamente el riesgo de Cuba y Corea
No, el riesgo de convertir a Colombia en Cuba se corre al convertirse interlocutor de los asesinos que quieren imponer el sistema cubano.
Si claro que cada proceso tiene sus particularidades; pero eso no quiere decir que no se puedan hacer paralelos. Tan si se pueden hacer paralelos, que la situación económica, de desarrollo humano y de libertades es muy similar en esos 2 ejemplos. Pero es cierto que hay veces en que las comparaciones no aplican por la misma complejidad mencionada. Es por eso que el socialismo escandinavo no sería ni remotamente parecido a un régimen fariano en Colombia. La juridícidad y el rigor institucional de esas sociedades es total y no dudo yo en que esa característica es vital para el buen funcionamiento de cualquier modelo que se proponga. Pero nada que ver con eso de andar armando constituyentes como si fueran cualquier comité inane, o de siquiera contemplar la idea de que las Farc suban al poder, con una base social mínima en comparación a la enorme porción de pueblo que los aborrece y que nada tienen que ver con la "oligarquía" que falazmente venden.
Aquí la consitución del 91 es un hermoso ejemplo que el papel todo lo aguanta, no hay derechos fundamentales que los gobernantes cumplan, por ende el estado social de derecho no sirve para nada cuando un abuelo de 80 años tiene que pararse al lado de un semáforo a vender bon ice, y pues la tradición republicana no sirve para nada, al menos no para aquellas millones de personas que tienen que vivir en la miseria y/o desplazadas de su tierra.
Es obvio que estamos peor que en Cuba o Corea del Norte, aquí los que más ganan tienen ingresos insultantes respecto al grueso de la población que los mantiene. ¿Qué las cosas tienen que cambiar? Es obvio, pero el pueblo colombiano no es conciente de su propia desgracia y cuando no te das cuentas que vives en un cuchitril pues no vas a hacer nada para cambiarlo, algo o alguien tendrá que hacerles caer en cuenta del verdadero país que habitamos.
...obviamente sin cifras concretas es muy difícil llegar a buenas conclusiones; también es cierto que especular sobre como serían las cosas si las FARC llegaran al poder es muy poco serio y viable. Pero una pequeña muestra de que Colombia tiene cierta ventaja sobre Cuba y Corea del N. es que hoy estamos aquí hablando de esto, en esta página, donde incluso se leen ideas subversivas (...). Ud. cree que en Cuba pasa eso? le recomiendo que siga a Yoanni Sánchez para que vea que es libertad de expresión. Porque un estado no es solo un capataz que le da concentrado en baldes al ganado/pueblo, también es una comunidad donde la dialéctica juega un papel vital en sus destinos. Eso es algo que tenemos y seguro con las FARC no tendríamos. ejemplos hay más.
Hay muchas sociedades, me atrevería a decir que en la mayoría, donde por lo menos un abuelito de 80 años tiene que vender bonice o algún otro producto equivalente en semáforos. De suerte tal que en ese punto lo que hay que hacer es cuantificar el asunto y con base en ello establecer que tan efectivo es el Estado a la hora de evitar que a los abuelitos les pase eso, pues la eficacia en ese sentido admite gradualidades; no es absoluta.
Podrá sonar muy frio, calculador e inhumano, pero es la única forma seria, viable y no charlatana de llegar a conclusiones medianamente valiosas.
Los factores a evaluar son muchos, y mucho se ha escrito sobre el tema como para venir a machetearlo mediocremente aquí (Amartya Senn, entre otros). También es cierto que en muchos conceptos Colombia se mete una rajada soberbia, como en igualdad y desplazamiento, pero le aseguro que hay muchos otros que hacen pensar que esta democracia es lo menos peor y que es una buena base para trabajar...
Bueno, si estamos peor que en Cuba o Corea del Norte, valdría la pena saber cuántos cubanos/coreanos quieren vivir en Colombia y cuántos colombianos quieren vivir en Cuba/Corea del Norte.
Desde luego, eso no significa que vivamos en un país decente; aunque sí es claro que (por ahora) vivimos en uno mucho menos indecente que Cuba o Corea del Norte.
Un agravante de la indecencia de nuestro país es que hay gente que preferiría que todos viviéramos como los cubanos y que asesina para imponer un Estado como ese. Para que todo sea peor, los representantes de las instituciones (elegidos mediante voto popular), están dispuestos a negociar con los asesinos. Y para acabar de rematar, la gente que supuestamente tiene "conciencia social" justifica a los asesinos.
La derrota militar no ha servido porque al ejercito no le conviene acabar la guerra... y cuando digo ejército me refiero a todos los beneficiarios económicos del aparato militar (suministros, altos mandos, servicios.. etc.) Un porcentaje jugoso del PIB se dentina a guerra y los beneficiarios de esto no lo van a cerder tan facilmente.. o ¿que creen que se haría despues de acabar la guerra con tanto soldado desocupado?
Derrotar militarmente a las farc solo dejaria muchos pueblitos sin oficia y unas buenas Bacrim listas a tomar el negocio.
El cultivo de coca es basicamente lo que le da el poder de negociación a las farc, sin eso no tendrian que entregar, y naturalmente es lo que se tiene que "recibir" porque es más importante que el poder militar que tienen, luego comparto la línea del artículo, esa es la parte más importante de la negociación con las farc, el que hacer con la tierra que ellos controlan en el post-conflicto.
Me sorprende que se dejen meter en semejante y tan vago análisis cuando lo único que quieren los terroristas inventando este show de legalización acolitado por santos es: EVITAR SU EXTRADiCióN... eso es todo y lo único de lo que se trata esta patraña.
Los estados que legalizaron el uso recreativo de la Marihuana fueron Washington y Colorado, en Oregon no pasó
Mil gracias por señalarnos el error, Santiago, ya quedó corregido.
Me parece que en este foro esta planteada la verdadera discusión, yo estoy de acuerdo con trenodio, viendo los cuadros donde se aprecia los enormes beneficios que obtienen las FARC con las drogas, pues se infiere inmediatamente que no se lo van a dejar quitar así no más, por lo menos se quieren ganar los réditos políticos. Creo que los que más saben del tema son las FARC, sin duda, así que creo que "el saber hacer" de ellos es indispensable. El triunfo militar no será posible con la condición de la droga de por medio y finalmente, no se cuando, la legalización 100% será la única salida. Lo que si es evidente es que el discurso cambió.
Muy interesante el contrapunteo entre canaalpe y trenodio. Creo que exponen bien las dos perspectivas que hay si se considera que la mejor alternativa para llegar a la paz es la negociación política (trenodio) o si se cree que la mejor alternativa para conseguirla es la derrota militar (caanalpe).
Sorprendente su comentario. Lo que escribe el ultimo no tiene ninguna seriedad, puesto como se lo han dicho los foristas en LSV antes, todos sus comentarios son basados en tergiversaciones, analogías simplistas y absurdamente irrelevantes, hechos falsos y distorsionando siempre a la contraparte o el contenido del articulo.
Yo estoy del lado de las instituciones. Una característica del mundo civilizado es que no se negocia (NADA) con asesinos.
Claro que yo preferiría que no hubiera muertos. Pero la solución para eso es que el asesino se entregue y se acoja a la ley, no cambiar la ley para que el asesino se imponga.
Yo no tengo ningún problema con respecto a la legalización. No veo por qué debería haber leyes diciéndole a la gente qué puede consumir y qué no. Pero ese no es el argumento que se dio en la entrada, ni es el que da trenodio.
Mi problema es con quienes justifican a las Farc a través de sus "propuestas" o con quienes sugieren cambios en las instituciones como cesión a un chantaje.
No es lo mismo decir: "Debemos legalizar la droga porque el Estado no tiene por qué meterse en lo que la gente consume" que decir "Debemos acoger la propuesta de los mafiosos para que dejen de extorsionarnos". Ya encontrarán algo más para hacerlo (quiero decir, extorsionarnos).
El problema es que usted da por sentado que las Farc son criminales a secas. Y es un error mayúsculo porque usted, como muchos otros colombianos generalmente de derecha que se dicen institucionalistas, no logra entender que el Estado, la institución que representa a la nación, está en diálogos con las Farc. Ese simple hecho (además de muchos otros) evidencia claramente la condición política de las Farc. Y no sólo eso, evidencia que el Estado colombiano reconoce esa condición.
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