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Llevamos dos semanas de turbulencia alrededor de escándalos en las Fuerzas Armadas: “chuzadas” ilegales aún por aclararse, eventual corrupción tanto en el ejército como en la Policía, posible intención institucional de favorecer a los implicados en “falsos positivos”, desconfianza –por decir lo menos- con los negociadores oficiales en el proceso de paz y aparentes enfrentamientos internos que ocasionan la filtración de la información que ha generado remezón en la cúpula.
Las revelaciones de la Revista Semana sobre aparentes ilegalidades en operaciones de inteligencia, que habrían conducido a "chuzar" a algunos de los voceros del gobierno en La Habana, encendieron las primeras alarmas: no había suficiente control sobre los recursos que permiten ese tipo de operaciones y miembros del ejército estarían buscando información, bien para afectar el proceso de paz posiblemente en alianza con opositores, como dijo el Presidente que en su primera reacción en la que habló de fuerzas oscuras, o bien, para estar seguros que “no los están negociando por debajo de la mesa”.
Este episodio ya era suficientemente grave y la reacción gubernamental fue errática: Santos insinuó “complot” contra el proceso de paz, el Ministro lo desmintió y dijo que eran operaciones legales, el Presidente pidió un informe, los militares hicieron el informe y llegaron a la conclusión –al mejor estilo del Pibe Valderrama- que todo bien, todo bien, luego de lo cual el Ministro Pinzón le echó vainazos al propio Presidente cuando dijo que él no iba a actuar como lo habían hecho en el pasado –refiriéndose a la época de Santos en el Ministerio- que echaban generales sin fórmula de juicio, en clara alusión a las decisiones adoptadas en las épocas de los “falsos positivos” y de las interceptaciones ilegales de comunicaciones.
Ya, unos días antes, sin que se notara mucho, habían respondido una solicitud de información del Presidente sobre los responsables de filtrar información al expresidente Uribe con ocasión de unos movimientos que permitían la salida de uno de los miembros de la guerrilla que ahora negocian en La Habana: la información se manejó de tal forma que no era posible saber quién había filtrado los datos. Aparentemente el Ministro Pinzón no había informado al Presidente Santos que la investigación se había cerrado sin resultados porque éste hizo una nueva alusión a la necesidad de esclarecer esos hechos.
Hay que reconocer que hasta ahora el Ejército y todas las fuerzas han sido leales con el proceso de paz. No es fácil para una institución como esa -a la que la guerra le ha costado tanto dolor- aceptar que, sin su participación directa, se esté negociando con quién llevan llamando por décadas “el enemigo”. La decisión de nombrar dentro del grupo negociador al General Mora Rangel y su participación en la mesa han sido fundamentales para tratar de generar confianza. Mora ha tenido una actitud decidida en favor de la negociación y ha aportado mucho a los avances del proceso. Ha tenido permanente comunicación con oficiales activos y con retirados activos en política.
No debe caber duda que el complot o la simple desconfianza no son posiciones institucionales. Sin embargo, con el correr de los días la preocupación sobre el contenido de la negociación y la manera cómo puede afectar a los militares ha crecido, en especial porque ha aumentado la inquietud de los implicados en delitos cometidos en el marco del conflicto sobre cuál va a ser su situación jurídica una vez termine éste. La frase del general Barrero, comandante retirado esta semana, sobre la confianza de que no se negocie al ejército en La Habana es una confesión sobre la inquietud existente.
No se necesita negociar con las Farc para saber que superado el conflicto tendrán que venir cambios en las Fuerzas Armadas por la simple razón de que “el enemigo” ya no estará combatiendo.
Otra cosa es el tratamiento a los miembros de las fuerzas que cometieron delitos. Para ellos tendrá que haber justicia transicional en términos similares a la que se pacte para la guerrilla. Esas condiciones no se deben pactar en La Habana, deben ser una decisión política de la sociedad expresada por el Gobierno. Ya el Presidente Santos lo ha dicho.
"No nos van a dar el mismo tratamiento que a los terroristas", han dicho varias veces miembros de las Fuerzas Militares. No, a los centenares de miles de soldados y oficiales que han enfrentado la violencia dentro del marco de la ley hay que darles el tratamiento de héroes.
Otra cosa es el tratamiento que se les da a quienes han delinquido. A los responsables de los asesinatos de casi 3000 jóvenes en lo que se ha llamado los “falsos positivos” no se les podrá dar el mismo tratamiento que a quienes cumplieron con su deber dentro del marco de la ley. Los generales no pueden equivocarse: los militares presos están sindicados de delitos y no son iguales a los demás. Merecen reproche y castigo en términos similares a otros delincuentes que también han cometido delitos que nos han dolido mucho.
La mayoría de los colombianos reconocemos el valor de los miembros de las fuerzas militares y por eso la conducta de los que han cometido delitos nos impacta tanto. El papel de los generales no puede ser ahora defender a los que violaron la ley aún si tienen su propio uniforme. Al contrario, no hay derecho que unos se tiren la enorme tarea que hacen los otros.
En el entre tanto, el Ministro Pinzón no sólo no responde (en la connotación jurídica del término) sino que asume una actitud defensiva por lo que vale la pena oír la recomendación del periodista Daniel Coronell quien propone al Presidente nombrar a un civil en el Ministerio de Defensa. En los países donde el Ministro es un civil éste responde políticamente por las actuaciones de los militares.
.. y agrupa a la sociedad en buenos (de derecha) y malos (de izquierda) con el afán de ponerme en la orilla contraria a la suya. Lamentable artilugio. Muchos de derecha no están con los paramilitares que matan y comen del muerto. Muchos de izquierda no están con guerrilleros que secuestran y reclutan menores. Pero si a usted se le ocurre que EXTREMA derecha es igual que DERECHA, termina justificando la corrupción los políticos que dirigen el país, los asesinatos causados por militares y la inescrupulosa acción de grupos como el de Uribe. Y si justifica eso, no es ud de derecha, sino de extrema derecha y pueden tener todo el poder ahora, lo han conseguido con la guerra y la corrupción, pero ese no es el país que deberíamos buscar. Además encasillar al contradictor en una única orilla, es la forma en la que las extremas intentan agrupar la diversidad para esconder el miedo a ver otras ideas, a que le cambien sus paradigmas, a que lo enfrenten en una realidad que no desean ver.
Le solicito que no construya argumentos con lo que supone que creo, porque se desbaratan si eso es falso. No describo la derecha por las acusaciones a las que se refiere. La describo porque usa la misma metodología para desacreditar al contrario. Porque intentan meter al otro en la esquina de la izquierda y si no encuentran las pruebas las inventan, las maximizan. Mientras que son condescendientes con la fuerte y repetitiva relación Uribe-paramilitares. Ejemplos de eso, ya no los pueden tapar con elefantes. En algún momento de su lógica decidieron que lo de Uribe con sus alianzas y sus métodos ilegales, puede ser justificado porque él hizo cosas que les parecieron grandes. El fin justifica los medios, pero si el autor lo pueden identificar en su orilla. Porque sino, es un terrorista de izquierda, que daño le hace a la sociedad, pura y casta. Además, en su afán de que mi argumento pierda peso, entra en varias ocasiones en a hacerme ataques personales, cosa también irrelevante.
Contesto un argumento suyo presentado en el artículo "Iván Cepeda se le midió a los usuarios de La Silla" dirigido a mi. Como tuvieron la maravillosa idea de limitar al usuario, por cantidad y no calidad; ahora para continuar el debate hay que buscar "fuera del tema" al forista. Uhmm una lastima. Al punto: Afirma usted y cita una fuente privada y altamente cuestionada (caracol), que Colombia es de derecha y con ello continua haciendo sus afirmaciones de cómo la derecha es la mayoría de Colombia, etc. Pues todo eso es completamente inútil, porque volvió a caer en la simplicidad de la generalización. Le explicó. Yo hablaba de la EXTREMA derecha. que para mí es uno de varios pensamientos en Colombia, como también hay EXTREMA izquierda y hay pensamiento de derecha, de izquierda, de centro, de centro-cristiano, de centro-ateo, etc. Algunos de ellos no apoyan las arbitrariedades de cualquier extrema. Usted presentó un panorama como si solo existiera derecha y la izquierda (cont)
"¿Qué es la doble moral? Es el hecho de actuar acomodando los principios éticos y las creencias a la conveniencia particular de quien la utiliza. Es una forma de manipulación flagrante porque el objetivo último de quien la ejerce es justificar una acción que puede tener consecuencias negativas para los demás."
Una pregunta que quedaría es si la doble moral es útil y aceptable cuando se trata de los "intereses superiores de la república". La cultura del todo vale. La doble moral de unos se apalanca en la de los otros.
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El nuevo comandante del Ejército, general Jaime Lasprilla: "Anhelamos la paz, pero digna y basada en una victoria militar". Más claro no canta un gallo: No a la paz basada en negociaciones.
Si alguno de los cacaos que salieron de las FF. MM. fue por culpa de oponerse a las negociaciones, parece que el que llega no deja, de entrada, ninguna duda de su posición: No negociación.
¿Alguien me explica cómo funciona esto de los dobles discursos?
Cesó la tranquilidad
La posición de Riveros me perece sensata, nada extremista pero dándole el valor a cada posición: No por espíritu de cuerpo se ha de defender a los delincuentes. No por descubrir las artimañas anti pacíficas de algunos militares hay que denigrar de todo el ejército. No por defender el proceso de paz hay que ocultar los errores del gobierno, en particular por ese prurito de estar bien con todo el mundo. El ministro de Guerra debe salir para que un civil ocupe el ministerio de Defensa. El temor que muchos tenemos es que el poder oculto de los negociantes de la guerra (incluidos políticos, banqueros, empresarios y militares) sea tan grande que Santos corra la misma suerte de Belisario cuando fue depuesto por los militares durante el - por ellos preconocido y aupado - episodio del Palacio de Justicia. ¡Sería desastroso! Ojalá Santos sea más fuerte en este episodio de las negociaciones de paz.
Por el bien de las Fuerzas Militares, sería bueno que los Generales que tienen el mando y si están "limpios" de tanto escándalo, le dijeran la verdad al país y así se quitaran ese manto negro que oscurece sus valerosos actos, de lo contrario darán a entender que son cómplices y eso si es grave, porque estarían perdiendo el apoyo de la sociedad colombiana y la paz no sería posible.
Total acuerdo
Una pregunta. A raiz de los correos conocidos del presidente JMS y sus inquietudes comerciales para negociar obras de arte con el Sr.Fernando Botero Jr, persona que si no estoy mal fue condenado en Colombia por varios delitos y que si no me equivoco se encuentra profugo de la justicia. Es etico y legal que quien representa la institucionalidad del pais (JMS) mantenga este tipo de relaciones comerciales?
Guinessstout. Te sales del tema. Acá se discute el papel del gobierno frente a los delitos cometidos por militares.
Considero que mi comentario anterior no se sale del tema porque se especula que los correos interceptados al Presidente JMS fueron desde el restaurante Buggy sede de la operación Andromeda y que existe mas material que eventualmente se estara dando a conocer. Repito son especulaciones
El problema de Colombia es que casi todo los mandos de poder, tanto públicos como privados, están en mayor o menor grado untados de ilegalidades: políticos, militares, iglesia, banqueros, etc., etc., etc... Las personas que están en la otra orilla, a los que llaman malos, guerrilleros, paras, mafiosos, delincuentes comunes, también están contaminados. Entonces, quien tiene autoridad moral para imponer condiciones y hablar sin que le estalle la bomba en sus manos? Nadie. Se requiere reconocer nuestros errores a todo nivel y hacer un pacto donde todos quepamos, aportemos y nos comprometamos a empujar todos para el mismo lado, por el bien de todos y pensando en que es posible vivir en paz pero sin desigualdades y con los mismos derechos.
La confusión a la que hemos llegado es total. Fíjense que la gente de "derecha" anda defendiendo los argumentos de la "izquierda" para obtener réditos electorales (las causas objetivas del conflicto).
Pero entre tanto sancocho ideológico, resalta una afirmación con la que estoy dolorosamente de acuerdo: "Y paz no habrá".
Hasta luego me voy a ver la clausura de Sochi 2014 que fue todo un espectáculo de 15 días.
LOS RUSOS SE SALIERON CON LAS SUYAS, NO ERA PARA MENOS.
Sionix, Jalule, Bat, ESQUINKLE, Tana, Mario Rubio etc. etc. etc. y todos: en este momento con el debate del blog de la directora(donde ni para discutir sobre la discusión hay espacio) no se han quedado con ganas de complementar y/o replicar algún tipo de comentario del cual difieras y/o estés de acuerdo; les parece que un triple out en un portal que se dice ser interactivo son suficientes para un tema tan sensible y apasionante como es la clase política corrupta colombiana?.
Se creen capaces de quedarse con las ganas de replicar posiciones bastante absurdas, fuera de la realidad y hasta amañadas como algunas veces nos han planteado algunos de los autores incluso los mismos usuarios?.
Si a todas las respuestas hay un sí, creo que el eje del portal desaparecerá, convirtiéndose en una simple exposición de posturas más no de opiniónes debatibles.
Regular la personalización del ‘’conflicto interno’’ es lo ideal. Lo otro es extremo y riesgoso.
GOOD NIGTH AND SWEET DREAMS
El temor es claro, como paso con el casos del palacio de justicia, los en ese entonces enemigos del estado M-19, contratados por Escobar atacaron el Palacio y fueron abatidos, hubo exceso de fuerza para algunos y desaparecidos para otros, los guerrilleros son amnistiados y desde su papel en la política y las altas cortes, pasaron a ser los verdugos de los militares, hoy son estos últimos los investigados y poco o nada pueden hacer al ser utilizados como carne de cañón para acallar las voces en los diferentes casos, cada vez pierden mas terreno con el "enemigo", pero no en el campo de batalla, sino en el estado; ese es el temor bien fundado con el tipo de negociación que se da en la habana, curioso que sea en medio de una dictadura comunista donde se hable de democracia, curioso que Maduro apoye este proceso mientras es fiel ejemplo de como el comunismo de extrema izquierda y con supuesto discurso socialista destroza y divide al país vecino... e insulta a Santos de frente sin mas...
Volviendo a la senda perdida
SE necesita negociar con las Farc para saber si el posconflicto nos trae verdadera inclusión,social,política,económica,a fin d garantizar q ‘’el enemigo’’ no regrese a las filas y de cimentar esto q insisten es una democracia, como si esta se midiera únicamente x el grado de censura informativa como lo quieren hacer ver poniéndonos como ejemplo a Venezuela todos los días, como distracción, y como si acá no tuviéramos suficiente para estar pendientes del vecino.
Como negar Riveros q hay un cizañero mayor en medio de todo esto, y q naturalmente unido a los militares q no quieren terminar la guerra x réditos económicos, se convierten en un motivo muy político particular disfrazados de honor. Los verdaderos militar q están cansados de la guerra y q piensan en ellos, en sus familias y en el país del mañana, son las que realmente le ponen el pecho a la brisa, ellos también tienen derecho a manifestarse con más razón q los q están en un escritorio.
¿Al Ejército como institución la guerra le ha costado dolor? Entonces, ¿qué podrán decir las 6 millones de victimas conrabilizadas desde 1985? ¿Por que no parar la guerra si los militares,
según usted, están tan afligidos? ¿Por qué al Ejército le gusta flagelarse?
Es curioso que pocos señalen lo obvio: Que en el ejército hay héroes (los más) y villanos (los menos). ¿No sería lógico, como lo advierte Riveros, dar tratamiento de héroes a los héroes y de villanos a los villanos?
¿No es acaso censurable que los villanos del ejército intenten arroparse con la bandera que les corresponde a los héroes? (Honor, patria, ...) Y que gente consciente le siga el juego a los bandidos que hay en el ejército, da para pensar largo: O no son tan conscientes, o tienen intereses en el asunto; y, definitivamente, no les hacen ningún bien a las FF. MM.
Y dar el mismo tratamiento a las fechorías de las FARC, que estaban ahí para hacerlas, sin justificarlas; como a las manzanas podridas del ejército que traicionaron la proclama de la institución, y que no estaban ahí para matar inocentes ni para robarse el presupuesto, solo cabría en la lógica forzada de la política. Pero como en esta lógica todo cabe, con la advertencia de la excepcionalidad ... podría ser.
Los militares, para bien o para mal, no pueden usar los mismos métodos de quienes dicen combatir porque serán juzgados y vistos por la sociedad como criminales o vulgares delincuentes, que se embolsillan los presupuestos y luego argumentan que necesitan mas dinero y acuden a la sociedad civil para que, via impouestos o bonos de guerra, les entreguen los recursos que necesitan.
Para un sistema social, político y económico, cualquiera sea su naturaleza, el carácter y el tipo de intereses que defienda, los distintos estamentos de las Fuerzas Armadas son claves; la democracia de los tres poderes públicos, autoridades de control con superintendentes administrativos a bordo y autoridades electorales; con elecciones periodicamente llevadas a cabo y con libertad de prensa, son algo muy importante y condición imprescindible para los negocios de la grandes transnacionales, grandes, medianos y pequeños capitalistas. Y garantías deben ser también la moderación del Ejercito, la Policía y demás fuerzas que deben actuar con el sello de la moderación que imponen la Constitución y la Ley. La corrupción en los militares es horrorosa y los asesinatos adquieren la dimensión de escándalos.