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Jueves Marzo 30, 2023

La relación entre Álvaro Uribe y el Presidente comenzó a dañarse casi desde el mismo día de la posesión de Santos, pero ahora la ruptura sí es abierta y total. Y aunque la razón de la discordia ha ido variando mes a mes, la inminente aprobación del Marco para la Paz se ha convertido en el tema que realmente los pone en orillas opuestas.

El Marco para la Paz es una reforma constitucional que en el caso de que haya un proceso de paz le permitiría a la Fiscalía juzgar solo a los "máximos responsables" de los crímenes de la guerrilla y de otros grupos armados, y no juzgar al resto de la tropa. Una ley posterior debe fijar  los criterios que definan a quién se juzga y cuándo.

Estas son las razones de fondo detrás de la avalancha de trinos del ex presidente contra esta iniciativa:

1

Uribe no quiere una negociación con las Farc, y el Marco para la Paz lo que busca es crear las condiciones legales básicas para darle estabilidad a un eventual pacto con la guerrilla.

2

Una negociación de cualquier tipo implica ceder y reconocer que no se logró la derrota militar de la guerrilla que era el principal propósito de Uribe, de su Política de Seguridad Democrática, del aumento en la inversión en defensa y de la última fase del Plan Colombia.

3

La Política de Seguridad Democrática perdería protagonismo y sería reemplazada por una radicalmente opuesta, una política de negociación de paz. Eso es difícil para Uribe pero también para los militares porque la política de Seguridad Democrática creó un modus operandi y práctiamente se convirtió en una ideología entre las Fuerzas Militares. 

4

El Marco para la Paz pone en el mismo saco a la guerrilla y a las Fuerzas Militares. Aunque el proyecto de ley dice en su inciso tercero que “La Ley podrá autorizar un tratamiento diferenciado para cada una de las distintas partes que hayan participado en las hostilidades,” cuando se habla de “cada una de las distintas partes” se incluye también a la Fuerza Pública. Eso es inconcebible para Uribe, quien siempre se ha opuesto a que las Fuerzas Militares se traten como un “actor” más del conflicto. Pero al mismo tiempo, esto permitiría que ante una eventual negociación de paz los militares que violaron derechos humanos no terminen en la cárcel mientras que los guerrilleros que combatieron terminen en el Capitolio. Tener una fórmula legal para todos permitiría que haya un verdadero cierre.

5

Significa perder completamente su batalla para evitar el reconocimiento de beligerancia a la guerrilla. Uribe logró mantener durante ocho años el discurso de que no había conflicto armado. Lo hizo con un solo propósito y era mantener también el discurso de que las Farc lo que son es terroristas y por lo tanto, no reconocerles de ningún modo un status político. Uribe mantuvo este discurso incluso por encima de los problemas que le traía a las Fuerzas Militares, que difícilmente podían justificar sus operaciones en el marco del Derecho Internacional Humanitario. Uribe ya perdió la mitad de su pelea cuando Santos metió en la Ley de Víctimas el reconocimiento de que sí había conflicto armado y el discurso cambió para todas las instituciones del país, pero la perdería totalmente si la guerrilla se sienta en una mesa a negociar. Porque con “terroristas” no se negocia ni se hacen concesiones.

6

El Marco podría llevar a la participación política de la guerrilla. Aunque el proyecto tal como está no abre explícitamente la posibilidad de que los guerrilleros que firmen la paz accedan a un cargo de elección popular, esto sí estaba contemplado en el proyecto inicialmente redactado por el Gobierno. Ya con el Marco aprobado, un desarrollo legal posterior podría permitir esta posibilidad. Sobre todo porque ya con una negociación de paz de por medio, esto puede ser el tema que se negocie con las Farc, que siempre han tenido una pretensión política. Obviamente, ver a un exguerrillero gobernando en el futuro sería la mayor pesadilla para el expresidente, que es él mismo víctima de la guerrilla pues su papá fue asesinado por las Farc.

7

El Marco puede convertirse en un incentivo para que los paras aporten nueva información. Aunque todas las críticas del expresidente y de muchos otros -uribistas y no uribistas- que se oponen al proyecto se han centrado en criticar que a la guerrilla se le perdonen sus crimenes después de todo el sufrimiento que le han causado a los colombianos, al Marco le puede salir una pata que tampoco le conviene al ex Presidente. Y es que si hay una negociación de paz con la guerrilla que apunte a que de verdad pueda haber un fin del conflicto, los paramilitares extraditados podrían terminar de alguna manera cobijados por las leyes que se expidan en desarrollo de ese Marco para la Paz. Aunque esta reforma en principio no es retroactiva, La Silla Vacía supo que los jefes paramilitares presos quieren ser beneficiados por él de alguna manera. No es gratuito que la semana pasada Salvatore Mancuso haya salido a hablar en una entrevista que tuvo que haber contado con el beneplácito del gobierno Santos y haya mencionado el encuentro que tuvo “una vez” con Álvaro Uribe y que luego se haya negado a decir de qué se trató. Una fuente cercana a ellos dijo a La Silla que creía que se trataba de un "guiño" al Gobierno en vísperas de la aprobación de esta reforma constitucional que podría cambiar justicia por verdad.

 

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Vie, 2012-05-25 14:34

No entiendo cómo alguien puede entender distinto lo que es ser terrorista. Claro que me parece mal que recluten niños, pero creo que la solución es el imperio de la ley. Dar la impresión de que se está cediendo a un chantaje (si no negocian conmigo, sigo reclutando niños) promueve el terrorismo, no lo acaba. Es lo mismo que negociar con los que se lucran de la pornografía infantil: ¿Se debería negociar con esos también?

El punto final al conflicto se da cuando se respetan las instituciones. Cualquier negociación sirve para fortalecerlos porque negociar/conceder/pactar implica reconocer a un grupo de asesinos como un interlocutor válido de las instituciones.

Ya puse el ejemplo en otra entrada: Si un día alguien decide organizar a un grupo para extorsionar, secuestrar y asesinar gente en Rosales (eso sí, en nombre de la equidad o de la justicia social) ¿el Estado debería negociar con ese alguien?

Vie, 2012-05-25 21:04

caanalpe, ¿tú crees que es posible acabar a la guerrilla militarmente? Yo creo que Uribe logró sacarlas de los centros productivos del país y arrinconarlas de nuevo en la periferia. Eso nos ha permitido a los que vivimos en las ciudades estar frescos y pensar que el conflicto se acabó. Pero y esos niños del Putumayo, qué? Y claro que uno negocia un proceso de paz es con los que se oponen a las instituciones, no con quienes las respetan. La pregunta es si tienen algún elemento político que los diferencie de un violador de niños. Yo creo que sí, pero que si no se hace una negociación rápido no habrá con quien negociar porque serán delincuentes puros y eso es aún más complicado.

Lun, 2012-05-28 11:41

Solo para aclarar, en las Farc violan niños.

1. Yo me imagino que sí es posible acabarlos militarmente. 2. Nadie en su sano juicio habría pensado que el conflicto se hubiera acabado, ni siquiera cuando las Farc estaban más disminuidas.

De los niños del Putumayo, el ejército los buscará igual que se debe buscar a todo el que esté secuestrado ("reclutado").

No, no se debería negociar nada con los que asesinan gente. Los mecanismos para cambiar las instituciones están previstos en la Constitución, que yo sepa, ninguno contempla el asesinato y el terrorismo para presionar dichos cambios.

De nuevo, si se organiza un grupo para secuestrar y a asesinar gente en nombre de la "justicia social", ¿se debería negociar con ese grupo?

Jue, 2012-05-24 23:48

Si esto saliera REALMENTE como se necesita y no como les gustaría que les quedara, hombre, sencillo y claro: no ocurre el Uribazo.

Pero si no... bueno... Frisoles&Guaro Forever papi.

Por otro lado, le recuerdo a la amable redaudiencia que el papá del señor Uribe Vélez fue víctima de la guerrilla pero no era un Santo de Dios ni una Monjita de la Caridad. Hay varios libros al respecto y al detalle. "A las puertas del Ubérrimo" es uno bien clarito.

Esto parece más "Gangs of New York" que "Spartacus". O_o

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