Hasta hace apenas unas semanas, el exalcalde Enrique Peñalosa bien podía ser comparado con un alma en pena dentro del Partido Verde, hoy bautizado Alianza Verde. No le quedaban peñalosistas dentro de la Dirección Nacional. La muerte de su amiga Gilma Jiménez y la orfandad de su otrora aliado Alfonso Prada (de salida en la colectividad) lo dejaron sin mayores escuderos. Peñalosa quedó solo, criticando la unión de los verdes con Progresistas y defendiendo la idea de hacer una consulta que le garantizara, al menos, poder ser precandidato a la Presidencia.
Pero eso fue hasta hace apenas unas semanas. Hoy en la Alianza Verde varios de los cuadros verdes se están alineando para hacer una suerte de “patriotismo verde”, que consiste en apoyar a Peñalosa frente a la eventual precandidatura del progresista Antonio Navarro y defender la idea de la consulta (que ya fue aprobada en el más reciente congreso del Partido Verde), también por encima de los intereses de Navarro a quien no le gusta ese mecanismo para elegir al candidato presidencial.
No son cuadros cualquiera. La Silla supo por fuentes conocedoras que se trata de pesos pesados del Partido como los senadores Jorge Londoño, Félix Valera e Iván Name; de Eduardo Garzón, el hijo de ‘Lucho’ Garzón (quien hace parte de la Dirección Nacional y ha representado los intereses del papá); y del concejal Antonio Sanguino, entre otros.
Tener tres de cinco senadores verdes - y de diferentes regiones - le dará fuerza regional a Peñalosa y le quita a su precandidatura la aureola de huérfana que muchos le estaban viendo.
¿Cómo pasó Peñalosa de piedra en el zapato para la nueva alianza a ser el candidato de buena parte de su partido original? El exalcalde se anotó un hit con los verdes al proponer la consulta para elegir el aspirante presidencial. Así quedó evidenciado a fines del mes pasado, en el congreso verde en el que se aprobó la unión verde-progresista. Ese día Peñalosa intervino: cada vez que criticaba la alianza recibía una rechifla, pero, en cambio, era aplaudido cuando pedía a la colectividad salirse de la Unidad Nacional e ir con candidato propio.



Durante esa jornada agridulce el exalcalde no sólo logró que le aprobaran la proposición que pedía la consulta con cierre de inscripciones el próximo 10 de noviembre, sino que luego de eso fue el primero en inscribirse con el apoyo requerido de cuatro codirectores.
Muchos de los que lo respaldan ahora lo hacen también en defensa de la idea de una consulta, como es el caso por ejemplo de jóvenes figuras del Partido Verde como el excandidato a la Alcaldía de Neiva Rodrigo Lara Sánchez y la fajardista Sara Moreno.
La Silla supo que Peñalosa tiene de su parte, además, a al menos 10 de los 23 ediles verdes de Bogotá. Y que recientemente ha sido bien recibido por las bases verdes en ciudades como Cali, Cartago o Cúcuta.
Y es que Peñalosa cuenta también con la ventaja de ser “verde-verde” original, capaz de despertar intenciones de respaldo en algunos nostálgicos de la ola verde, aunque muchos otros no le perdonen haber recibido apoyo uribista para su campaña a la Alcaldía en 2011. Así se lo dijo un senador verde, quien prefirió que se omitiera su nombre, a La Silla: “La decisión nuestra es apoyar 100 por ciento la consulta porque seríamos el único partido que elegiría democráticamente a su candidato presidencial. Y sí, la verdad es que sí, hay que apoyar a Enrique (Peñalosa) porque es verde-verde”.
“Haremos patriotismo verde y ya se lo hemos hecho saber a Peñalosa”, dijo por su parte otro miembro de la Dirección Nacional de esa colectividad.
Aunque se trate de respaldos significativos, no todo el Partido Verde original estará con Peñalosa en la consulta. Por ejemplo, el ala de Opción Centro está definiendo el tema, según dijo una fuente de ese sector y allí Carlos Ramón González es muy cercano a Navarro y él y Daniel García Colorado lo son al progresismo. Igual pasa con otras figuras como la representante Ángela María Robledo, quien se ve más cerca del progresismo (es decir, de la eventual precandidatura de Navarro), aunque ella no ha hecho ningún anuncio oficial al respecto. Y además el senador John Sudarsky quiere ser candidato también y seguro se moverá en busca de apoyo.
Sea como sea, y aunque se trate de un tema que ya fue aprobado en un congreso y por lo tanto es una decisión con peso jurídico, en la nueva Alianza Verde los progresistas se seguirán moviendo para tratar de tumbar la consulta y el nombre de la fusión, pues quieren que éste incluya la palabra progresistas. Así quedó demostrado en la primera reunión de la coalición ayer lunes.



En una reunión de cuatro horas en la sede del Partido Verde en Bogotá, ayer la nueva Alianza Verde instaló su Dirección Nacional provisional mientras se hace un congreso nacional extraordinario que está programado para después de las elecciones presidenciales.
Curiosamente, ni Enrique Peñalosa ni Antonio Navarro quedaron en esa Dirección Nacional, lo que se asume como la forma de dejarlos en libertad para asumir sus respectivas campañas. Aunque también se dice que Navarro estaría interesado en quedar libre en caso de que le toque integrar la terna para Alcalde de Bogotá, en una eventual suspensión o destitución al alcalde Gustavo Petro por parte de la Procuraduría, un asunto que se viene rumorando.
La Dirección Nacional provisional quedó conformada, como se aprobó en el congreso verde, en un 55 por ciento por verdes y en un 45 por ciento por progresistas.
Durante el encuentro, Navarro y otros progresistas volvieron a tocar los dos puntos de la discordia en la Alianza: el nombre de la fusión y la idea de la consulta y pidieron reconsiderarlos en un nuevo congreso, pero esta vez unificado.
Los verdes se negaron y seguirán negándose a esa posibilidad, pues creen que organizar un nuevo congreso cuando están a punto de arrancar las campañas y ni siquiera han empezado a armar las listas al Congreso les quitaría mucho tiempo. A cambio, propusieron un encuentro de unidad que, a diferencia del congreso, no tenga poder de decisión. Con ello, los verdes quieren hacer la reunión que pide el progresismo, pero garantizar que no les vayan a cambiar ni el nombre ni lo de la consulta.
Los progresistas, por su parte, esperan que ambos asuntos puedan ser reevaluados. “Mi propuesta es que lo de la consulta se revise en noviembre”, el dijo Navarro a La Silla. Mientras que la concejal progresista Diana Alejandra Rodríguez, de la Dirección de la Alianza, agregó por aparte: “Tenemos una reunión el próximo lunes para definir el mecanismo de la elección del candidato presidencial: miraremos si lo hacemos por consulta o en una convención”.
En cuanto al nombre, que la fusión se llame Alianza Verde Progresista es un punto de honor de los “viejos” del progresismo como Petro, Navarro y Guillermo Asprilla, pero no es un asunto que trasnoche a los jóvenes progresistas. Al menos, eso nos dijo una fuente de esa colectividad.
Pero ni en lo uno ni en lo otro los verdes están dispuestos a ceder, y más allá de eso ya son decisiones tomadas por su congreso, que es el órgano supremo de un partido.
“Nuestra realidad jurídica es que los verdes aprobaron la proposición de Peñalosa y hasta el 10 de noviembre estarán abiertas las inscripciones para los que quieran ser precandidatos”, le explicó a La Silla Daniel García, secretario del Partido Verde.
Lo anterior quiere decir que si Navarro no se inscribe antes de esa fecha, en teoría no podrá ser precandidato de la Alianza.
A Navarro no le gusta la consulta porque dice que no hay garantía de que el candidato que resulte ganador logre sumar los votos de todos los precandidatos, debido a las diferencias ideológicas entre el progresismo y los verdes. Además, teme que en una consulta otros grupos políticos sean los que voten y terminen definiendo al aspirante presidencial de la Alianza.
En los verdes, quienes apoyan a Peñalosa no creen en esos argumentos y piensan que más bien Navarro le tiene miedo a perder la consulta frente al exalcalde.
No es poco lo que tiene por delante la nueva fuerza: la conformación de las listas al Congreso están crudas, aunque ya hay nombres fijos al Senado que pudimos confirmar con Navarro como el de Claudia López (analista), Gloria Flórez (parlamentaria andina), Franklin Legro (excongresista), Witney Chávez (ex cabeza de Fecode), Antonio López (expresidente de Arco Iris), Evelio Daza (abogado) y los actuales senadores Camilo Romero, Jorge Guevara, Jorge Londoño, Félix Valera e Iván Name. Entre otros.
También tienen pendiente la conformación de los directorios departamentales y de un Comité Ejecutivo integrado por seis miembros: tres verdes y tres progresistas, del que saldrán dos presidentes voceros, un secretario y un director ejecutivo. Como presidentes voceros suenan Jorge Londoño, Antonio Sanguino y Luis Carlos Avellaneda.
Este parece un pulso ganado por Peñalosa. Habrá que ver si los progresistas logran presionar a la Alianza Verde lo suficiente como para que se haga un nuevo congreso y se cambien las reglas.
Una terceria supuestamente debe ser algo diferente y alternativo a Uribe y Santos. Y yo no veo ninguna diferencia de Peñaloza con estos dos, aparte de la fisica.
Conclusion: Peñaloza (y Mockus tambien) no representa ninguna terceria, sino mas de lo mismo. Entonces para que tanto desgaste.
La proxima campaña mediatica y que ya empezo, es venderle a la opinion que el es diferente.
jquiquelqp, totalmente de acuerdo con su comentario. Yo creo que Laura se refiere aque Peñalosa es un viejo "verde-verde".
Desde el departamento de Caldas, mi apoyo es para John Sudarsky. Porque representa los principios y valores que hicieron grande la ola Verde.
La alianza con todo y sus problemas,creo es la opción mas cercana a 'menos pior';esa puede ser una formula que por lo menos le de un giro especial al circulo vicioso que tenemos; hay tanto enredo en esa nueva colectividad, que de verdad hasta que no llegue la fecha del 10 de noviembre saldremos de las dudas.Igual,......
No creo en Peñalosa señores, no le creo en nada de nada.
Solo me queda preguntar qué podrá ocurrir con este remedo de partido, más efímero supongo que los que le han dado origen, si se consolida la sanción disciplinaria del Arzo-Procurador contra el Chávez colombiano, Gustavo Petro.
¿Quiénes podrán formar parte de la terna para reemplazar al mártir de la Izquierda en Colombia? Por allí escuché (como siempre, chismes de pasillo que llaman), que la lista sería Adelina Covo, Antonio Navarro y Guilermo Alfonso Jaramillo, siendo lo más probable que Adelina (alguien que ha girado en las vueltas políticas más que María Emma Mejía, pues fue una samperista en la dirección del ICBF a Vargasllerista -sic- en el CNE y luego progresista en la última etapa de la campaña a la Alcaldía) sea nombrada por Santos.
Vuelvo y repito: fue chisme de pasillo.
Tana, lo de mártir de la Izquierda lo considero por la forma como discursivamente se ha expresado Petro y sus seguidores en torno a una posible revocatoria de mandato o destitución.
Lo que puedo decir que Guillermo Alfonso Jaramillo fue su experiencia política en el Tolima y el haber sido precandidato del PDI (antes de la unión con AD para crear el PDA) y se enfrentó a Navarro y Samuel Moreno. Apenas llegó a la secretaria de Gobierno de Bogotá ha insistido que su bandera es lograr la presidencia de Petro para el 2018. Algo que, por supuesto, no le agrada para nada al Arzo-Procurador pues él quiere ser candidato presidencial y por eso se dedica a investigar e inhabilitar posibles contendores políticos. Como sucederá con Petro.
Como postdata te subo la última noticia acerca de la posible demanda que presentaría ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos Gustavo Petro: http://bit.ly/17Su81I
Por la duración de los trámites allá, no tendrá mucho éxito.
De tu chisme y tu posición sobre el nuevo partido nada que decir, pero eso de:" el Chávez colombiano", la verdad no cuadra por ningún lado; aquí ni todos son Godofachos, ni todos son Chavistas, ni todos son Furibistas,-afortunadamente, aun-.
Obviamente DIDUNDI es mi opinión personal. Lo veo como un Chávez por la visión que se ha construído a si mismo (y de algunos de los autodenominados progresistas) como una especie de redentor de las causas populares. Además, creo que él se ha querido inspirar en la construcción populista que Chávez desarrolló durante sus años en el poder, como si tuviera la posibilidad de una relación directa entre la población y el gobernante.
Por cierto, acabo de recordar, ¿será que al final del cuentas los progresistas lograrán la "Primavera Petrista" cuando escuchen el fallo del Arzo-Procurador contra su "supremo comandante"?
Weno JDBM ,la verdad releyendo creo caí en el error de la estigmatización normal y rápida que tenemos de lo que puede significar ser Chavista en nuestro medio extremista, y que sea diferente a la locura, ..por decir algo y no decir más.
Sobre lo del fallo, quien quita que Fachoprocu se salga con su domingo 7 y nos de una sorpresa que nadie espera, como estrategia de callarnos un poco. El descubrimiento de Albarracín ojala sirva de algo o termine de cagarse en el plato que el mismo come del país de mierda que nos toco y que cada vez da mas vergüenza pertenecer a él.
JULIAN, creo que el parangón no aplica porque los personajes emergen de realidades sociales y nacionales distintas e igualmente de coyunturas diferentes.
PETRO fue amigo de CHAVEZ, pero más adelante le dio vergüenza por la andanada de ataques e infundios de los medios cuyos dueños simpatizaban y siguen simpatizando plenamente con la oposición venezolana.
CHAVEZ llegó al gobierno y al Poder, previo una crisis profunda del modelo capitalista neoliberal, expreso en un importante levantamiento que se llamó EL CARACAZO, a través de un fallido golpe de Estado que de todos modos lo proyectó políticamente creando un apoyo masivo que le permitió ganar las elecciones presidenciales en 1.998; PETRO es un simple ex-militante del M-19 con ansias desaforadas de poder que le borró cualquier acto de moderación para saltar del Congreso a todas las candidaturas posibles. Presidencial, primero; a la Alcaldía de Bogotá después.
Hola Juan Manuel.
Comparto en parte sus comentarios. Sin embargo, para mí, ambos se caracterizan por una construcción algo mesiánica acerca del ejercicio del poder político.
Es necesario observar el culto a la personalidad que el mismo Chávez comenzó a construir y que ha sido reforzado como estrategia para tratar de mantener estable el régimen de Maduro.