Aunque la primera acepción de pendejo, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, es la de pelo que nace en el pubis y en las ingles, imagino que el Presidente Santos se refería a las acepciones más coloquiales, también referidas por el diccionario, como hombre pusilánime, cobarde, tonto y estúpido. Usó la expresión para decirle a la guerrilla de las Farc que no les creíamos sus cuentos, a propósito del comunicado que expidieron con ocasión del asesinato de los cuatro secuestrados en el Caquetá.
Imagino también que la primera persona del plural usada en el discurso presidencial nos incluye a todos los que no estamos en la guerrilla aunque en ese conjunto hay posiciones discrepantes sobre como comportarse frente a las Farc. O sea que en ese conjunto tan amplio, además de Santos estamos Angelino, Piedad Córdoba, el arzobispo de Cali, el senador Roy Barreras, usted y yo.
Si asumimos que todos estamos en el mismo grupo el reclamo no debería dirigirse a las Farc para que no nos crean tan pendejos sino a todos los demás para que no seamos tan pendejos. El propio Presidente insiste de cuando en cuando que él tiene la llave de “la paz” –entendiéndose por paz un acuerdo con la guerrilla- y afirma que está dispuesto a usarla cuando la guerrilla de muestras de quererla.
El senador Barreras, aparentemente mandado por el Gobierno, promueve una reforma constitucional en la que incluía la posibilidad de otorgar beneficios políticos a la guerrilla en caso de una eventual desmovilización y en el marco de un proceso de “paz”. Barreras se avergonzó de su propuesta y la suprimió luego de que las Farc asesinaran a sus cautivos. Al Senador no le parecía tan grave que los mantuvieran secuestrados y la “indignación” que le debieron producir asesinatos anteriores ya se le había pasado y por eso quizás el artículo reviva más adelante cuando el “dolor de patria” haya desaparecido.
El arzobispo de Cali se matriculó en el bando de quienes esperan un “acuerdo humanitario” para lograr la liberación de los secuestrados y lamentó la muerte de Alfonso Cano. Angelino dijo que no están cerradas las puertas de la “paz” y Piedad Córdoba repitió su llamado a la “solución política”.
Las expresiones de todos parecen dichas hace treinta, veinte o diez años, como si el conflicto se hubiera paralizado y la correlación de fuerzas en lo militar, la legitimidad política, los reclamos sociales y las reglas jurídicas fueran las mismas.
La “solución política” solo se justifica por dos razones: o los oponentes tienen razón en su posición, o han adquirido una posición de fuerza tal que obligan a ceder. Si se trata de lo primero, en Colombia tenemos múltiples razones para emprender profundas transformaciones sociales, económicas e institucionales. Este es uno de los países más desiguales del mundo, un amplio porcentaje de la población vive en pobreza extrema éticamente inaceptable y la democracia está llena de defectos, pero nada justifica que lo que hay que hacer solo estemos dispuestos a hacerlo si la guerrilla nos lo pide.
Si es lo segundo, pues no será lo mismo negociar con una guerrilla que tenía 22.000 miembros a con una que solo tiene seis mil. Para efectos de la negociación no puede ser lo mismo, una guerrilla que tiene presencia efectiva en más de 600 municipios a una que está en algo más de 100. Si es por la fuerza, es distinto una organización que secuestra por miles y bloquea carreteras a una confinada en apartados y solitarios lugares. Si es por miedo -por pendejos-, no es igual estar frente a un grupo bien armado, con comandantes fuertes y con una tropa convencida del triunfo, a frente a uno con jefes diabéticos, hipertensos y sesentones, con armas muy inferiores a las del ejercito que enfrentan y con miembros desmotivados o convertidos en unos pendejos.
Pero en gracia de discusión supongamos que somos tan pendejos como para creer que las razones que justificaban una “solución política” hoy son las mismas que las que podrían justificarla hace veinte años, pensemos por un momento qué podríamos negociar con la guerrilla: un proceso de justicia transicional, es decir las condiciones de su rendición ( que es el articulito que promueve el senador Barreras, mandado por el gobierno, en el proyecto que llaman “marco jurídico para la paz”); unas condiciones de favorabilidad política (que era el articulito que el Senador defendía con ahínco hasta que las Farc asesinaron a cuatro personas. Digo las cuatro de esta semana, porque llevan años haciéndolo y el Senador no parecer estar enterado); o modificaciones económicas, políticas y sociales que la guerrilla llamaría “cambios estructurales”.
Seriamos muy pendejos, y el Presidente no cree que lo seamos, como para cambiar lo que hay que cambiar en función de lo que Timochenko nos pida. Santos ha ofrecido ser traidor de su clase y si cumple ese puede ser un camino más digno.
La favorabilidad política va a depender de cuánto “dolor de patria” tenemos el día que la ofrezcamos. Esta semana no es un buen momento, pero la semana entrante quizás la ofrecemos sin que la guerrilla se tome el trabajo de pedirla.
La justicia transicional, sin penas efectivas, es decir con total sacrificio de la justicia, es imposible. Las normas internacionales lo prohíben. La humanidad ha dado largas y difíciles batallas para asegurar que quienes cometan delitos atroces no queden impunes. Podemos cambiar la Constitución, pero la Corte Penal Internacional tendrá que hacer su tarea.
A pesar del reclamo presidencial, imagino que a los jefes del ELN cuando terminaron de leer la carta de Barreras, escrita antes de que se indignara por el asesinato de los secuestrados, en la que dice que “la paz está cerca”, no les quedó otra que exclamar: ¡Como son de pendejos!
A LSV: Sé que el señor Riveros fue funcionario público en el gobierno local de Bogotá cuando se desempeñó Peñaloza como alcalde; recuerdo también que se vino a pique su esfuerzo político público por estar repartiendo regalos en una campaña electorera, es decir, alimentando clientela. La verdad no sé si en el tiempo las cosas se hayan aclarado y hayan sido ¡otras...! Lo que sí sé es que tal vez sea su tercer artículo que leo y...no me crean tan pendejo...él no dice nada, es decir, su pluma no fluye con estilo propio. Es una opinión. Me pregunto, sin embargo: ¿Cómo es que LSV da espacio a alguien que no transmite pasión alguna ni en su estilo ni en los materiales que trabaja? Podrá uno pensar que LSV debe ser democrática en sus principios periodísticos y de medio de comunicación responsable, claro. No obstante, ¿vale la pena volver a leerlo?, mejor aun ¿publicarlo? Mientras quizá LSV diga algo, yo me repito: NO SEAMOS TAN BABOSOS, ser baboso debe ser un rasgo estructural de ser PENDEJO.
Hola Gonzalo. Creo que no hay nada más subjetivo que las preferencias por los columnistas. Generan odio y amor. Y hay unos con los que uno se identifica y otros que uno lee solo para morirse de la rabia. Yo te explico por qué lo escogimos, que son las razones por las que yo creo que es un excelente comunista:
1. Me parece que escribe bien. Me gusta su pluma, que no es ni pretenciosa ni simplona. Tiene gracia y estilo. 2. Tiene ideas propias: esto es lo más difícil y es que él no piensa con la manada. Casi siempre, como decía Chomsky, se construye en los círculos de opinión un consenso y los columnistas lo expresan. Héctor suele tener un pensamiento propio que rara vez coincide con el de todo el mundo. 3. Tiene información: creo que los mejores columnistas no solo confían en su opinión sino que tienen información de primera mano. Y Héctor, por su trayectoria y por sus consultorías, tiene información. 4.Tiene coyuntura. Escribe de lo que importa en ese momento.
Ya no nos atrae, ni nos importa leer, ver o comentar sobre las FARC. Estamos
"ma..." de estos terroristas bandidos, mentirosos y grotescos asesinos.
Solo nos interesan las noticias que nos cuenten que ya acabaron con ellos. COMO SEA!!! Para expresar nuestras ideologías y desacuerdos tenemos otros medios más efectivos como el internet y las marchas. Piedad Cordoba parece ya el muñeco del ventrilocuo.
la única forma de revindicación social es la educación y la única forma de lograrla es cambiar el modelo. tienen razón los estudiantes.
um el problema en colombia es el sistema politico que favorece a los que estan de turno y les deja que usen los recursos del estado para negocios propios, ademas del excesivo gasto burocratico y el de la guerra, sino se cumple con una buena educacion, excelente servico de salud y servicios publicos nunca habra paz, siempre habra una excusa para que existan grupos inconformes dispuestos a engrosar las filas de los grupos armados ilegales, la delincuencia comun estara en aumento mientras no haya cultura y educacion, incluyendo creacion de empleo, no necesitamos mas carceles, necesitamos es centros de resocializacion con talleres productivos para hacer de los reclusos unos mejores seres humanos y que le puedan ayudar a sus propias familias, en vez de convertirse en una carga mas para ellas, que la ñey se le aplique tanto a politicos y militares sin tener prevendas o favores por sus investiduras debe ejecutarse todo el peso de la ley como se les hace a los civiles del comun-
colombianos no seamos tan pendejos www.4shared.com/audio/AZa1665F/JaverianaEstereo_Economia_0212.html vale la pena escucharlo ¿quien tiene todo el programa?
A pesar de tantos links que usted habia puesto la verdad nunca habia escuchado a Aurelio. Aunque creo que es algo dificil predecir tatnas cosas creo que tiene algunos puntos sensatos. Por cierto, cada vez que conozco a un macroeconomista mas especializado menos sabe lo que va a pasar en el futuro.
en el programa hablaron mas economistas por eso pregunto, quien tiene todo el programa? y tiene razon en que predecir el futuro es difícil pero los indicadores nos ponen a pensar que la mayor probabilidad es que vamos para allá.