Los medios de comunicación dedicaron esta semana un gran espacio a denunciar la presión política de que fue objeto el periodista que dirigía uno de los noticieros que emite el canal regional Teleantioquia. Un diputado, con base en una grabación de una reunión del consejo de redacción, había pedido la cabeza del periodista porque se refería en malos términos de él, como consecuencia de lo cual la renuncia del director del informativo habría sido aceptada.
Bocado de Cardenal para reivindicar la libertad de prensa: Un político pide la renuncia de un periodista!! y al final éste se va! Horror de horrores y agréguele a la novela el hecho de que se estaba “chuzando” el Consejo de Redacción: es un espacio sagrado porque allí se define el contenido del noticiero!, etc, etc
Todos buscaron explicaciones: llamaron al sindicado de chuzar y de presionar, quisieron saber de dónde salió la grabación, buscaron al periodista agraviado quien dijo que había pasado lo primero (la presión), pero no lo segundo (la echada), que se había ido porque ya estaba cansado de las veces que había pasado lo primero (la presión) y que había decidido irse con la aquiescencia de la directora del canal y del Gobernador de Antioquia por lo que parecía una echada pero que no.
El otro “sindicado” era Sergio Fajardo, por fortuna para él, de sus convicciones democráticas nadie duda, pero cómo así que habría cedido ante una presión política en contra de la libertad de prensa y etc. Fajardo dio la explicación: con transparencia contó lo que pasó y ya. Su prestigio y credibilidad sirvieron para amainar la hoguera, si hubiera sido el Gobernador de La Guajira, para citar un ejemplo extremo, la situación hubiera sido muy otra.
A Fajardo le preguntaron un montón de cosas, de la mayoría de ellas no sabía porque él no había estado en los hechos y por tanto era eso que los abogados llaman un “testigo de oídas”. Nadie le preguntó lo más obvio que es como así que hay una especie de “noticiero oficial”, producido por empleados o contratistas estatales que pueden entonces ser removidos discrecionalmente por el director del canal ante cualquier presión política.
¿ Que tal, por ejemplo, que el director de un noticiero como Noticias Uno, para poner un ejemplo, fuera nombrado por el director de una entidad que dependa del Presidente de la República?
Pues resulta que de un tiempo para acá –desde antes de Fajardo y no solo en Antioquia- a alguien se le ocurrió la idea de inventarse una interpretación amañada de la ley de televisión que dispone desde hace 18 años, sin lugar a dudas, que: “Los canales regionales estarán obligados a celebrar licitaciones públicas para la adjudicación de los programas informativos, noticieros y de opinión y el acto de adjudicación siempre se llevará a cabo en audiencia pública.”
Los canales regionales pueden producir directamente todos los demás programas menos los informativos y de opinión precisamente para evitar que pase lo que pasó en Teleantioquia: que a algún político se le pudiera ocurrir que podía pedir la cabeza de un periodista porque no le gustan los contenidos del noticiero.
Mientras se le daba todo el despliegue al caso del periodista Barrientos pasaba en cambio desapercibida otra noticia y es que el Gobernador de La Guajira, el mismo del que la revista Semana calificó como “un gobernador de miedo” habría metido dos recomendados suyos en la terna para escoger el director de Telecaribe. Es decir que probablemente el escogido sea una persona promovida por un personaje al que se le acusa de las peores cosas, entre otras de amenazas a periodistas y si Telecaribe siguiera el ejemplo de Teleantioquia y produjera directamente los noticieros del canal habría la posibilidad de que la duda sobre una eventual presión se radicara en cabeza de semejante personaje y no de un hombre decente como Fajardo.
Ya ese debate se había planteado en el pasado y se ha repetido ahora que el Canal Capital hace buena televisión pero con una línea ideológica que coincide con la del Alcalde de Bogotá. Hollman Morris ha sacado ese canal del anonimato, ha arriesgado y –claro- también ha sido fruto de presión política. Petro lo ha defendido porque dice las cosas que el Alcalde quisiera que dijera, pero falta saber cómo se comportaría Petro si los contenidos del Canal no le gustaran, si por ejemplo se dijera que una gran parte de los bogotanos quieren revocarle el mandato al Alcalde porque no les gusta su gestión.
El tema es relevante porque una de la mayores debilidades de la democracia a nivel local y regional es el tratamiento de la información y la opinión, la cual –como ha insistido la FLIP- depende en buena parte de la pauta oficial la cual se reparte arbitrariamente para favorecer a los amigos de alcaldes y gobernadores. Están documentados muchos casos de presiones a los que son sometidos periodistas de noticiero de radio que no dependen directamente de los gobernantes pero que derivan su subsistencia de lo que arañan de la publicidad estatal.
Fajardo que es un hombre de profundas convicciones democráticas y ya fue víctima del uso abusivo de los informativos “oficiales” del canal regional que durante la campaña electoral se usaron para favorecer al candidato contrario. Tiene una enorme oportunidad: la de hacer cumplir la ley –cuyo contenido no admite discusión- pero también de liderar un modelo que garantice que la televisión pública –que todos queremos fortalecida- no sea manoseada por la política.
En Europa los canales públicos producen gran televisión y hacen buenos informativos pero su conducción no depende del gobierno de turno. Fajardo -quien en este caso se ha quedado con el pecado y sin el género- tiene la oportunidad de diferenciarse de quienes, en cambio, son conscientes del poder que tienen entre manos y difícilmente van a renunciar a él.
La validez de lo que plantea el columnista no lo exime de los riegos que tiene su inclinación a disculpar todo lo que venga del Fajardo.Considero que él como presidente de la junta de Teleantioquia evadió su responsabilidad política al aceptar la "supuesta" renuncia del Dir Noticiero por presiones del diputado.Fue un episodio vergonzoso donde se pusieron por encima de la ética los intereses politiqueros.Esa tendencia del columnista y en general de La Silla a inclinarse irreflexivamente a todo lo que provenga de Fajardo nos decepciona a quienes pensamos que no son tan impolutos como se promocionan y que la politiquería y el "todo se vale" aunque lo vistan de independencia aflora en muchas de esas actuaciones.Es que desde Bogotá no es fácil percibir la realidad del poder oculto que se mueve en las regiones. !Abran los ojos para que la seducción que produce el poder mediático de algunos políticos no los omnubile!
La validez de lo que plantea el columnista no lo exime de los riegos que tiene su inclinación a disculpar todo lo que venga del Fajardo.Considero que él como presidente de la junta de Teleantioquia evadió su responsabilidad política al aceptar la "supuesta" renuncia del Dir Noticiero por presiones del diputado.Fue un episodio vergonzoso donde se pusieron por encima de la ética los intereses politiqueros.Esa tendencia del columnista y en general de La Silla a inclinarse irreflexivamente a todo lo que provenga de Fajardo nos decepciona a quienes pensamos que no son tan impolutos como se promocionan y que la politiquería y el "todo se vale" aunque lo vistan de independencia aflora en muchas de esas actuaciones.Es que desde Bogotá no es fácil percibir la realidad del poder oculto que se mueve en las regiones. !Abran los ojos para que la seducción que produce el poder mediático de algunos políticos no los omnubile!
La validez de lo que plantea el columnista no lo exime de su inclinación a disculpar todo lo que venga del Gob.Fajardo.Considero que él como presidente de la junta de Teleantioquia evadió su responsabilidad política al aceptar la "supuesta" renuncia del Dir Noticiero por presiones del diputado.Fue un suceso vergonzoso donde se puso por encima de la ética los intereses politiqueros.Esa tendencia del columnista y en general de La Silla a inclinarse irreflexivamente a todo lo que provenga de Fajardo nos decepciona a quienes pensamos que no son tan impolutos como se promocionan y que la politiquería y el "todo se vale" aunque lo vistan de independencia aflora en muchas de esas actuaciones.Es que desde Bogotá no es fácil percibir la realidad del poder oculto que se mueve en las regiones. !Abran los ojos para que la seducción que produce el poder mediático de algunos políticos no los omnubile!
Todo lo que he leído de este señor es siempre parcializado, y esta no podía ser la excepción, no podía terminar sin tener que mencionar a Petro, es una fijación extrema.
Señor Riveros: no seria bueno ver cuanto le ha costado la pauta en estos canales a la ciudad?, no están en código cívico pagan igual que cualquier otro cliente. Cuanta inversión se hubiese podido hacer en programas bien elaborados en el canal oficial?; alguien ha hecho cuentas de cuanto papel se gasta en el periodico que semanalmente se distribuye en transmilenio y cuanto es su costo?. Una cosa es defender una política y una ejecutoria de gobierno, mas aún cuando se está en una coyuntura como la actual, al borde de una revocatoria, y otra es utilizar desmedidamente los recursos públicos para hacer proselitismo soterrado y defensas al ultranza con un uso desmedido de recursos en medios de comunicación. Ojo con eso LSV, Hector Riveros y demas buenos periodistas. Investiguen las cifras y encontraran grandes sorpresas.
Hay que darle una nueva dirección a la discusión a mi modo de ver; para qué sirve un canal local o un canal regional?. La respuesta obvia seria: para informar lo que sucede en la región o en la localidad con una visión regional o local. En ese orden de ideas, seria lógico pensar que un canal regional sirve para informar, promocionar, y evaluar las políticas que se implementen en la region o en la localidad, según el caso. Grandes ejemplos da teleantioquia, que visita todas las semanas las regiones, los municipios y destaca lo mejor de ellos, pero tambien critica objetivamente lo malo que sucede en los mismos; Telecaribe, por su parte, promociona permanentemente los eventos culturales y sociales de la región, asi consecuentemente lo hace Telepacífico. Al único que no le alcanza el canal local o regional para promocionar sus ejecutorias y políticas es al señor Petro, que a través de su agencia de "medios" ETB, no puede sino pautar en los horarios prime time de los canales privados...
Divierte Riveros al escribir que "una gran parte de los bogotanos quieren revocarle el mandato al Alcalde porque no les gusta su gestión." Un analista pensando con el deseo.
El que escribió esto, dijo en Blu radio hoy que Robledo esta haciendo escandalo con el embajador de Washington Carlos Urrutia sobre las tierras del Vichada, es 'para salir en los periódicos'. Que vergüenza!
Buena columna, dice Juanita, sí, excepto por dos "detallitos" que señalan Koven y Santiago Pardo... Es fácil comparar a Petro con el gobernador de la Guajira ¿No?
Por fin en Colombia hay un Canal que representa mis intereses como ciudadano, ¿es casualidad que esté involucrado el alcalde Petro? No tengo ni idea. Yo estaba mamado de los canales privados y del televentas eterno del canal 1, un canal público destinado a no aportar nada.
La TV pública debe estar destinada al servicio de los ciudadanos, y no al de las empresas, así como formar mejores ciudadanos, más informados para que ellos decidan. Como bogotano veo al canal público de mi ciudad, un medio donde todos tenemos cabida, y no solamente para ir a participar en concursos vacíos.
Recuerde sr columnista, el primer invitado del juez Baltasar Garzón fue AUV a un programa de Canal Capital, un individuo que poco o nada tiene que ver con el señor Petro. Seguro que al sr Riveros le gustan más este tipo de personajes. Enjoy!
https://www.youtube.com/watch?v=8lDz6OWyaG0
El llamado no es solo para Sergio Fajardo, sino para los directores y dueños de medios en Colombia, los más, arrodillados frente a grupos económicos y de la política, en estos últimos necesario incluir a los actores armados, como al parecer es el gobernador de la Guajira. Mejor dicho, creo que el problema no es únicamente el uso que el gobernador-alcalde de turno le de a los noticieros, sino la autocensura ya sea por miedo a perder la vida o la pauta, el espacio o el trabajo. De todas formas grotesco lo que pasó con el consejo de redacción de Teleantioquia, en donde la directora Selene y el diputado escurren el bulto para informar por qué hay una grabación en las manos de ese diputado y por qué tenía que ir a pedir la cabeza del director. ¿Es decir cómo frente a este hecho se llama a pedir cuentas a su director, cuando debieron sacar al chuzador con un portazo?
Marleny, ser CHUZADOR, es un oficio que poco a poco esta siendo ''INSTITUCIONALIZADO'',así que en este caso toca entender por que la comisión del delito se invierte. En otras palabras: ''ES LEGAL''.
Buen articulo RIVEROS, es inconcebible que este tipo de situaciones se den por favorecer una posición política, hasta aquí, pero respecto de Hollman Morris y Petro no creo sea necesario que se hable mal, no te parece que con los canales nacionales RCN,CARACOL,CM& hay bastante como para pedir mas garrote al que la respiración, la traspiración , y hasta los excrementos le examinan escondiendo un trasfondo político al que el mismo procurador no se escapa?; la diferencia es que en unos se habla bien y en los que te menciono se habla simplemente mal, los extremos en este país,son puntos excesivamente equidistantes como para creer que esta alharaca de Tele-Antioquia sea la ultima en este país. Sera que algún día haces un análisis de los noticieros que te mencione?. no creo sea difícil intuir que posición asumirías y en que grado de contundencia.
De acuerdo. Una gran oportunidad para mirar si para Fajardo "no todo vale".
Buena columna, Héctor.