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Domingo Mayo 28, 2023

Ayer en la celebración de la Batalla de Boyacá, el presidente Santos llamó a una “Segunda Independencia”, que permita a los colombianos romper para siempre con el yugo de la violencia construyendo una paz definitiva. Esa paz pasa por los diálogos en La Habana y por acuerdos sobre el segundo punto de la Agenda, que es la participación política de los guerrilleros. La Silla revisó las diez “propuestas mínimas de participación política” que presentaron las Farc y el segundo comunicado en el que las aterrizan y se vuelve más evidente que son para que se les apliquen a ellos y no a la oposición en general. Con base en estas propuestas, La Silla analiza qué sería negociable y que parece inviable.

Negociable

La explicación de La Silla

No negociable

Asamblea Constituyente

 

Las Farc proponen una Asamblea Constituyente que haga los cambios institucionales permanentes que les permita a todos los guerrilleros, incluidos los que están presos, elegir y ser elegidos y conformar partidos políticos. Entre estos cambios, ellos proponen la “eliminación permanente de cualquier prohibición o impedimento que pueda afectar el pleno ejercicio de cualquiera de esas investiduras” por parte de los guerrilleros.

Una Asamblea Constituyente como tal no parece viable. Primero, porque Santos lo ha vuelto “un punto de honor” y porque eso abriría la compuerta, entre otras cosas, para que los guerrilleros terminen legislando sobre todo –incluido el modelo económico- y para que se introduzcan reformas como la posibilidad de una segunda reelección que permita el regreso de Álvaro Uribe al poder.

Tocaría buscar otras fórmulas jurídicas para hacer una reforma constitucional que les de seguridad jurídica a los acuerdos (y a ellos), incluido el de participar en política a pesar de haber cometido crímenes de guerra y de lesa humanidad. Para eso, precisamente es el marco para la paz (que ahora las Farc dicen que no les gusta). Este permitiría que la mayoría de los guerrilleros (incluso los presos) puedan elegir y ser elegidos. Pero algunos de los jefes tendrían que pagar una condena. Qué tipo de condena es lo negociable.

Tampoco es negociable la eliminación permanente de cualquier prohibición o impedimento para ser elegido pues eso significaría que los guerrilleros estarían inmunes hacia el futuro de cualquier pérdida de investidura.

Facilitar su llegada al Congreso

El otorgamiento de curules directas sería un sapo difícil de tragar pero es negociable, dependiendo del número. Más fácil sería permitir una circunscripción de paz durante un tiempo determinado que baje el umbral para los partidos que surjan de la firma del Acuerdo. Esto implicaría, casi que necesariamente, bajar también el umbral para los partidos pequeños que están en riesgo de desaparecer.

Las Farc proponen crear las condiciones para que puedan convertirse en un partido legal, que incluiría la posibilidad de que un partido pueda tener personería jurídica solo con su inscripción e independientemente de un umbral. Piden que se les asigne, en forma directa, un número de curules en el Congreso y en las asambleas y concejos. Y además, proponen crear una “circunscripción especial de paz” para "partidos o movimientos políticos y sociales que surjan como resultado de la firma de un eventual acuerdo de paz,” que operaría durante el tiempo, con el umbral y con las curules que se definan en el Acuerdo Final. Sería algo equivalente a la circunscripción especial para minorías étnicas.

La propuesta de eliminar el umbral va en contravía de las últimas reformas políticas que buscan acabar con los partidos de garaje. Además tendría implicaciones financieras grandes en cuanto a la financiación de partidos que surjan solamente con llenar un formulario, con lo cual sería inviable la propuesta tal cual.

Garantías para la oposición

La reformulación explícita de la doctrina militar no parece viable políticamente porque los militares se opondrían y sería el perfecto caballito de batalla para el uribismo, cuyo eje es la seguridad. Sin embargo, en la práctica si desaparecen las Farc la doctrina militar tendrá que cambiar pues habría desaparecido el principal enemigo que la sustenta.

Las Farc proponen una serie de garantías para la oposición que incluirían, entre otros, un Estatuto de la Oposición y reformular la política de seguridad del Estado y la doctrina militar y policial “para desproveerlas de los contenidos propios de la “guerra fría”" y "en la concepción de persecución y combate al “enemigo interno”'; el derecho de réplica cuando el Gobierno atente contra el buen nombre de la oposición; participación en la conformación de mesas directivas y comisiones del Congreso; la última palabra antes de la conclusión en los debates del Congreso; participación en la vigilancia de procesos electorales; consulta previa en asuntos de interés nacional como las relaciones exteriores, la seguridad y defensa o la justicia.

Cuando Germán Vargas era ministro del Interior propuso un Estatuto para la Oposición que, tres años depsués, no se ha concretado con el Polo Democrático, lo que muestra que es un tema difícil. Sin embargo, el que ya haya sido una iniciativa del gobierno muestra que es un tema negociable.

Financiación para su partido

Este tema es espinoso porque de la plata con la que cuente un partido depende en parte su éxito electoral. Con razón, partidos de izquierda como el Polo podrían alegar que darle esa plata adicional a las Farc los pondría a ellos –que han actuado dentro de la legalidad- en desventaja. Máxime si las Farc no entregan la plata que han obtenido ilegalmente y que excede con creces esos 2.500 millones de pesos.

Sin embargo, hay un diez por ciento de estos recursos que hoy no se asignan porque la Corte Constitucional declaró inexequible el criterio por el cual se distribuían. Ese porcentaje podría ser negociable con una reforma legal y quizás si se distribuyera entre todos los movimientos de oposición y no solo las Farc.

Las Farc piden para el partido que ellos creen una financiación estatal complementaria a la que ya tienen los partidos y movimientos de oposición, que equivaldría a un 10 por ciento del total de los recursos públicos asignados para la financiación de los partidos políticos y movimientos sociales. En el 2009, el Estado aportó casi 25 mil millones de pesos para financiar los partidos políticos, según la información del MOE. Esta plata se asigna proporcionalmente al número de votos obtenidos. Lo que quisieran las Farc es que, además de lo que ya les dan a todos los partidos, les sumaran a ellos 2.500 millones más apróximadamente (esta cifra se ajusta cada año)

 

Asientos por derecho propio

Darles un puesto en la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, que es un cuerpo consultivo del Presidente de la República para asuntos exteriores, sería viable porque fuera de estar integrado por los expresidentes, por el vicepresidente y por 12 congresistas, el Presidente puede nombrar dos miembros adicionales. Estos dos puestos podrían ser para la oposición si así lo decidiera el presidente.  

Las Farc proponen que la oposición tenga un asiento en la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores y en la Junta Directiva del Banco de la República. También que los candidatos a Presidente y Vicepresidente, Gobernador y Alcalde, que pertenezcan a los partidos o movimientos declarados en oposición y que sigan en votos a quienes sean elegidos en esos cargos, ocuparán una curul en el Senado, Cámara Territorial, Asamblea y Concejo, respectivamente, durante el período para el cual se hizo la correspondiente elección. También proponen tener un representante de las Farc en el Consejo Nacional Electoral, que esperan que sea elegido popularmente.

La propuesta de tener un asiento en diferentes instancias es similar a la que le hizo el Polo a Vargas Lleras cuando discutieron el estatuto de oposición y es lo que en gran parte frenó la discusión.

Especialmente la silla en el Banco de la República no parece negociable porque la idea de la Constitución fue hacerla totalmente independiente del juego político y es difícil de argumentar que tomaron las armas por no participar allí.

En teoría, en el Consejo Nacional Electoral ya la oposición tiene un puesto. Pero en la práctica los partidos grandes hacen la vuelta para que llegue uno de ellos como sucedió con el PIN, que es el que ocupa esa curul hoy, a pesar de que vota siempre con la Unidad Nacional. Sin embargo, negociar que uno de esos 8 puestos en el CNE vaya directamente a las Farc seguramente contaría con el rechazo de los demás partidos pequeños.

Acceso a medios

Financierle a las Farc programas en emisoras regionales en donde tienen presencia o incluso un noticiero nacional, como sucedió cuando se desmovilizó el M-19, o garantizarles un número de minutos al mes en televisión, como lo tienen actualmente todos los partidos, podría ser negociable.

Más allá del acceso a los medios de comunicación que ya tienen todos los partidos políticos, las Farc piden para el movimiento que ellos creen como fruto del Acuerdo de Paz, que el Estado les financie un diario impreso, una revista de análisis político, una emisora y un canal de televisión de cobertura nacional. Eso además de participación en la programación de los medios públicos estatales.

Que el Estado les financie una revista, una emisora y un canal de televisión de cobertura nacional es una propuesa inviable por lo que cuesta cada uno de estos medios (Para dar solo una idea, sostener una operación tan pequeña como La Silla Vacía cuesta más de 600 millones de pesos al año). Además, los guerrilleros no se fueron al monte por falta de tener sus propios medios y muchos desmovilizados cuentan con columnas en los medios tradicionales.

Reparación a la UP

Después del fallo del Consejo de Estado que recientemente les devolvió la personería jurídica, es viable devolverle a la UP cinco puestos en el Senado (menos del cinco por ciento del total de curules) y nueve en la Cámara. Ahí la discusión es sobre quiénes ocuparían esas curules, cuál sería el procedimiento para escogerlos y qué injerencia tendrían las Farc en eso.

Las Farc piden una ley que reconozca expresamente la responsabilidad estatal por el exterminio de este partido surgido de los acuerdos fallidos de paz con las Farc en 1985 y la devolución de sus curules al momento de mayor representación en el poder legislativo en todos sus niveles. En 1986, cuando mejor le fue electoralmente, la UP alcanzó a tener 5 senadores, 9 representantes, 14 diputados, 351 concejales y 23 alcaldes.

 

Acabar con la mano negra

El desmonte de la “mano negra” es un imperativo del Estado, una necesidad para los colombianos y algo a lo que Santos se comprometió con los colombianos a hacer desde un inicio, se firme o no un proceso de paz.

Ya una Comisión de la Verdad sobre todos los crímenes cometidos en el conflicto es complicado pues hay mucha reticencia en todos los sectores a establecer la verdad de los hechos. De parte de los militares hay resistencia, como se vio con la defensa del Palacio de Justicia que hizo Rafael Nieto en la Cidh; de parte de los sectores empresariales y políticos que financiaron y respaldaron a los paras; y de parte, incluso, de la misma guerrilla, que cometió tantas atrocidades que seguramente no querrá que se desentierren si aspiran algún día a ser elegidos con algún voto.

Sin embargo, una Comisión de la Verdad para todas las atrocidades sí es negociable y suele ser un desenlace frecuente en muchos procesos de paz.

Las Farc proponen el desmonte real de las estructuras paramilitares “y de toda práctica ilegal de contrainsurgencia que impida el libre ejercicio del derecho y las garantías a la oposición política y social”.  Para eso piden una política criminal orientada a desmontar esas prácticas y una Comisión de la verdad histórica para el esclarecimiento de sus crímenes, con la participación de representantes de la oposición política y social y del movimiento de víctimas e integrado por colombianos y extranjeros. Proponen que esta comisión estudie la violencia desde los años 40 y que para ello, revise los archivos de los organismos de inteligencia y las actas de los consejos de ministros desde esa época..

 La Comisión de Verdad sería innegociable si solo es sobre el “terrorismo del Estado” como quieren las Farc.

If you want to see this article in English, read here translation by Matilda Villarraga.

Comentarios - Cada usuario tiene la posibilidad de incluir solo tres comentarios
Vie, 2013-08-09 07:17

1.-Para aceptar la participación de las FARC en política la mayoría de colombianos deseamos que demuestren con hechos reales el aporte que le van a hacer al país. Eso no ha sucedido, su talante es retador, se consideran vencedores y sus planteamientos no salen de una retorica comunista superada en el mundo y eso el pueblo no lo quiere.
2.-Ser revolucionario exige contar con apoyo popular. Eso no sucede con las FARC, la mayoría de su fuerza son campesinos que son arrancados de sus hogares a la fuerza o mercenarios reclutados con la promesa de abultados pagos y sometidos a un lavado de cerebro que queda demostrado con los desmovilizados, por lo tanto, no tienen un dominio territorial.
3.-En sus 50 años no muestran una acción coherente de solución para la problemática que dicen combatir, emboscar y matar militares, secuestrar y destruir infraestructura los convierte en narco-renegados, su lucha no es una lucha de clases.
Razones suficientes para no merecer participación política.

Jue, 2013-08-08 12:41

Las Farc piden mas que deme... pero que ofrecen?
Que le pueden aportar al país después de 60 años de violencia, ataques a la población civil, actos terroristas y delincuencia de narcotráfico, que dejan el negocio libre, que abren la puerta para que los violentos disfrazados de guerrilleros tengan mas garantías y prebendas que las personas honestas y trabajadoras del país.
Esto si sería histórico, una democracia regalada a los terroristas por cuenta de una paz efímera, lo que le den a las Farc se lo deben dar también al ELN y EPL y luego aparecerán mas guerrillas disidentes de las otras a cobrar por ventanilla su parte de país a que "tienen derecho", las gracias de Santos...

Jue, 2013-08-08 21:14

Harriarq las Farc llevan 60 años en el monte, eso no es gratuito así por así, xq les pareció y ya, el origen de este conflicto es de todos conocido, y no podemos esperar q un ideal de esa magnitud lo entreguen en bandeja de plata, toca ceder y al mismo tiempo exigir, eso es la norma básica de todo dialogo de este tipo.
El resurgimiento de la guerrillas depende única y exclusivamente del mismo estado, ese q promete una y otra vez en cada proceso y no cumple, ese q le queda mal a los campesinos en todo lado, a las comunidades , a los pensionados, a la salud, a la educación en fin, es interminable el listado, y llevamos 200 años en ese mismo cuento; del mismo estado depende q estos grupos guerrilleros no vuelvan, no se reintegren o lo que sea, si el pos-conflicto no es una realidad la famosa Paz será una utopía.

A santos hasta ahora lo único para agradecer es la disposición q ha asumido, cuando haya verdaderos resultados, veremos si vale la pena ir mas allá.

Vie, 2013-08-09 00:53

Hasta donde entiendo el estado tiene el deber de atender a los habitantes del país, lo haga bien o menos bien; La guerrilla en sus 60 años "en el monte", no ha hecho nada por los habitantes del país y a cambio siembra violencia a su paso, eso es un hecho, así como es un hecho que los diálogos de paz no llegan a nada por que la guerrilla solo pide y no tiene nada que ofrecer, o en algún lado esta la obra de la guerrilla en Colombia?, cual es su obra social? (el secuestro), que le han dado a las comunidades? (o que le han quitado), cual es su aporte a los pensionados, a la salud y a la educación?, aparte de sembrar minas, secuestrar y masacrar que han hecho en esos no gratuitos 60 años, mas bien caros para nuestra sociedad en vidas, recursos y progreso?...
No es tan fácil el borrón y cuenta nueva cuando se debe tanto y no se reconoce nada.

Jue, 2013-08-08 12:28

El tema de la Asamblea Constituyente, ni siquiera puede ser punto de discusión hay que utilizar otros procedimientos para legalizar el ingreso a la legalidad.
A las Farc se les pueden asignar unas curules en cada uno de los entes legislativos por un único periodo, mientras crean y/o legalizan su partido, después deben someterse al libre juego democrático.
El Estatuto de Oposición, el acceso a medios y la financiación debe ser igual para todos los partidos de este sector, lo que se puede considerar es incrementar el acceso a medios y financiación a minoritarios.
En cuanto a la UP es de elemental justicia reconocer y remediar el exterminio, el asunto es ante quien? Sus representantes legales o ante las Farc?

Jue, 2013-08-08 10:53

Santos ha prometido un País moderno, seguro, incluyente, pluralista, mejor dicho garantías netamente constitucionales. No entiendo como pretender terminar 60 años de guerra en un santiamén sin ofrecer nada a cambio, en todo tipo de negociaciones cedes y exiges, pero las exigencias no están siendo ni cercanas a lo q se pretende ceder. En todo los medios se nos habla de la aparente fobia a las Farc, siendo así, y si de verdad estamos convencidos de ello, xq temerle a q se expongan al escrutinio del pueblo, q haya una asamblea y q sea en las urnas donde se decida la verdadera ‘’fuerza’’ q dicen no tienen, o es un sofisma como muchos otros en este País y la verdad es otra?.

Desaparecer las farc no es garantía de un cambio en lo militar, será q vemos q la inversión de la guerra se vaya a lo social?.

La mano negra jamás ha dejado de existir y no veo porqué sería motivo, una ’institucionalidad’ paralela al estado q ha convivido de diferentes formas y sabores. Tanta belleza utópica...mm?

Jue, 2013-08-08 11:50

jhavicv, hay q ponderar la disposición de diálogos de las partes, eso de hecho es un buen síntoma q hay q apoyar sin egoísmos, el gobierno en su arrogancia heredada de Furibe quiso negociar en medio del conflicto, riesgo q decidió asumir, rechazó la propuesta de las Farc, por la soberbia q da el creer q ‘’ganar una batalla es tener ganada la guerra ‘; lo q está ofreciendo el gobierno o más bien permitiendo, no veo como pueda llamarse postración, unos derechos básicos resultado de todo tipo de negociación.

LSV ha presentado varios estudios y entrevistas de muy alto perfil q dan luces a la solución del conflicto, la misma experiencia de Mozote es un ejemplo claro de lo q se le viene al estado por acción y/u omisión; en todos ,absolutamente en todos se llega a un común denominador, hay q exigir ,pero al mismo tiempo ceder, hay q pedir perdón, sobre todo a las víctimas, hay q reparar las partes, de lo contrario estaremos negociando en un puente colgante.

Jue, 2013-08-08 06:44

La experiencia política ha demostrado que no es suficiente asignar por que sí puestos de participación política. Eso va mucho más lejos, para hacer política hay que conquistar adeptos que respalden con su voto y eso está por lo pronto muy lejos. Obviamente una constituyente permitiría que las FARC propusieran y legislaran saltandose ese obstáculo, de ahí creo yo se deriva el rechazo por parte del gobierno. También creó que políticamente al estado no le viene bien meterse en semejante aventura.

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