Con la terna lista para elegir Procurador, Ordóñez tiene asegurada su reelección salvo que haya una ola de presión ciudadana. Y uno de los motivos para eso es que ha nombrado amigos o familiares de senadores (que son los que lo elegirían) y magistrados (que eran los que lo podían nominar), además de muchos conservadores (su partido) y santandereanos (su región de origen).
Hace un mes, y con financiación de la primera campaña de #SuperAmigos, La Silla presentó la información de un derecho de petición que puso con Dejusticia sobre los cargos de libre nombramiento de la Procuraduría y le pidió a los usuarios ayuda para encontrar relaciones entre esos funcionarios y los congresistas. Recibimos correos de más de 20 usuarios, a los que agradecemos su ayuda, y verificamos la información enviada. Adicionamos más información que buscamos directamente, indagando en las hojas de vida de la mayoría de las personas que están en la base de datos (que incluye a personas que ya no están en la entidad). Éste es el resultado de este trabajo, que sin embargo no es exhaustivo dado que Ordóñez ha nombrado 650 personas, y ha mantenido o ascendido más de 500.
Encontramos amigos o familiares de 31 senadores y nueve ex senadores; 22 amigos y familiares de magistrados de las altas cortes, incluyendo de siete consejeros de Estado, de dos magistrados de la Corte Constitucional, de siete magistrados o ex magistrados de la Corte Suprema y de un ex magistrado del Consejo Superior de la Judicatura.
De los 240 funcionarios que identificamos con un departamento, 53 son de Santander, y 40 de ellos trabajan o trabajaron en otros departamentos. En contraste, encontramos 10 antioqueños (9 trabajando en Antioquia), 18 vallecaucanos (15 trabajando en el Valle), 14 atlanticenses (7 trabajando en el Atlántico), 11 boyacenses y 19 bogotanos. Es decir, que el Procurador ha sido particularmente generoso con su departamento.
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Sobran los comentarios ante la evidencia politiquera del Procurador. No es la ley sino la ambición de poder lo que lo mueve. Es una lástima que en casi todos los niveles de la justicia sea la ambición y no la equidad el motro de su funcionamiento.