Desde que Álvaro Uribe dijo el martes pasado que el Gobierno venía realizando diálogos secretos con las Farc, en Palacio y en los medios de comunicación se ha venido haciendo una ambientación express de la posibilidad de hacer un proceso de paz. La noticia de un revolcón de gabinete, que por ahora sigue en interinidad, logró por un momento distraer la atención. Y mientras que el Gobierno se mantuvo mudo sobre la paz, con editoriales, columnas de opinión, artículos académicos, manifestaciones de la iglesia, de partidos políticos, de gremios de empresarios se ambientó rápidamente el proceso. Los argumentos a favor fueron casi idénticos, especialmente el que decía que con estos diálogos el gobierno estaría cumpliendo una obligación constitucional.

La Comisión de Paz del Senado, en la que está Roy Barreras, aliado del Gobierno en la U, fue el primer órgano en pronunciarse públicamente, el miércoles, diciendo que “es un valor de cualquier presidente intentar la paz, y si el presidente (Juan Manuel) Santos decide intentarlo, no está solo, el Congreso y las Comisiones de Paz lo acompañan”.
Después de una visita que realizó el cardenal Pedro Rubiano en la Casa de Nariño, en que al parecer le pidieron la bendición a las conversaciones, Rubiano le comunicó al país el jueves que la Iglesia “estaría dispuesta a colaborar” en unos supuestos diálogos. Resaltó que la paz es un deber ineludible “que el Estado tiene que hacer”
El jueves, en su columna de opinión de El Espectador, Patricia Lara cuestiona duramente a Uribe por obsesionarse con “torpedear la posibilidad de alcanzar una paz distinta a la del silencio de los sepulcros”. Dice que esa actitud es inconcebible y señala que “él, muchas veces, hizo lo mismo” mirando detalladamente todos los acercamientos que intentó tener a las farc.
Leon Valencia escribió su columna de opinión para el especial de 30 años de la Revista Semana diciendo que “es imperativo darle una oportunidad a las negociaciones de paz antes de que se vuelvan a propagar las llamas”
El Tiempo dijo en su editorial del sábado 25 de agosto que “es menester apoyar las gestiones que tengan el propósito de silenciar los fusiles”. En la misma edición, el diario dio a conocer que “entre 2008 y 2010, el entonces presidente impulsó de manera secreta un acuerdo político con Farc.” para mostrar que también Uribe pensó en su momento en llevar a cabo diálogos de paz
El sábado y el domingo, la Fundación Ideas para la Paz, que hace unos años dirigió Sergio Jaramillo, apareció en El Tiempo y la revista Semana mostrando los resultados de un sondeo entre 32 líderes empresariales y 9 ejecutivos, de acuerdo con el cual los empresarios estarían a favor de los diálogos de paz.
El domingo, en su columna de opinión Natalia Springer dijo que el Gobierno tiene el deber de hacer todo lo que tenga a su alcance para honrar el derecho constitucional a la paz.
El Fiscal Eduardo Montealegre dijo el lunes que “si es necesario para conseguir la paz, prefiero a Timochenko y a (Iván) Márquez en el Congreso y no secuestrando y sembrando de violencia a Colombia”.
Las FARC buscan el poder y piensan que la negociación con el gobierno es la mejor oportunidad que tienen en sus 60 años de historia. Los cabecillas quieren salir del monte a gobernar el país, como lo han logrado Navarro, Petro, etc. Para eso han trabajado con líderes sociales, y están invirtiendo en organizaciones amigas como la MARCHA PATRIOTICA, que van a ser su base electoral cuando regresen triunfantes a la vida civil. Obviamente van a negociar cambios constitucionales y legales que les permita decir que lograron su objetivo de luchar por una patria más justa, y así legitiman sus 60 años de lucha armada... Es también una gran oportunidad para la izquierda del país para sumarse a las negociaciones, y así lograr cambios políticos que democráticamente no lograrían...
Jusn Manuel busca la reelección por 4 años y las FARC buscan el poder, pero como dijo Ciro las FARC no tienen ningun candidato carismatico y no me imagino a los comandantes dejando su mando para combertirse en viejos desempleados. Entendamos que las FARC no sueñan con firmar la paz y volver a sus hogares, su hogar desde hace 60 años es el monte, ellos sueñan con instaurar el socialismo en el que reciban los frutos de su lucha, las FARC quieren la paz del poder y yo, sinceramente, no quiero vivir en esa paz.
Nuevamente las FARC son el determinante para una elección presidencial.
Considero que Santos recurrirá a la imperiosa necesidad de una solución negociada al conflicto armado como estrategia que le permita justificar su reelección en el 2014 y de paso posicionar, o anclar, su imagen en el escenario internacional: de líder regional pasaría a ser un gesto de paz.
Desde ya aúllan ciertos sectores que prefieren seguir con la inútil vía armada para crear ese "fin del fin" que fue el aliciente al que recurrieron los sectores afines al Paraco Mayor para que él fuere elegido, reelegido y hasta re-reelegido.
Pero hay que estar al tanto: las FARC no son unos pelagatos idealistas, sino que se encuentran varias regiones del país: que el proceso no sea para darles carácter políticos a los miembros del Secretariado mientras otros sectores se "bacrimizan" manteniendo la acción armada para proteger el narcotráfico.
Finalmente, ¿se puede seguir insistiendo en que Santos es un Uribe III?
El ambiente está dado para que ahora sí un proceso de paz serio camine. Las condiciones están dadas, ya que las FARC han sido duramente golpeadas y no actuará, supone uno, con la torpeza, prepotencia y arrogancia con la que actuó en las conversaciones dispendiosas e interminables llevadas a cabo en la población caqueteña de SAN VICENTE DEL CAGUÁN.
De no culminarse exitosamente el proceso de diálogo y negociación, la derrota política será categórica para las FARC, pues ya no le quedará otro recurso. Parece que el proceso para la consecución de la paz en Colombia ahora sí es irreversible.
De igual manera, el Gobierno de SANTOS sufrirá una derrota política. De tal manera que aquí se la juegan tanto el actual Gobierno como las FARC.
Ganaría la extrema derecha encabezada por URIBE y ello sería ir en contravía de la historia. Todo parece indicar que ello no será posible.
Pienso que el momento esta dado para iniciar conversaciones con la farc, el dialogo de la reconciliación no debe aplazarse, nuestro territorio esta matizado de muertos que no saben porque lo están, nuestra gente debe crecer sin el dolor de ser huérfanos, nuestros campos deben poblarse de gente engendrada en sus áreas, el desplazamiento debe ser un verbo para no conjugar. El país se merece diálogos dilatados, nuestra historia tiene que cambiar.