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Martes Mayo 30, 2023

De los cuatro años que lleva Juan Manuel Santos de Presidente hay muchas anécdotas. En La Silla escogimos estas siete porque creemos que son muy elocuentes de los rasgos más claves de Santos como gobernante. Si conocen otras, las pueden compartir en los comentarios, abajo.

Nota: las fotos fueron tomadas de las instantáneas del primer gobierno de Santos.

El desconectado

Hace un par de años Santos estaba caminando por un sendero de una zona rural del sur del país, acercándose a un hospital. Venía de bajarse de un helicóptero y lo acompañaba, como siempre, una comitiva de altos funcionarios.

De repente aparecieron cuatro o cinco niños a un lado del camino, y se acercaron al grupo de señores y señoras elegantes y que claramente no eran de allí. Santos no se inmutó y siguió su camino, mientras que otros miembros de la comitiva sí pararon a saludarlos.

Esa anécdota, que cuenta off the record uno de los acompañantes del Presidente, es una prueba de que su imagen de vivir en una burbuja, lejos del común de la gente, es cierta.

El que se remanga

Aunque Juan Manuel Santos no suele ser micro gerente ni tiene fama de trabajar, trabajar y trabajar, sí puede ponerse directamente en cabeza de un asunto menor o mezclarse entre la gente. Mejor dicho, parecerse a Álvaro Uribe.

Santos llevaba apenas cuatro meses como Presidente cuando estalló el problema de las lluvias a fines de 2010. El problema fue tan grave que decidió decretar su primer estado de emergencia.

Reunido con la secretaria jurídica de Presidencia Cristina Pardo, con los juristas Manuel José Cepeda y Eduardo Montealegre y con algunos otros asesores, Santos cogió su computador y se puso a redactar y mecanografiar el decreto. Le preguntaba a los abogados los detalles legales, discutía las implicaciones de cada punto. La reunión fue tan larga y detallada que terminaron amaneciendo.

Ese grado de atención al detalle no es usual en un Presidente que tiende a delegar las decisiones. Pero ese episodio muestra que cuando son temas gruesos, como ese, el operativo que terminó con la muerte de alias Alfonso Cano o el inicio de las negociaciones con las Farc, sí está encima de las cosas.

También se parece a Uribe cuando se muestra como una persona común y corriente, algo que ha hecho en Chinchiná, en Valledupar, en Barranquilla y en Pasto. Pero en lo que no se parece es que esos casos resultan excepcionales y tienen pocos resultados en su imagen.

El futbolero

El 15 de julio de 2012 Santos lideró un consejo de ministros y una reunión del Consejo de Planeación Económica y Social en San Andrés, como forma de hacer presencia en el archipiélago cuando la Corte Internacional de Justicia de La Haya discutía el litigio con Nicaragua.

Aunque el tema no tenía la sensibilidad que ganó tras la decisión, que se conoció en noviembre, esa visita fue una forma de ejercer soberanía.

Al día siguiente Santos contó que las reuniones terminaron después de la medianoche. Pero no dijo que se fueron hasta tan tarde en parte porque decidió suspenderlas para ver un partido de fútbol que recuerdan todos los hinchas de Santa Fe, como él: el equipo bogotano le ganó 1-0 al Pasto y volvió a ser campeón después de 37 años.

Esa importancia que le da al fútbol pasó desapercibida, pero con su manual futbolero para ganar la reelección, su uso de símiles futbolísticos en esa campaña y la atención que le dedicó a la Selección en la recta final para la segunda vuelta dejan claro que para Santos el fútbol no es un interés cualquiera.

El que delega

Santos no sabía lo que se le venía cuando dijo "el tal paro no existe". Repitió esa frase que le habían dicho varios de sus ministros o asesores, en quienes había delegado la responsabildiad de estar pendientes y manejar las molestias de los campesinos.

Fue por delegar tanto que se metió en un berenjenal del que su imagen nunca se recuperó del todo, porque encajó en la percepción que crea de ser frío y lejano a la gente.

Ese estilo, que ha servido para que muchos funcionarios se sientan empoderados y para reforzar la institucionalidad, lo ha metido en otros líos. Por ejemplo, cuando en el Congreso se conciliaba la Reforma a la Justicia, Santos estaba en una conferencia de cambio climático en Rio de Janeiro y había delegado todo el asunto en sus ministros de Justicia, Juan Carlos Esguerra, y de Interior, Federico Renjifo. Según dijo luego el mismo Santos, solo se enteró de lo currido al llegar de Río.

El internacional

La semana pasada se cruzaron dos encuentros de alto vuelto para el empresariado, uno internacional y otro local. Santos le dio más relevancia al primero.

En Bogotá estaba una delegación del gobierno japonés, liderada por su primer ministro Shinzo Abe, que incluía a las cabezas de varias emrpesas niponas y tenía como tema principal los avances en la negociación del TLC con Japón y el comercio bilateral. Al tiempo, cerca de Cali el ingenio Manuelita celebraba sus 150 años con un evento en el que estaba lo más selecto del empresariado vallecaucano. Santos armó su agenda del día alrededor del primer evento, bajó al Ministro de Comercio Santiago Rojas del avión a Cali para que atendiera a los japoneses y lo dejó sin ir a Manuelita, y llegó tres horas tarde al evento en el Valle, lo que causó muchas molestias.

Ese episodio muestra que para Santos es más importante y más interesante lo internacional que lo local.

Ese rasgo, que ha servido para mejorar las relaciones internacionales o para que Santos le de entrevistas más facilmente a medios internacionales que locales, también ha sido blanco de críticas.

El que no suelta el poder

El jueves pasado dos miembros del gabinete vomitaron de los nervios. Literalmente.

La zozobra por no saber si van a seguir en el cargo o no, una decisión que Santos guarda con total reserva y de la que la mayoría de los funcionarios solo saben rumores de pasillo, los llevó a ese punto.

Eso muestra hasta dónde Santos conserva el poder de tomar las decisiones más importantes, algo que se nota en otros hechos.

Por ejemplo, ha habido ministros que han sabido que salen de su cargo apenas una hora antes de que Santos informe oficialmente del cambio. Y, como contó La Silla, Santos incluso deja la sensación de que ya ha tomado la decisión cuando aún está consultando a funcionarios sobre qué hacer.

El emocional

En julio de 2012 Santos estuvo en El Socorro, Santander, de donde proviene su familia. Unos estudiantes hicieron una representación sobre la vida de Antonia Santos, heroína de la Independencia y hermana del tatarabuelo de Santos. Cuando representaban el fusilamiento de Antonia Santos en manos de soldados realistas, el Presidente, que tiene una imagen de frío y calculador, lloró.

Y no es la única vez que lo ha hecho. Por ejemplo, ya había pasado cuando, siendo Ministro de Defensa, supo que todos los involucrados en la Operación Jaque estaban bien de salud.

 
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Comentarios - Cada usuario tiene la posibilidad de incluir solo tres comentarios
Lun, 2014-08-04 12:04

Está bueno el retrato.
Creo que le da un poco de carácter humano a Annatar Santos (lo tiene, ¡quién lo creería!). Y no lo veo como un rosario de adulaciones.

Claro que para mí, hay detalles que me interesarían más en lo anecdótico. Por ejemplo, me encantaría saber cómo fue su reacción cuando le avisaron, después de ofrecer 100 millones por los responsables de la muerte deMateo Matamala (UAndes), cuando habían fallecido en la misma semana un par de estudiantes más de públicas. ¿Qué lo llevó a ofrecer una cifra irrisoria por los mismos?

Esa anécdota, para mí, encierra detalles muy interesantes también.

P.d.: Lo de averiguar leyes en el tema de las lluvias me parece adorable. Pero es seguir hablando con gente que considera a su nivel. ¿Quieres impresionarme, flaco? Métete con brigadas de trabajo físico. Algunos dirán que eso no le corresponde. Pero en este país, SÍ. :)

Lun, 2014-08-04 18:17

Hola Jalule:

Sí, seguramente hay muchas más anécdotas que sería chévere contar -  pero no hemos conseguiudo quién nos las cuente.

Saludos,

Jue, 2014-08-07 17:03

@JuanEsteban
Viejo, el sarcasmo se le detectó hasta acá. ¿Qué pasó, le pegué a un nervio con el tema de Matamala y las recompensas desiguales del presi?
Awwww... ¡disculpen!
Pensé que estaba bueno señalar ese anecdotario tan obvio que no han cubrido en ningún medio que es el clasismo educativo. Se le suma que, mientras Santos se llena la boca hablando de educación y maestros, LOS ESTUDIANTES QUEDAN AL FINAL DE LA COLA.
Luego, ¿hay, o no hay con qué salir de la burbujita?

Háganse un favor. Piensen un poco más allá el tema educativo. Salen buenas anécdotas también. :3
 

Dom, 2014-08-03 22:39

1- este historia fue editada en su titular o me lo soñé?

2- entre "lo q delega" de esta historia y " lo q no delega Santos" no queda claro al fin Q si y q no; si es todo, nada, o supervisa , en fin, me confundieron.

3- igual estas 7 anécdotas y la última butaca las veo muy parecidas; no son Las mismas situaciones pero el enfoque es cuasi.

Q duerman.....

Dom, 2014-08-03 17:52

Quien lloró, Juan Manuel o Juanpa?

Dom, 2014-08-03 23:31

hola ccdc, yo particularmente pienso que esas anécdotas a las que te refieres como si fueran algo menor cuentan mucho más de un mandatario que 100 comunicados oficiales o 10 mil cifras de la economía. En cualquier caso, hemos contado muchísimo más que anécdotas del actual Gobierno. Para no ir lejos, en campaña hicimos historias sobre cómo iban cada una de las locomotoras de Santos, hemos hecho cumplinómetros de sus promesas (y viene otro esta semana), chequeamos a Santos candidato en sus debates a ver si lo que decía sobre sus logros era verdadero o falso... entre muchos otras cosas. Entonces no se cuál es la actual Silla que estás leyendo. Saludos

Dom, 2014-08-03 08:07

Esas anécdotas son importantes para conocer muchas otras actitudes del actual Presidente de la República de COlombia. En apariencia no son importantes y si lo fueren, no parecen serlo tanto. Sin embargo como muy bien lo precisa el artículo, SANTOS brilla por su talante empresarial, su perfil de personaje característico de élite que lo conduce, probablemente no en pocas ocasiones a desconocer o a mirar a las gentes del común con desdén o displicencia. Pero en ese contexto igualmente SANTOS no se queda muy atrás para desfilar exhibiendo el arma propia de los políticos colombianos, la demagogia.

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