La excusa de los políticos que están detrás del Movimiento de Inclusión y Oportunidades, MIO, en el Valle del Cauca se acabó hoy. Ante las preguntas por el origen oscuro de ese partido, respondían que ningún miembro del nuevo partido o de quienes están detrás han sido condenados y que, por eso, los cuestionamientos eran producto de la persecución y la estigmatización.
Pero quien está detrás del MIO es el ex senador Juan Carlos Martínez, a quien hoy la sala penal de la Corte Suprema de Justicia condenó a siete años y seis meses de prisión y al pago de más de tres mil 400 millones de pesos de multa por su responsabilidad en el concierto para promover grupos armados al margen de la ley. Los magistrados lo encontraron responsable de haber logrado su curul en convenio con los paramilitares de alias "H. H." y, además, de haberlos favorecido una vez fue elegido.
Los políticos del nuevo partido ya no tienen excusa. El MIO está surgiendo del alejamiento de Juan Carlos Martínez frente a quien fuera su socio político hasta hace poco, Juan Carlos Abadía. Como lo contó La Silla Vacía hace menos de un mes, el MIO es la reencarnación de los partidos ADN, Convergencia Ciudadana y su heredero, el Partido de Integración Nacional, PIN. Y desde ya se avizora como el partido de mayor expansión porque recibirá a todos los que nadie quiere recibir.
Aunque Martínez comenzó su carrera con el liberalismo en la Asamblea del Valle, logró su primera curul en el Senado con el Movimiento Popular Unido de Carlos Herney Abadía, su jefe político en el liberalismo, condenado por el proceso 8.000 y papá del ex gobernador Juan Carlos Abadía. Luego pasó a las filas de Convergencia Ciudadana. Ya desde La Picota intentó fundar ADN y terminó uniéndose con el también ex senador preso, Luis Alberto Gil, para fundar el PIN.
Pero como hay graves discrepancias entre Martínez y Abadía por la conformación de las listas para las elecciones de octubre próximo, el ex senador hoy condenado decidió partir cobijas.
Martínez fue la cabeza de los partidos a los que perteneció. Es un hombre muy poderoso en el occidente del país y tiene la habilidad de replicarse en las regiones y multiplicar su poder. Así lo hizo cuando entró a Convergencia Ciudadana y luego con el PIN, que en marzo pasado logró elegir a once senadores y nueve representantes a la Cámara con menos de seis meses de existencia.
Todo el proceso de conformación del MIO lo ha hecho Martínez desde la cárcel, primero desde La Picota y ahora desde El Bosque de Barranquilla. Así ha logrado conformar las listas más grandes para las corporaciones en el Valle y ha fundado capítulos en siete departamentos. La intención, como lo dijo en su momento a La Silla Vacía Édison Ruiz, secretario General del PIN y uno de los hombres más cercanos del ex senador Martínez, es que el MIO se convierta en uno de los partidos más fuertes para las elecciones de octubre.
Los votos que se quedan
Lo que analistas y políticos consultados por La Silla Vacía ven es que la condena contra Juan Carlos Martínez no va a cambiar las perspectivas que él tenía con su nuevo partido, ni la reorganización que se puede dar en todo el país.
“No lo cambia absolutamente en nada, porque con el fenómeno del PIN quedó demostrado que el hecho de que a una persona se le condene por vínculos con la ilegalidad no significa que su poder electoral o regional se acabe. Maneja los hilos del poder a través de sus allegados o de sus familiares”, dijo a La Silla Vacía Óscar Sevillano, analista de la Corporación Arco Iris.
El ADN que había gestado Martínez se cayó precisamente porque quienes firmaron el acta de transformación del partido estaban presos y, por eso, quienes estaban en sus listas terminaron moviéndose hacia el PIN que logró elegir 20 congresistas. Nada de esto se hizo a escondidas y, por el contrario, varios medios de comunicación lo denunciaron.
Martínez lo sabe. Tanto que hace cerca de un mes, junto con sus abogados, dejó pasar un aparente vencimiento de términos que le habría permitido salir de la cárcel. Lo que uno de los abogados de Martínez contó es que para ellos el vencimiento ya existía y se podía solicitar la libertad, pero el ex senador prefirió no generar mucho ruido alrededor del nuevo partido. Además, si iba a quedar libre prefería que fuera en una fecha más cercana a las elecciones territoriales
La Corte Suprema se le adelantó a esa decisión de estar presente en el crecimiento de su nuevo partido, pero no a la expansión política que busca.
Dos militantes del MIO consultados por La Silla Vacía criticaron la decisión de la Corte, pero aseguraron que en nada los afecta. “Ya el partido tiene las listas claras. Hay más de veinte personas que ya están listas para hacer campaña y nuestro objetivo es quedarnos con la mayoría”. La estrategia no se limita a Cali, sino que también se mueve por los municipios del Valle donde otrora Martínez tuvo una gran influencia y votación.
Y así mismo se mueve por todo el país. Sólo ayer se conoció que en Villavicencio un conservador de vieja data, Víctor Delio Sánchez, está concretando las listas del MIO para las corporaciones regionales. También hay listas en Sucre, Córdoba, Cesar y otros departamentos.
El origen del MIO
Su carrera política fue maratónica. De la mano de Carlos Herney Abadía, en 12 años pasó de ser un desconocido comerciante en Buenaventura, al político más poderoso del Valle y sus alrededores. Martínez heredó el caudal político de Carlos Herney Abadía, fundador del Movimiento Popular Unido, quien en 1994 fue condenado por haber financiado su campaña con dineros del narcotráfico, dentro del Proceso 8.000.
El movimiento de Abadía (padre) se consolidó en 1998 cuando eligió a Juan Carlos Martínez como diputado de la Asamblea del Valle. Además de Martínez, que obtuvo un gran apoyo en Buenaventura, el MPU eligió otro diputado, Héctor Mario Pastrana, de Dagua. Martínez fue el tercero en votación, con 22.633 votos. En 2000, el MPU eligió a Juan Carlos Abadía, el hijo de su fundador.
En las elecciones para el Congreso de 2002, el MPU obtuvo dos curules en el Congreso, una para Martínez como Senador y otra para Élber Navarro como Representante a la Cámara. También avaló a Miguel de la Espriella y a Eleonora Pineda, ambos condenados dentro del proceso de la parapolítica. En esa ocasión la votación del Movimiento Popular Unido fue de 58.123 votos, el 77% por ciento de ellos en el Valle (45 mil), el 13 por ciento en el Cauca (8 mil votos) y el 3 por ciento en Nariño (2 mil votos).
Después de todos los escándalos de la parapolítica, en 2006, para las elecciones de Congreso, MPU se unió con Convergencia Ciudadana y logró hacer elegir a Juan Carlos Martínez y a dos representantes a la Cámara. El ex senador obtuvo 62.077 votos: 46 mil en el Valle, casi 9 mil en el Cauca, 500 en Nariño y casi 2 mil en Chocó.
Y en 2009, el movimiento Colombia Viva -donde estaban Dieb Maloof y Vicente Blel, también condenados por parapolítica- le cedió su personería jurídica al MPU para conformar la Alianza Democrática Nacional, ADN.
Poco tiempo después, el Consejo Nacional Electoral le canceló la personería jurídica a ADN porque varios de los directivos que firmaron la reforma de estatutos estaban en la cárcel. Entonces, los candidatos que estaban avalados por ADN pasaron a las filas del Partido de Integración Nacional, PIN, a solo cinco días del cierre de inscripciones para las elecciones de marzo de 2010.
La pena contra Martínez
Según relata Verdad Abierta, el ex jefe paramilitar Evert Veloza, alias "H. H." habló sobre el apoyo brindado por los paramilitares al ex senador Martínez, asegurando que el bloque Calima de las AUC había hecho campaña en el municipio de Buenaventura a su favor.
Fue en julio de 2008, cuando "H. H.", afirmó que a Martínez lo habían apoyado narcos y paras en su elección al Senado de 2002. Inmediatamente la Sala Penal de la Corte le abrió indagación. Dos meses después rindió versión libre ante la Corte Suprema y seis meses después lo detuvieron por parapolítica. La Fiscalía llevaba el caso, porque Martínez renunció a su fuero especial como congresista.
En septiembre de 2009, el vicefiscal Francisco Pareja confirmó su detención y pocos días después tuvo que devolverle el expediente a la Corte, cuando cambió la jurisprudencia sobre los efectos de la renuncia al fuero.
Mientras tanto, Martínez seguía en la cárcel, en buenas condiciones. Por ejemplo, en enero de 2010 hubo un escándalo en La Picota porque remodeló su celda, tumbando un muro para ampliarla.
En enero de 2011 empezó su juicio, y en febrero el narcotraficante Olmes Durán salió a defender a Martínez y dijo que nunca lo había financiado. Ahí empezó el debate por el 'cartel de testigos' que habían cambiado sus versiones. Juan Carlos Martínez está hoy en la cárcel de El Bosque de Barranquilla por cuenta de una fiesta de cumpleaños que hizo en el pabellón de los parapolíticos de La Picota y que reunió a más de cien personas, con comida y trago incluidos.
La condena de hoy es una de las más altas por parapolítica, pero aún así, las deudas pendientes de Martínez no están saldadas todavía. La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia adelanta otra investigación previa, esta vez por narcotráfico, por sus presuntos nexos con el cartel del Norte del Valle y, adicionalmente, en el fallo de hoy compulsa copias a la Fiscalía para que lo investigue por unas declaraciones en que se asegura que en las elecciones de 2003 Martínez habría hecho tratos con el narcotraficante Hernando Gómez Bustamante, alias "Rasguño".
No entiendo eso de seguir manipulando desde un penal el asunto de las elecciónes. Acaso los reos que están condenados por delitos, cualesquiera que sean no pierden el derecho a la ciudadanía mientras estén presos..? Estos temas son vergonzosos para nuestro país infiltrado por este tipo delincuencial de políticos. Vamos autoridades, esto no se puede permitir hay que frenar de una vez y para siempre con ese tipo de manipulación político-delincuencial desde las cárceles del país por parte de exfuncionarios corruptos.
A este hampón ojalá le falten muchos años más de cárcel por sus vínculos con el narcotráfico y las bacrim. Es una VERGUENZA para el Valle del Cauca tener a personajes como este en la política regional y además con ambiciones nacionales, y dice mucho de la zoociedad que tenemos actualmente en el depto y en su capital, Cali. Pero lo que es inconcebible es que el estado, la Constitución, las leyes o quién sea, permita esa burla al sistema electoral colombiano como es la constante creación de partiditos políticos que nacen y mueren para el beneficio de hampones como este, que lo UNICO que tienen para mostrar es su prontuario y un MONTÓN de dinero MAL HABIDO con el que compran cosas, personas y sobretodo conciencias.
Una verguenza la sociedad colombiana como maneja la política, por la forma de elegir a sus representantes. Definitivamente mientras la sociedad no repudie el crimen, criminales tendrá representándolos. Cuándo creeremos que nos merecemos estadistas y líderes?
Sugerencia de tema a tratar a la Silla Vacia, y es el cobro de las multas que impone la justicia, porque encarcelar delincuentes, dejándoles incólumes sus fortunas, termina resultando un buen negocio. Quién y cómo se cobra las multas y a quienes? cuál es la gestión del Estado en ese sentido? Señora Contralora también mire por ahí, que las multas son para el Estado.