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Después de un largo trámite de casi cuatro años, está listo para la sanción presidencial el proyecto de ley que modifica la ley estatutaria de mecanismos de participación. Se trata de una nueva regulación de los instrumentos creados por la Constitución con la promesa de hacer tránsito de una democracia representativa a una participativa pero que se quedaron escritos por diferentes circunstancias.
Desde 1991 se puede revocar el mandato de alcaldes y gobernadores pero no se ha podido, se pueden convocar referendos pero el único de carácter nacional que se ha convocado resultó fallido por que no alcanzó el umbral para ser aprobado. La única consulta importante que logró salir adelante fue la que creó el día sin carro en Bogotá.
Los críticos de la ley actualmente vigente dicen que impuso tantos requisitos y diseñó un procedimiento tan exigente que hizo casi imposible el uso de los mecanismos. Otros atribuyen las dificultades a la debilidad de organizaciones políticas y sociales que no tienen ni la legitimidad, ni la estructura para emprender un proceso de recolección de firmas en los niveles exigidos por la ley actualmente vigente.
La ley 134 se diseñó con cuidado para no caer en excesos y para que una especie de democracia plebiscitaria sustituyera a los cuerpos de representación. Pues bien, las reglas de juego van a cambiar radicalmente especialmente en ese aspecto conceptual. Cuando el Presidente sancione la ley, que deberá hacerlo en los próximos días porque la Corte ya le notificó la sentencia, los ciudadanos podrán, por ejemplo, hacer aprobar normas sin que previamente hayan pasado por ningún examen en los cuerpos colegiados.
La nueva ley permite que se convoquen referendos aprobatorios de leyes, ordenanzas o acuerdos sin que previamente se haya presentado ante el Congreso, la Asamblea o el Concejo. Hasta hoy, si un grupo de ciudadanos tenía una iniciativa, recogía firmas y las llevaba a la Corporación respectiva y solo si allá no se aprobaba o se hacía en un sentido distinto podía recoger otro tanto de firmas y convocar a un referendo aprobatorio.
Eso nunca pasó. Ya era bastante difícil recoger las primeras firmas como para tener fuerza para recoger otras un año después. Lo que ocurría era que en las Corporaciones se engavetaba la propuesta y hasta ahí llegaba. Varias se quedaron ahí. Por ejemplo, un grupo de alcaldes encabezados por Lucho Garzón presentaron con firmas al Congreso una ley restringiendo el porte de armas y el Congreso no la tramitó, lo mismo ocurrió con una del Sena y al menos una decena más.
Si bien en la nueva ley se mantienen unos umbrales altos, parecidos a los actuales, la gran innovación es que el referendo aprobatorio se convoca sin participación de las Corporaciones Públicas.
Por ejemplo, iniciativas como la de la senadora Vivian Morales relacionada con los derechos de las parejas homosexuales que antes tenía que pasar por el Congreso y allí probablemente se quedaba ahora puede llegar directamente a las urnas, con el aliciente adicional de que ese referendo podrá coincidir con una elección, con lo que la consecución del umbral será mucho más fácil.
Temas como este que está pendiente de desarrollos legales dentro del marco de la jurisprudencia de la Corte y que generan tanto debate y tanta polarización probablemente tienen los incentivos suficientes para que una organización se aventure a una recolección de firmas grande y que termine en las urnas.
No se incluyen los referendos constitucionales por que la Constitución exige que sean convocados por el propio Congreso.
Las condiciones para revocar el mandato de alcaldes y gobernadores se reduce en forma sustancial. Ahora sólo se exige el 30% de los votos obtenidos por el mandatario. En Bogotá, por ejemplo, se hubiesen requerido solo unas 230 mil firmas para provocar la votación sobre la revocatoria de Petro y en sitios Cali bastarían con unas 75 mil. En municipios pequeños proliferarán las convocatorias a revocatorias en el próximo período.
La ley 134 se había cuidado de no bajar los umbrales hasta un punto que pudieran ser los mismos votos que habían sido derrotados los que consiguieran activar el mecanismo de revocatoria y eventualmente hacerlo aprobar.
Con las nuevas reglas de juego se abre la puerta para que los temas más controversiales tanto nacionales como, especialmente, locales lleguen a la decisión popular. Habrá que alistarse para votar sobre dilemas morales como el aborto, el consumo de droga, los derechos de parejas homosexuales y etc. En lo local temas como los de pico y placa, hora zanahoria, toque de queda de menores y etc podrán estar ahí y además si los promotores se “ponen las pilas”, la ley se podrá estrenar el próximo 25 de Octubre en coincidencia con las elecciones de alcaldes y gobernadores.
Las consecuencias de esta ley sobre el reparto del poder están por verse, pero si hay organizaciones sociales o partidos que recojan firmas con juicio muchas serán las preguntas que tengamos que responder cada vez que vayamos a votar, tal como ocurre en los Estados Unidos o varios países europeos.
Todos saludamos con alboroso las distintas formas de participación que se consagraron en la Constitución del 91. Pero luego vino la desilución cuando los leguleyos hicieron posible burlar la norma haciéndola inane. Cómo gozó Petro, por ejemplo, evitando mañosamente la convocatoria del referendo que probablemente lo sacaría de la alcaldía. Ojalá la nueva norma permita concluir procesos como las revocatorias y creo que será mejor que el número de consultas crezcan y no que sigamos bajo el yugo de la representación popular. Creo que muchos temas, como los de las minorias serán resueltos de una buena vez y, acaso, por este medio, nos dejen vivir tranquilos. Porque siendo mayoría nos vemos forzados a vivir como si fueramos minoría.
¿El yugo de la representación popular?
Lo que sí es seguro es que resolveremos de una vez por todas, y de manera expedita, el "problema" de las fastidiosas minorías. Por ejemplo, los dueños del país son una minoría, los ingenieros somos minoría, así como los médicos, ah ... los "intelectuales", ... los comunistas, los curas, las prostitutas, los maricas, los filatelistas, los ecologistas, ... el grupito que vaya fastidiando, lo vamos echando, en gavilla; para que los que vayan quedando puedan vivir tranquilos una vida sin aristas.
Lo curioso, Gato, es que lo que usted muy bien ilustra como yugo democrático o tiranía de la mayoría es, precisamente, lo que a algunos parece ilusionarles sobre esta modificación a los mecanismos de participación: Que, por fin, las mayorías puedan imponerse, de manera más expedita, y decidir sobre las vidas de las personas que hacen parte de minorías, porque, según dicen, no tiene sentido que sea al contrario.
Pero lo absurdo, en la gran mayoría de casos, es que convierten en un juego de suma cero algo que no lo es, como sí, por ejemplo, permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo lesionara de alguna manera al matrimonio "normal" mayoritario.
También ignoran, los adalides del poder de las mayorías, que todos somos parte de una o varias minorías, que si bien hoy no sean "fastidiosas" para el resto (la mayoría), en algún momento podrían llegar a serlo, y entonces serían aplastadas por la democracia participativa.
Esta es la ignorancia y las contradicciones que asustan.
Propongo recoger firmas para pedirle a Héctor Riveros que conecte el cerebro antes de ponerse delante del teclado. Y para pedir que Peñalosa pague las lozas de su bolsillo antes de lanzarse a cualquier otro capricho político.
Necesito socios capitalistas para montar empresa dedicada a la recolección de firmas, que suministre toda la logística, nacional o local. El cliente solo pondrá la causa y la plata. Nosotros haremos la promoción, la persuasión y la recolección. Nos ocuparemos de las redes sociales, las redes de firmantes, recogeremos firmas a domicilio, ...
Esta es una gran oportunidad para el emprendimiento y la innovación social que nos acercará al tan anhelado Estado de Opinión. Por fin, el gobierno de las encuestas.
Por ejemplo, así será como las personas de bien de este país expulsaremos de nuestra patria a todos los viciosos, para que no corrompan más a nuestros jóvenes. Porque, como afirma el Señor Procurador, los homosexuales no nacen, los hacen. Sueño con el día en que Colombia pueda ser declarada territorio libre de perversión, y sea habitada nuevamente por hombres y mujeres temerosos de Dios. Somos mayoría y no tenemos que tolerar a ninguna minoría gay, atea, abortista, eutanásica,...
Ñendaaaa. de donde salió este locooooo, será en serio o es mamadera e gallo, uy que miedo con estos fundamentalistas. temerosos de Dios? cual Dios , el suyo, será que su Dios es el unico que existe. no pero en serio, es mamadera e gallo? DDD donde andas? Y ahora.....quien podrá defendernos??
Lo loco y lo grave de Prada es que lo que él dice con sarcasmo, a manera de ejemplo, mucha gente (no tanta como se cree, pero más de la que se debe) lo piensa tal cual.
Se llama sarcasmo, dependiendo de quién lo diga. En este caso, es sarcasmo. Pero Colombia está lleno de personas que quisieran decir esto, y de unos pocos que lo dicen. Y son mayoría, y son democracia participativa. Si, un poco aterrador.
uy, gracias por la aclaración, ya puedo almorzar tranquilo