

Hoy en la mañana fue discutido por primera vez en esta legislatura del Congreso el proyecto de referendo para que los violadores de niños y niñas tengan cadena perpetua, una propuesta liderada por la senadora del Partido Verde Gilma Jiménez. El proyecto llegó a la Comisión Primera del Senado con el aval de dos millones y medio de colombianos que dieron su firma a favor de la iniciativa, pero aún le falta el apoyo total del partido de su promotora.
No llegó con el visto bueno de la otra línea de los verdes que también tiene como bandera la protección de la infancia: la línea de la representante Ángela María Robledo. Para Robledo, más que aumentar las penas, se deben fortalecer las instituciones que atienden a los niños víctimas de la violencia y que tienen la capacidad de prevenir nuevos abusos. Y también propone modificar los imaginarios morales para que este tipo de delitos deje de ocurrir, es decir, que sean rechazados por la cultura.
“Nosotros decimos que la educación es el camino, mientras que Gilma es una mujer fuerte que pide cárcel”, dice Ángela María Robledo, quien desde el año pasado le ha hecho oposición a la estrategia punitiva de Jiménez, su colega Verde.
La divergencia entre Jiménez y Robledo refleja la división ideológica que viven hoy los verdes, entre una visión tradicional que ve las leyes como la solución a los probelmas y otra más basada en el cambio cultural que promueve Mockus y su grupo de Visionarios. Y cada una está dando la pelea por imponer en el Congreso su visión sobre cómo proteger a la niñez.
Una de las batallas entre ambas congresistas verdes se dio en la Comisión Primera de la Cámara la semana pasada, pero pasó desapercibida. El jueves se votó en tercer debate en esta Comisión el proyecto de la Ley de seguridad ciudadana, al que ahora sólo le falta ser aprobado en la plenaria de la Cámara.
Cuando pasó por el Senado, por voluntad de Gilma Jiménez, pero también del senador de La U Roy Barreras y del ministro del Interior Germán Vargas Lleras, en el proyecto se incluyeron unos artículos que reforman el Código de Infancia y Adolescencia: los jóvenes mayores de 16 años que incurrieran en delitos podrían ser encarcelados en prisiones de adultos; las penas para los jóvenes que hoy no pueden superar los cinco años de reclusión aumentarían y también la edad a partir de la cuál podrían ser privados de su libertad (pasaría de los 14 a los 12 años).
“Debemos aumentar las penas”, alegó en su momento Jiménez, quien llegó al Senado con 188 mil votos, una de las votaciones más altas del año pasado. “Los pocos adolescentes delincuentes que son judicializados sencillamente salen cuando cumplen la mayoría de edad y salen de supuestos centros de rehabilitación a seguir cometiendo delitos”.
Para Robledo, con esa iniciativa Jiménez se convirtió en la defensora de los “niños buenos”, olvidando y dejando de lado a “los niños malos”. “Pero la Constitución no dice que uno tenga que defender a los niños buenos o malos, dice que hay que defender a los niños y punto”, dijo Robledo a La Silla Vacía. Y ahí arrancó su primer esfuerzo por frenar el proyecto de Jiménez.
Primero pidió en las reuniones del Partido Verde que la iniciativa fuera a nombre de Gilma y no de la bancada, porque en caso contrario ella solicitaría que le concedieran el derecho a la objeción de conciencia para no votar a favor del proyecto. El partido accedió a que cada congresista votara como quisiera. Y mientras el proyecto avanzaba en Senado, Robledo buscó apoyo institucional para tumbar la iniciativa.
Mientras Jiménez tenía el aval de Vargas Lleras, Ángela María consiguió reunirse con varias instituciones -la Procuraduría, el Consejo Superior de la Judicatura y la Fiscalía- para que sacaran un concepto desfavorable a la iniciativa. También llamó a debate de control político a la directora del Icbf, Elvira Forero, para que explicara las dificultades que estaba teniendo esta institución para hacer cumplir el Código de Infancia y Adolescencia. Forero también rechazó explícitamente la modificación impulsada por Jiménez porque dijo que no tenía la capacidad institucional para hacerla cumplir.
Al final, Robledo consiguió que la Procuraduría se opusiera al proyecto de aumento de penas para jóvenes porque dado el problema de descoordinación institucional y de falta de recursos en la atención a la niñez, si se pensaba desvertebrar el Código con estas modificaciones, era mejor hacerlo por una reforma aparte que como un ‘mico’ en la Ley de Seguridad Ciudadana.
Como el proyecto pasaba primero por el Senado, Robledo, que está en Cámara, consiguió aliarse con los senadores del Polo Jorge Enrique Robledo y Gloria Inés Ramírez para que le hicieran oposición a estos artículos. También entregó una carpeta a los 102 senadores con copias de lo que dijeron las instituciones, referencias a la reforma al Código de Infancia en Brasil (con las que Robledo pretendía demostrar cómo el aumento de penas no disminuía la delincuencia juvenil) y además las convenciones internacionales que ha firmado Colombia y que van en contra de la iniciativa. Su aliado dentro del Partido Verde fue el senador John Sudarsky, quien también reiteró que no se podía enviar a los jóvenes a las cárceles. Pero aún así, Ángela María Robledo perdió en el Senado.
La victoria la consiguió en la Cámara de Representantes. El vocero oficial de su propuesta fue el representante del Polo en Comisión Primera Germán Navas Talero. Pero también la ayudaron algunos representantes del Partido Liberal como Victoria Eugenia Vargas, Adriana Franco, Orlando Velandia, Hugo Velásquez, y Rosmery Martínez, de Cambio Radical.
Alfonso Prada, el representante Verde, es mucho más cercano a Jiménez, con quien militó en el partido El País que Soñamos liderado por Enrique Peñalosa. Prada no apoyó el retiro de los artículos que modificaban el Código de Infancia, pero sí le permitió a Robledo tener una voz en las discusiones del proyecto en la Comisión Primera, donde él ocupa su curul (Robledo está en la Séptima y por lo tanto no tiene un derecho propio a hablar en la Primera).
Robledo consiguió que se retirara la propuesta de cárceles para jóvenes y se mantuvieran los centros de atención especializada. También evitó que se redujera la edad de detención a los 12 años, y aunque aún habrá un aumento de penas para los jóvenes, ya no será de 10 ó 15 años sino de dos. Robledo dice que espera retirar en la plenaria de la Cámara lo que falta: lograr que no quede ningún aumento de penas, y que los comandantes y subcomandantes de la Policía no puedan investigar y sancionar a los adolescentes (actualmente sólo están facultados los Comisarios de Familia y los alcaldes y el proyecto quiere incluir a la Policía).
Robledo sólo tiene una oportunidad para hacerlo, en la plenaria. Pero entró al Congreso un nuevo tema de infancia en el que las verdes tampoco están de acuerdo.
Una cosa es oponerse a unos artículos del proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana, pero otra muy distinta hacerlo al proyecto de referendo que le otorgaría cadena perpetua a violadores de niños y niñas. En caso de que este proyecto se apruebe y sea considerado exequible por la Corte Constitucional, se convocará a un referendo para que los colombianos decidan si quieren aumentar las penas de los violadores.
Si desde la pespectiva mockusiana el aumento de las penas no resuelve nada, ya consiguió por lo menos muchos votos. Jiménez se hizo conocer, como concejal de Bogotá, cuando impulsó ‘los muros de la infamia’, y por esta iniciativa contra los violadores de niños consiguió 188 mil votos en marzo del año pasado, casi 50 mil más que los que obtuvo el Partido Verde en su lista a Senado. Si los verdes obtuvieron cinco curules en Senado y tres en Cámara es en gran parte porque Jiménez arrastró los votos de las listas. Y lo hizo porque su proyecto bandera era impulsar este proyecto desde el Congreso.
Jiménez ya consiguió el apoyo de las mayorías para su proyecto. En Comisión Primera del Senado, el coordinador de ponentes de su proyecto es el presidente de la Comisión, Eduardo Enríquez Maya. También consiguió el apoyo del Partido de La U, del Partido Conservador y del PIN, que tanto en Comisión Primera como en plenarias tienen la mayoría de los votos. Cuenta también con el apoyo del Ministro del Interior y de Justicia. “Vargas Lleras me acompaña en un cien por ciento”, dijo a La Silla Vacía Jiménez.
Y desde el Partido Verde, aunque el senador de la Comisión Primera Jorge Londoño no está de acuerdo con la iniciativa, firmó la ponencia porque es una iniciativa popular, que viene ya respaldada por dos millones de votos.
“El Partido Verde está lejos de ser un Partido al que le interesen tanto los niños”, dijo a La Silla Vacía la senadora Gilma Jiménez, quien cree que es una bandera suya.
Robledo tampoco ve esa iniciativa con buenos ojos. Y dice que no es porque no le importen los niños sino porque tiene otro enfoque. Por eso sus alianzas son distintas: mientras que Robledo busca al Partido Liberal y al Polo, Jiménez busca a La U, al PIN, y a los Conservadores. Robledo esgrime argumentos técnicos y Jiménez el respaldo de los colombianos que quieren una sanción drástica contra los violadores. Sus posiciones reflejan sus trayectorias y también las diversas tendencias ideológicas del partido.
Robledo fue directora Social de la Fundación Restrepo Barco y Directora del Departamento Administrativo de Bienestar Social del Distrito durante la segunda administración de Antanas Mockus, cuando impulsó la primera política pública de la niñez en Bogotá. Actualmente forma parte de la Alianza por la Niñez Colombiana, una red que agrupa organizaciones que buscan la garantía de los derechos de la niñez. Contribuyó en la elaboración de la nueva ley de infancia y adolescencia y ha trabajado con el CINEP y el Programa por la Paz en la escuela de formación política ciudadana. Toda su vida ha girado alrededor de la prevención de abusos a la niñez.
Por su lado, Gilma Jiménez también fue directora del Departamento Administrativo de Bienestar Social durante la alcaldía de Peñalosa. Allí impulsó la construcción de jardines sociales y programas de atención para las personas en la calle. Luego pasó a ser Concejal de la bancada peñalosista, y fue autora de varios proyectos como la prohibición de las chiquitecas, la exigencia de estándares de calidad para el funcionamiento de los jardines infantiles y la accesibilidad a medios de planificación familiar gratuitos. Pero su obsesión ha sido los violadores de niños. Gilma Jiménez viene desde 2006 documentando los casos de abusos sexuales a niños en todo el país.
Las preguntas que quedan son si cuando el proyecto de referendo llegue a la Cámara de Representantes, el Partido Verde lo habrá asumido como un proyecto de bancada, y si en ese caso Robledo esgrimirá la objeción de conciencia para rechazar la iniciativa bandera de la más alta votación de su partido.
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Es triste este espectáculo verde. En vez de unirse para construir, se echan vainas en público... triste. Gilma se cree dueña de la mitad del partido por haber puesto votos con su trabajo constante de varios años a favor de la niñez. Muy arrogante para mi gusto. Al fin peñalosista
Primero: se debe dar cadena perpetua, cuando se haya dado un estudio conciensudo, sobre el agresor o violador, psicologico, de vida el por que??? asi pueden sacar conclusiones si el victimario es enfermo y si a abusado màs de un infante.
Segundo: para darle cadena perpetua debe verse que edad tiene la victima, por que sabemos que niñas o niños de cierta edad se dejan acariciar sus genitales y se dejan que haya acto sexo, esto lo hacen por plata, por ropa o zapatos, y cuando el posible "violador" no accede a sus pretenciones lo demandan a las autoridades, fatal para una persona que por vicio o curiosidad le hace esto a una o un joven.
Tercero: se le debe dar carcel y de la buena a un joven de 12 0 16 años, que mate por un par de zapatos, un celular o algo valioso, por que una vida vale màs que cualquier cosa de estas y lo malo es que siempre se atenta contra jovenes de bien que pudieron tener una vida ejemplar para la sociedad.
La policia, los "padres" de la patria, y los jueces son Cu.
Y las violaciones sexuales a los adultos con que las van a acabar???
A mi modo de ver las cosas son igual de graves que las de infantes. Y sobre eso no escucho ninguna propuesta.
El 90-95% de los violadores NO son reincidentes, es decir, la cadena perpetua no previene en gran parte futuros abusos de esas personas.
La mayoría de los adolescentes que delinquen y no son llevados a centros penitenciarios (correccionales) dejan de delinquir a medida que su edad avanza.
Traducción: Las "soluciones" que están proponiendo no van a servir para nada, con excepción de sujetos como Garavito, que ya tienen desórdenes psicológicos que los imposibilitan para vivir en sociedad, muchas de esas personas cometen delitos de forma esporádica mucho más del tipo de "la ocasión hace al ladrón" que de forma premeditada o por tener una personalidad afecta a la delincuencia, lo que se deben diseñar son sistemas de vigilancia y prevención, básicamente es mejor una vacuna que un medicamento, y a largo plazo sale mucho más barata, pero las leyes aquí no las hacen con la cabeza sino con el instinto, por eso es que la vaina no funciona, ya veremos 5 años después del referendo las estadísticas
Garavito reinicidió unas 200 veces....
Exacto, muy buen apunte.
Para ser más prácticos, miren lo mal que está USA. Su política criminal es un fracaso.
3.000.000 de presos, muchos por delitos que no deberían ser delitos. Además, es un sistema muy discriminatorio, porque la gente que termina en las cárceles es la de menores ingresos, que salen a reincidir. A la tres atrapadas, a la celda de por vida. Esto es totalitarismo.
Tenemos otro caso aún más extremo, China, con un sistema penal aberrante, fuertísimo, no tienen tantos presos, porque hay mucha impunidad, y sus penas son barbaras, matan por matar. Que justicia es justa cuando se juega con la vida de un ser humano.
Ambas líderes tienen sus razones: Gilma Jiménez..Si, debería instaurarse la prisión perpetua para aquellos miserables que abusan de la niñez, sometíendoles a sus aberraciones, mutilándoles, asesinándoles o por cualquiera e las cusas que maltraten dejándo traumas y secuelas imborrables en el futuro del mundo que es la infancia de hoy. Igual, Angela Ma. Robledo, argumenta el fortalecimiento de la educación, es válida su propuesta, pero para fructificarla, antes el Gobierno debe darle cabida a todos sin excepción desburocratizar las instituciones educativas y facilitar el acceso a los estratos menos favorecidos. Pero para que muchos de estas soñados proyectos se materialicen, primero hay que eliminar de raíz la corrupción en todos los entes administrativos y luchar por que los recursos que se están robando, una vez se recuperen, alimenten los presupuestos para la educación y la salud, pues cómo se va a educar a una población famélica y enferma, llena de necesidades...?
Estamos de acuerdo que la educación es la solución ideal, pero mientras eso se logra (lo cual puede demorar generaciones) toca buscar soluciones mas inmediatas. Obviamente un violador no actúa porque la pena sea alta o baja, pero por lo menos una vez lo condenen no sale a seguir atacando. Cuantos niños se han salvado mientras Garavito esta preso? que pasa si Garavito reincide?
Ambas psosiciones están un tanto desenfocadas, pues no atacan el orígen de los abusos. La falta de una educación férrea sobre el respeto de los menores, la desatención del estado y de las EPS al tema relacionado con enfermedad psicológica, la desatención del tema por parte de los docentes o de los colegios y universidades, en general de toda la sociedad que cree que aumentando penas o atendiendo "a posteriori" a los menores abusados, ya con eso calman sus conciencias. Pero la verdad es que quien abusa de las menores tiene un serio problema del que nadie quiere encargarse, porque me parece, que resulta menos rentable. EL mayor esfuerzo debe pues, encaminarse a sanar a la sociedad en general.
Probablemente, como lo explica la siquiatría, en la mayoría de los casos, el niño o el joven violador ha sido violado. Algunos de estos violadores violados en su niñez son recuperable y otros no. Algunos violadores pagan pena y una vez en libertad, vuelven a violar. En este escenario de diversidad, mal haría el país de condenar a todos los violadores a cadena perpetua. Gilma Jimenez está haciendo proselitismo con la ignorancia de los colombianos sobre las causas múltiples que conducen a un individuo a violar. Me perece su posición radical, fruto de la ignorancia o el interés proselitista.
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