![]() |
El Congreso Nacional verde hoy aprobó la fusión de verdes y progresistas, una alianza en la que comenzaron a trabajar hace un mes con Compromiso Ciudadano (que al final se bajó del bus). Foto cortesía Partido Verde. |
Los verdes y los progresistas decidieron hoy formalmente que se convertirán en un solo partido, que tomará el nombre de Alianza Verde. Con esta decisión -que puede salvarlos de desaparecer- aspiran a darle aire a una posible tercería que se pueda enfrentar al santismo y al uribismo en las próximas elecciones. Sin embargo, enfrentan varios retos: desde aprender a convivir políticamente -en un partido que ahora reunirá a figuras tan disímiles como Enrique Peñalosa y Gustavo Petro- hasta ponerse de acuerdo en unos temas programáticos y unas reglas de juego claras que les permitan ser más que un matrimonio de conveniencia diseñado para superar el umbral del 3 por ciento en el Congreso.



Al Congreso Nacional Verde en el Hotel Dann Carlton de Bogotá llegaron ayer 1200 delegados de todo el país, con la decisión más importante prácticamente ya tomada. A la hora de votar la fusión entre los dos movimientos solamente siete personas marcaron el 'no', lo que dejó a Peñalosa y al representante Alfonso Prada -que públicamente se opusieron a la Alianza Verde- como los grandes perdedores.
El ex alcalde de Bogotá matizó su desacuerdo con una promesa de acatar la decisión que tomara la mayoría y ha dicho en repetidas ocasiones que quiere ser el candidato presidencial de los verdes, una opción que sigue intacta tras el Congreso que termina hoy. Pero se encontrará en la contradictoria situación de apoyar la revocatoria de Petro -fundador y líder natural de Progresistas- y convivir con sus copartidarios.
La situación de Prada -que ni siquiera fue al Congreso- es más compleja, porque a diferencia de su mentor político no acepta la unión y al mismo tiempo no se puede ir. Si se sale de los verdes tendría que renunciar a su curul, ya no puede aspirar por otro partido sin incurrir en doble militancia y era el líder del ingreso de los verdes en la Unidad Nacional, de la que los verdes decidieron salirse oficialmente por mayoría absoluta hoy.
Además, el hecho de que la decisión de unirse fuera unánime no significa que los dos movimientos estén de acuerdo en todos los temas. De hecho, varios de los temas claves que se votaron les pueden traer grandes dolores de cabeza en el futuro, como el nuevo nombre del partido, la estrategia para las presidenciales y la manera cómo se organiza el partido hacia adelante.
En la mayoría de estos temas a todos les tocó ceder un poco. Por ejemplo, la unión significa que Carlos Ramón González y la corriente de Opción Centro -que fundó el Partido Verde- se reúne con muchos de sus ex compañeros del M-19, aunque también que perderán el control que tenían de muchos temas internos y financieros del partido.
El tema del nombre promete convertirse en uno de los primeros conflictos, con muchos verdes reacios a identificarse con el 'apellido' progresista y muchos petristas muy dolidos de haberlo perdido. Guillermo Asprilla, el ex secretario de Gobierno de Petro y uno de los seis compromisarios de Progresistas en las negociaciones, defendía la opción “Partido Verde Progresista” -que no cuajó entre los verdes- y ya salió a decir en Twitter que “con la sinceridad y decisión que he trabajado por la fusión anunció que no aceptaré decisión que implique identidad Progresista desaparezca”. Esa opinión la comparten otros progresistas como la parlamentaria andina Gloria Flórez, que también negoció la unión entre ambos.
Aunque el tema parece superficial, en realidad resultará importante a la hora de ver dónde se posiciona políticamente el partido naciente.
“El nombre importa porque es una señal. Mucha más gente se mete a una alianza 'verde' que a una 'progresista', porque en Colombia la diversidad ciudadana está en el centro y no en la izquierda. No puede ser una Concertación chilena porque acá la mayoría de gente está en el centro y el partido tiene que aspirar a atraer gente desde la centro izquierda hasta la centro derecha”, le dijo a La Silla una persona que ha seguido de cerca el proceso y no pertenece a ninguna de las dos corrientes.
Otras de las decisiones claves que tomó el Partido Verde hoy fue aprobar una consulta para las presidenciales el día de las elecciones legislativas, como la que le dio impulso a la 'ola verde' hace tres años y jalonó las votaciones al Congreso.
Aún falta por definir si la consulta estaría abierta a los precandidatos de otros partidos o que sean independientes, como Eduardo Verano, José Antonio Ocampo o el líder indígena Feliciano Valencia. Pero por lo pronto es una victoria que se anotó Peñalosa, que ha insistido mucho en la consulta y no en una designación a dedo como ayer sugirió Antonio Navarro.
Los candidatos obvios son Navarro y Peñalosa, aunque ayer el senador verde (y mockusiano) John Sudarsky también se apuntó y de paso confirmó que no buscará volver al Congreso. Y La Silla supo que Verano, el ex gobernador del Atlántico y ex ministro de Ambiente que estuvo en 'Pedimos la Palabra' y se inscribió hace dos semanas en la Registraduría para lanzarse por firmas, se ha venido reuniendo con un grupo de independientes -ni verdes ni progresistas- liderados por Claudia López, que hoy hicieron una propuesta para entrar al partido.
El último tema espinoso era la organización interna del partido, que fue precisamente una de las fuentes de pelea dentro de los verdes. El Congreso aprobó el acuerdo logrado entre los tres movimientos originales que hablaban de una dirección nacional de 31 integrantes, donde los verdes pondrían el 40 por ciento y los progresistas y fajardistas un 30 por ciento cada uno. Con la salida de Compromiso, surgió la idea de hacerlo 55 - 45, a favor de los verdes, pero terminó primando el esquema original como manera de volver a invitar a Fajardo y compañía de regreso. En todo caso, prometieron dividir a cuentagotas los cargos directivos para que todos estén representados.
Pero esas son solo algunas de las preguntas que tendrán que responder.



La meta de la Alianza Verde es consolidar una tercería para el 2014. El espacio está ahí. El bajonazo en la popularidad de Santos y el hecho de que los candidatos uribistas no hayan despegado le está abriendo una mayor ventana de oportunidad a una tercería, como lo muestra la encuesta de Ipsos que salió esta mañana.
No sólo ha bajado el apoyo a la reelección en los últimos meses, sino que en casi todos los escenarios electorales hay cinco candidatos con niveles de apoyo muy parejos, incluyendo a Navarro y a Peñalosa. Y, más importante aún, el porcentaje de gente que no ha decidido por quién votaría supera a la intención de voto de todos, con lo que el margen de oportunidad para un candidato distinto al santista o el uribista es grande.
El problema es que, dadas las dificultades que han tenido todos los grupos a la hora concretar una idea en la que teóricamente están todos de acuerdo, aún no se ve cómo podrán capitalizar ese descontento.
Para comenzar, la Alianza Verde estaba pensada como una alianza de tres movimientos que se quedó coja tras la salida de los fajardistas de Compromiso Ciudadano.
Aunque el ex alcalde de Medellín Alonso Salazar fue uno de los arquitectos del acuerdo que sellaron verdes y progresistas, su salida de las negociaciones -por segunda vez en seis meses- muestra la dificultad que tienen para ponerse de acuerdo. Uno de los puntos de discordia fue precisamente el tema del apoyo a Petro, con Salazar y Fajardo optando por no tener que declararse ni a favor ni en contra.
Sin embargo, los puentes no están del todo rotos. Para comenzar, de los 1200 delegados que votaron en el Congreso unos cien vienen de Compromiso Ciudadano, con lo resultó evidente que las bases fajardistas sí estaban presentes así sus líderes se ausentaran.
También tendrá que decidir a quiénes más acepta adentro, no solo en la consulta a la presidencia. La Silla supo que la Alianza Social Independiente (ASI) le envió ayer una carta a verdes y progresistas, diciendo que no les interesa una fusión pero sí ser parte de alianzas como la que llevó a Fajardo a la Gobernación de Antioquia.
Y también le tocará encontrar una respuesta a la crítica de que tanto Verdes como Progresistas son movimientos demasiados bogotanos que se preocupan poco por lo que sucede en el resto del país, una de las razones que distanciaron a Fajardo del partido que lo avaló para la Gobernación.
Eso es justamente lo que quiere corregir ahora un grupo de personas que no ha hecho política en los verdes ni los progresistas, pero que desde ya está pidiendo pista en el nuevo partido. Este grupo de “independientes de las regiones” -muchos de los cuales vienen de 'Pedimos la Palabra'- se reunió anoche en el restaurante Las Acacias para darle forma final al mensaje que hoy leyó en el Congreso verde su principal vocera, la investigadora (y ex columnista de La Silla) Claudia López, y que fue ovacionada.
Con ella, hay un grupo de figuras regionales como el ex alcalde de Cali Jorge Iván Ospina, que venía del Polo; la ex alcaldesa de Cartagena Judith Pinedo; y el caldense Eugenio Marulanda, que fue la punta de lanza de la tercería en las recientes elecciones atípicas para la Gobernación, aunque no consiguió sino 8 mil votos.
También Armando Novoa, que estuvo en la Asamblea Constituyente del 91 y dirige el Centro Estudios Constitucionales Plural; Álvaro Jiménez, que ha dirigido la Campaña Colombiana contra Minas desde hace dos décadas; el politólogo y “violentólogo” Francisco Leal Buitrago; el ex Secretario de Gobierno de Alonso Salazar en Medellín, Juan Felipe Palau; y Morris Ackerman, que ha sido facilitador de diálogos con el ELN.
Falta ver cómo entrarían a jugar ellos en el partido, pero la capacidad de atraer votos de opinión de algunos de ellos -si se lanzaran al Congreso-, la conciencia de los dos partidos de su debilidad fuera de Bogotá y el reclamo de las regiones de tener más representación juegan a su favor. Y el hecho de que el discurso de Claudia López fue el que abrió el segundo día del Congreso podría ser una señal de que este grupo ganará espacio en el nuevo partido.
Ahora los nuevos verdes-progresistas tendrán que sentarse a decidir las cuestiones más prácticas como cómo armarán sus listas, quién decidirá los avales en las regiones, quién manejará la plata.
Y comenzar a encontrar respuestas para la larga lista de preguntas que quedan abiertas con la unión. ¿Se unirán los senadores progresistas -pero técnicamente del Polo- como Luis Carlos Avellaneda, Camilo Romero y Jorge Guevara a la bancada verde en el Congreso? ¿Seguirá recogiendo firmas Progresistas? ¿Se convertirán en la bancada más grande en el Concejo de Bogotá, apoyando a Petro? ¿Qué va a pasar con Alfonso Prada? Una vez fuera los verdes de la Unidad Nacional, ¿qué hará Lucho Garzón?
Sabe que si, por lo menos alguien que piensa igual, Peñalosa es un infiltrado, ya verán, ya lo verán.
Tania cómo caes en esa trampa?.
Claudia Lopez es la valiente mujer que denuncio el contubernio entre los póliticos y los paramilitares, entre ellos ya el GRANPARACOLOMBIANO!!!
Si señor esa misma, con carácter y posiciones críticas muy definidas del país con los dirigentes de mierda que nos tocó, que no se limita a esbozar simples consignas cual grafitero barato como vos javciv. De las pocas que aún les duele y les cabe el país.
esa misma la que le pisa los callos a AUV, ve ud. que si la conocia!
Una fuente así, de tipo esencialmente de extrema derecha, queda desautorizada de tajo para cualquier análisis.
¡Ni siquiera sé por qué tienen el descaro de llamarse "sin fronteras"!
Que buena foto, sobre todo por la remamasota de Natalia Springler, que en en su cara le dijo a AUV en la Tadeo, que el no era mas popular de lo que fue Hitler (a proposito del famoso estado de opinion, en el que AUV, justifica todos sus desmanes con la carta politica fundamental)!!!
Páginas