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Jueves Junio 08, 2023
Gabriel Silva fue gerente de la Federación de Cafeteros durante casi una década, ministro de Defensa de Uribe y Embajador en Washington, solo para cita sus últimos cargos. En este gobierno juega el importante rol de ser una de las personas más cercanas al presidente Santos y quien le dice lo que piensa sin pelos en la lengua. Fotos: Juan Pablo Pino

 

Juan Manuel Santos tiene más Altos Consejeros que cualquier otro presidente en la historia de Colombia. Pero hay uno al que realmente le oye los consejos porque confía en él como amigo. Se trata de Gabriel Silva, quien es su alter ego desde hace más de tres décadas.

Gabriel Silva participó en la última campaña de López Michelsen y luego, cuando no había cumplido los 30 años, ya era asesor y uno de los consentidos de Virgilio Barco. También perteneció al "kinder" de Gaviria como asesor de relaciones internacionales. Reemplazó a Santos como Ministro de Defensa de Uribe, y luego, ya durante su gobierno, Santos lo nombró Embajador en Estados Unidos. Una vez logró la aprobación del TLC, volvió al país y ya de 'civil' se ha dedicado a ayudar a Santos en asuntos varios (por ejemplo, con el manejo del paro cafetero) y sobre todo a defenderlo desde su columna de El Tiempo, que se ha vuelto una de las que toca leer. 

Desde esa tribuna, han salido los dardos más venenosos contra Álvaro Uribe y el primer pronóstico de que Santos le apostaría a la reelección.  Dada su cercanía, mucha gente ha interpretado que el Presidente habla a través de su amigo. Sin embargo, Silva dice que no es así y también desestima ser el escudero del Presidente. La Silla Vacía lo entrevistó sobre este gobierno, sobre Santos, sobre Uribe y en general, sobre cómo ve la política.

Todo el mundo dice que usted es influyente en Casa de Nariño. ¿Cuál es exactamente su rol en el Gobierno?

Ninguno. Soy ex funcionario del gobierno de Santos, como soy ex funcionario de los gobiernos de Uribe, Gaviria y Virgilio Barco.  Y es cierto que soy amigo del Presidente. Pero ante todo soy amigo de mis convicciones. Por eso estoy convencido que el presidente Santos es el mandatario que Colombia necesita.

Usted ha dicho que no es el escudero de Santos. ¿Qué es entonces?

Mi único aporte es decir lo que pienso, con la única ventaja de que tengo una relación de amistad con Santos hace treinta años. Pero lo que digo no lo digo por esa relación sino porque tengo la convicción de que este país necesita el talante liberal de Santos para garantizar la prosperidad, para encontrar la paz y para construir una seguridad duradera. Esa seguridad sostenible no se logra solo a punta de bala.

¿Se lograría a punto de una negociación de paz?

La negociación es simplemente un instrumento –una herramienta- que han usado todos los gobiernos incluido el de Uribe. Es un instrumento y no un valor, y aquí en Colombia se suele confundir el método con los principios. A veces dialogar se vuelve como querer a la mamá, lo cual es equivocado. Hoy se negocia en medio de la guerra, es decir se aplican los dos métodos disponibles. Santos nunca ha renunciado a la firmeza.

Cuando usted era ministro de defensa acusaba a las Farc de cínicas y terroristas. ¿Ha cambiado su percepción de ellas?

En lo más mínimo. Están en el proceso de paz no porque se hayan vuelto unos corderitos sino porque les toca. Hay que aprovechar esa oportunidad.

Y el Establecimiento no está en la negociación también porque nos “toca”?

No. El camino fácil para el establecimiento sería la guerra.

Usted dijo en una de sus columnas que Santos y Uribe tenían una cosa en común: que quería reelegirse. ¿Fue una forma del presidente de enviar la señal sin comprometerse?

No, nunca he hablado con el presidente sobre eso. Pero no tengo duda de que al presidente Uribe le cuesta mucho trabajo la viudez del poder porque siente que no hay nadie mejor que él para salvar a Colombia. Reconociendo que es un gran líder y que fue un gran presidente considero que ya cumplió su papel y que debería dejar gobernar a Santos.

Este país no se puede dar el lujo de reeditar a Uribe. Necesita un presidente con talante liberal, incluyente,que sin sacrificar lo bueno de Uribe evolucione. Reelegir a Santos es votar por la paz sin sacrificar la firmeza.

¿Por qué incluyente?

Porque está haciendo cosas para incluir gente que estaba al margen de la sociedad como las víctimas o los guerrilleros. Eso no da votos, pero es lo que el país necesita.

¿La de Uribe era excluyente?

La posición de Uribe era unidimensional. Todo lo que no fuera a favor de la política de seguridad democrática era percibido en contra del gobierno. Mucha gente se sintió marginada. Fue una fase que ya se agotó. El ex presidente Uribe se ha vuelto víctima de su propio éxito. Se quedó anclado en una forma rígida de ver las cosas.

¿En qué momento se agrió su relación con Uribe?

Yo fui gerente de la Federación de Cafeteros entre el 2002 y el 2009. Me nombraron los cafeteros con el visto bueno de Pastrana pero para efectos prácticos fui el gerente de Uribe. Dicho por él fue una época de oro de la caficultura. Dejé la Federación para ser su ministro de defensa. De joven fui a un encuentro del Instituto de Estudios Liberales organizado por Uribe. Es decir, mi relación con él no es de ahora sino de hace rato. Y como Ministro de Defensa yo creo que le cumplí. Por lo menos así me lo dijo de todas las formas. Pero no podía aceptar la cantidad de basura que dice sobre Santos.

¿Entonces por qué están peleando?

Mi problema no es con el presidente Uribe sino con el político Uribe que desconoce cómo ha avanzado la agenda que él dice que defiende. Desde el comienzo se ha dedicado a ponerle zancadillas al presidente Santos.  Santos no hizo sino soportar esa oposición en silencio. Para mi el punto de quiebre fue el Congreso de la U y el foro ideológico al que fue invitado el presidente Uribe.

¿Qué sucedió?

El presidente Uribe públicamente hizo un discurso que estaba lleno de verdades a medias, subjetividades y mentiras. Yo duré un mes releyendo ese discurso y llegué a la conclusión de que este Uribe había tomado una decisión peligrosa para el país. Decidió dejar de ser estadista para convertirse en agitador.

Por eso me atreví a preguntar en mi columna de El Tiempo si para Uribe la victoria estaba por encima de la verdad. Él no acepta disensiones y considera que el que no esté de acuerdo con él es un traidor. Mi columna no era una defensa de Santos. Era el resultado de una incomodidad profunda con la distorsión de la realidad que hacía Uribe. Mis convicciones me obligaban a decirlo.

¿Y su mamá logró superar que Uribe lo tratara de “trepador” e “inútil”?

En realidad mi mamá me llamó furiosa pero no por lo que dijo Uribe sino porque hice una referencia a su edad. Llamó a quejarse de que uno no revelaba la edad de la mamá en público. Y tenía razón, eso fue lo único injusto de esa columna.

¿El expresidente sí lo denunció como dijo que lo haría?

Sí, y por eso no me puedo referir al caso porque es un proceso abierto. Lo curioso es que estoy denunciado por las dos extremas: estoy denunciado por el senador Robledo por traición a la Patria por haber firmado el acuerdo de cooperación militar con Estados Unidos. Y por la otra extrema, porque supuestamente calumnié a Uribe en mis escritos.

 

             Álvaro Uribe decidió dejar de ser estadista para convertirse en agitador.”

– Gabriel Silva

 

Cambiando de tema, ¿cómo explica la caída de Santos en las encuestas?

Las encuestas que se usan como referente son bastante informales en su metodología. Son encuestas que no son especializadas en el tema político sino a las que les cuelgan una o dos preguntas. Tienen una metodología desafortunada.

Se refiere a las de Datexco?

Si.

Pero la Gallup, que sí es seria, marca la misma tendencia

Cuando se gobierna con agenda de estadista y no de candidato es ineludible que el gobierno tenga un desgaste. Sobre todo cuando defiende una agenda liberal y progresista. La política de paz tiene serios enemigos; la defensa de los derechos laborales tiene enemigos; la ley de restitución de tierras tiene peligrosos enemigos. Son los temas de una agenda progresista que se ejecutan sin pensar en las consecuencias electorales.

Pero otros interpretan que Santos cae en las encuestas es porque no hay suficientes resultados

Es que a este gobierno le ha tocado corregir graves problemas que venían. Mire el caso de infraestructura. Perdimos la oportunidad de oro de haber mejorado la infraestructura durante los ocho años de Uribe.  Los primeros años de este gobierno se nos fueron ordenando la casa y ya se comienzan a ver resultados.

¿Sí?

Claro. Se han corregido muchas cosas. Santos tomó una decisión histórica –por ejemplo- que va a beneficiar a los pobres durante los próximos veinte años y que es muy impopular porque afecta intereses muy poderosos y fue la ley de regalías. Yo tengo la convicción de que está haciendo las cosas bien y eso al final lo reconocerá la gente.

¿No será que la grandilocuencia de su discurso crea unas expectativas difíciles de cumplir?

Si uno mira los resultados, que puede que hayan sido mal comunicados, la mayoría de estos no son tan visibles para los formadores de opinión. Pero sí lo son para las bases. Para ellos lo que hace Santos son realidades no expectativas ilusas ni desenfocadas.

Claro que el gobierno ha tenido descalabros en las ejecuciones y realizaciones, pero el Presidente no le ha temblado la mano para cambiar a los ministros que no logran los resultados.  Hemos tenido limitaciones como país, por la estructura institucional.

¿Por qué por la estructura?

Pregunte cuántos funcionarios se atreven a firmar un contrato sin pensarlo veinte veces por miedo a morir empapelados.

¿Es eso lo que cambió entre Santos y Uribe? Uno tiene la sensación que había mayor ejecución en el gobierno anterior.

Es que Uribe era un presidente en tiempo real, entonces llamaba en un consejo comunitario a un funcionario, y le pegaba dos gritos y la gente quedaba convencida de que había resuelto el problema. Pero no lo resolvía en realidad. Ambos gobiernos enfrentan los mismos problemas. Santos tiene un estilo diferente, más de estadista, más serio, lo cual no lo hace tan popular. Pero la seriedad es un valor importante que al final la gente termina apreciando.

¿Por qué cunde el temor entre los funcionarios?

Es que la carga de la prueba de un supuesto error está en cabeza del funcionario. Hay una intimidación estructural que impide cumplir los deberes. Se ha creado una ideología de la anti-política. Todo lo que sea denunciar la gestión política, la gestión pública, la acción del Estado, da réditos. Hay un sesgo contra hacer política y gestionar el Estado. Pero al final es una ideología como cualquier otra.

¿Qué tan cierto es que el presidente Santos es un hombre de ambiciones y no de convicciones?

No es cierto. Santos es un hombre pragmático, pero eso no quiere decir que no tenga convicciones. La oposición sí es ideológica como le corresponde a la oposición. Pero una cosa es no ser ideológico y otra no tener convicciones. Santos es un pragmático con convicciones.  Es un hombre profundamente liberal, que une al país, que no le gusta cazar peleas, que prefiere unir que dividir, que tiene un talante de diálogo tolerante. Para un país tan diverso y complejo como Colombia eso es lo que se necesita.

A veces ese talante dialogante del que usted habla parece más debilidad. Que cede ante el que se pone bravo.

Es fácil presentar la serenidad como una debilidad.  Lo fácil es la bravuconería y el twitter agresivo. Lo difícil es enfrentarse a temas como el de San Andrés y no salir a decir que desconocemos el fallo. Más fácil la bravuconada. Es fácil decir, masacren a las Farc. Ser valiente es darle una oportunidad a la paz. El coraje de Santos es la capacidad de tomar las decisiones difíciles. La debilidad es escudarse en la exageración, la retórica y la mentira.

¿No hay como cierta obsesión de Santos con Uribe?  A veces parece que fuera su único interlocutor.

Es al contrario. Uribe está obsesionado con Santos. A Uribe le gustan los títeres y la gente obsecuente que le rinde pleitesía. No pasa un día sin que Uribe y sus amigos manden una cadena de tuiters contra el Gobierno. Es una obsesión un poco enfermiza.

Ser valiente es darle una oportunidad a la paz. El coraje de Santos es la capacidad de tomar las decisiones difíciles."

– Gabriel Silva

¿Cree que la decisión de Santos de marchar el 9 de abril al lado de la Marcha Patriótica es una señal de que ahora sí se la jugará con un discurso a favor de la negociación en la Habana?

Eso fue malinterpretado. El Presidente estaba en una reunión con los alcaldes y ellos le dijeron: usted cuenta con el respaldo de los alcaldes para hacer la paz. Esa en realidad era la noticia.   Petro lo invitó a la Marcha. Santos dijo, todo lo que sea a favor de la paz lo respaldo. Es una respuesta diferente a la que Petro trinó.

Hablando del paro, ¿qué tanta responsabilidad le cabe a la Federación que usted dirigió durante tantos años?

Prefiero no ahondar en ese tema por respeto hacia los funcionarios de la Federación. Solo le digo que no existe una organización de base rural más sólida, más democrática y de mayor participación que la Federación. Esto les ha permitido a los cafeteros colombianos enfrentarse a las multinacionales y a cambios profundos en el sector.

¿Qué errores le ve a este gobierno?

El más grande es que a veces hay exceso de cautela. Nadie más cafetero que Santos, se crió prácticamente en la Federación de Cafeteros. Entonces, ¿por qué esperamos a esta circunstancia para resolver un problema que hemos podido enfrentar desde hace mucho tiempo?

¿No será que por haber crecido en círculos cerrados de poder le queda más difícil al Presidente entender la calle?

Las decisiones de este gobierno son muy técnicas y le hace falta hacer más política.

¿En qué sentido?

Esta campaña que se viene es la primera campaña de reelección que ha existido en el país porque en realidad el presidente Uribe fue ungido. Y esta campaña será como todas, a mordisco limpio. El gobierno tiene que entender que no solo está gobernando sino que tiene que hacer política. Como le tocó a Obama o a cualquier primer ministro en el mundo desarrollado.

¿Ve algún contendor pesado para Santos?

De los que he visto hasta ahora ninguno le daría la talla.

¿Alguno que quizás no se haya lanzado?

No le voy a resolver ese problema a Uribe.

Una última pregunta, más personal. Cuando hicimos el perfil de Santos, gente que lo apreciaba nos dijo que era tan egocéntrico que él veía a todo el mundo como un peón que jugaba un papel dentro de su juego. ¿No es difícil ser tan amigo de alguien así?

Decir eso de él es puro desconocimiento. Si hay alguien sensible al aspecto humano es Santos.

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Lun, 2013-03-11 15:18

De acuerdo con Katty,este pais hay que renovarlo;son los mismos dirigentes,lo unico que hacen es estar devengando millonarias sumas,y cambiando de bando y puestos,en cada periodo presidencial.

Lun, 2013-03-11 12:24

El senador @JERobledo hizo muy bien en denunciar a silva, estos funcionarios saltan de lo publico a lo privado manejando mezquinos intereses y la gente cree que son distintos cuando realmente son lo mismo santista = uribista y si la reelección sera a mordiscos, mordiscos de los dineros de los colombianos como las tan cacareadas 100 mil casas y mas familias en acción.

Lun, 2013-03-11 11:24

De que sirve tener ese gasto tan exorbitante en ´asesores ´se dice que tiene 135 con sueldos multimillonarios ,aumento 5 ministerios mas con la secuela de puestos y clientelismo,el gasto mas infame en burrocracia como ningún gobierno,PERO para que?,no da pìe con bola en NADA,ya a 1 anio de terminar su mandato,NADA para mostrar,no ha empezado ninguna obra,las cacareadas locomotoras nada que arrancan estan paralizadas,y el dinero de las regalias en los bancos??,lo único que ha hecho es haber legalizado el narcoterrorismo y a los harlistas de las FARC y el país paralizado y en paros y el pusilánime de silva como asesor estrella,con razón.

Lun, 2013-03-11 11:28

Indudablemente y en concordancia con el carácter del periodismo investigativo de LA SILLA VACÍA el tema es político. SILVA y su familia tienen muy buenas relaciones en las altas esferas del gobierno. Es un hombre que le ha servido muy bien al injusto estado de cosas que hay en Colombia. De ahí que valore y salomonicamente lance lisonjas a URIBE y a SANTOS. De hecho es un buen funcionario para los negocios de los altos conglomerados económicos. E igualmente califican algunos de excelente su gestión en los EE.UU, especialmente para que el Congreso norteamericano aprobase el TLC. SILVA, ex-Mindefensa aprendió las durezas de las expresiones y los protocolos de las ceremonias en las reuniones militares. Pero, el hecho de que ayer fuese un personaje "duro" contra las FARC y hoy esté de acuerdo con la "paz" de SANTOS, exhibe su oportunismo y su pragmatismo maniobrero ante los disímiles momentos políticos creados por los mismos dueños de los pulpos financieros y por el Gobierno de SANTOS.

Lun, 2013-03-11 11:26

Es elocuente la fluidez en el pensamiento y por tanto, también en el manejo de las convenciones inherentes al lenguaje del habla del ex-Ministro, ex-embajador en Washington y ex-Presidente de la FEDERACIÓN NACIONAL DE CAFETEROS, GABRIEL SILVA LUJÁN. No obstante tal fluidez en el pensamiento y en el lenguaje, de manera inmediata como relámpago o centella ponen sobre el tapete un asunto fundamental y clave que la poetisa caribeña, colombiana y latinoamericana, KATHY PORTO, esboza en su comentario y es el de que "Colombia es un país que no avanza en lo esencial". La educación que recibió SILVA para expresar con cierta inteligencia su fluidez y claridad al responder las preguntas de la directora de LA SILLA VACÍA, no la han recibido la mayoría de los niños, adolescentes y jóvenes colombianos. Y ese es uno de los tantos temas esenciales que a la actual Ministra de Educación le importa un pito. Le responde a uno a través de una parafernalia de funcionarios de 3º, 4º y 5º nivel.

Lun, 2013-03-11 18:36

Muy bueno el cuestionario,pero de acuerdo con Katy como dar credibilidad a personajes muy ''pensantes'' que han actuado en todos los frentes de derecha acomodandose siempre al vencedor de turno(el paro de los cafeteros no es precisamente ejemplo de buen manejo),y eso es lo que en escencia veo del señor SILVA,caracterisitico de la politica colombiana y en general mundial,.. que no son enemigos de las personas sino de su actuar politico...,como si el actuar no esta dentro de la persona como superegos que fluyen y decaen de acuerdo a las necesidades.
Por lo menos la vision sobre FURIBE asi sea oportunista,es acertadd en todas y cada una de las apreciaciones que expuso.Lastima que cuando tuvo la oportunidad de ser MINDEFENZA no vio la necesidad de inclusion y ante todo la necesidad de encontrar otros caminos de solucion diferente a LAS BALAS;es ahi donde la credibilidad se pierde y se limita solo al oportunismo politico que las circunstancias requIeren.

PD:ah lo de la mama,si me hizo reir

Lun, 2013-03-11 05:19

Este alfíl de Santos tiene la loable tarea de ganarse (de rehabilitar?) a la centro derecha uribista. Intenta parquearse a trompicones en el centro del espectro, como esas caricaturas de conductores maniacos. Cualquier parecido con Santos es pura coincidencia. Pero bueno, así son los políticos, artistas de brocha gorda. Ay, pero lo que más deploro es la envidia con la que escribo este comentario.

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