Cuando Fernando Collor de Mello se cayó de la presidencia de Brasil en 1992 como consecuencia de escándalos de corrupción el periódico La Prensa tituló: Brasil 1 – Colombia 0. Ahora que se produjo una movilización inesperada en decenas de ciudades de ese país para protestar –así en general, no necesariamente contra algo en particular- la pregunta es si Brasil va ganando o si va perdiendo.
En Blu Radio, Felipe Zuleta preguntó porqué esto no pasa en Colombia a pesar del montón de cosas por las que habría razones para protestar y buscamos una respuesta a la pregunta con el supuesto de que era bueno que pasara lo de Brasil. Porque aunque refleja una sociedad vigorosa e inconforme como la queremos en la adolescencia, las manifestaciones de Brasil expresan un sentimiento de rechazo a un orden social injusto.
Brasil era hasta hace cuatro días el ejemplo latinoamericano por excelencia. Lula vino para dar consejos sobre como combatir la pobreza. La ilusión de que un país organice el Campeonato Mundial de Fútbol y dos años después los Juegos Olímpicos y que sea el único en recibir al Papa Francisco, otro símbolo de inconformidad, convertía a Brasil en una especie de sueño por alcanzar. “Cuando sea grande quiero se como él”, pensarían algunos.
La interpretación de las manifestaciones “auriverdes” serán ahora el gran ejemplo. No habrá análisis de la situación latinoamericana en los próximos -qué sé yo- diez años, que no hagan mención a la “explosión” brasileña. Son muchas las preguntas y las hipótesis de respuesta y siempre quedará la pregunta de si queremos que en Colombia ocurra algo parecido o no. Si Brasil va ganando o va perdiendo.
Es curioso porque seguramente muchos quisiéramos que ocurriera lo que pasó en Brasil, que -como decía la propia presidenta Dilma Rousseff- se exprese la “democracia de la calle”. Pero el mayor esfuerzo será para decir qué hay que hacer para que no ocurra, para mover las causas “sociales”, ahí sí, de ese tipo de manifestaciones.
Colombia ha sido una especie de democracia bloqueada como consecuencia del conflicto armado. El uso de la violencia con fines políticos ha sido el principal obstáculo para que en nuestro país ocurran manifestaciones sociales como las del “vinagre”. La estigmatización es la consecuencia obvia: “la manifestación está infiltrada” es un cliché, pero también un peligro para los manifestantes.
Pero no es solamente que los gobiernos acusen a los manifestantes. Es que la ciudadanía se aleja de las expresiones de inconformidad porque no quiere ser asociada, ni de lejos, con grupos guerrilleros.
Más allá de la explicación sobre por qué en Colombia no pasa cabe pensar sobre si podría pasar y por qué. Razones sobran, pero ¿cuáles son las que mueven? ¿Cuáles son las que movieron en forma eficiente a más de un millón de brasileños?
Vale la pena explorar la hipótesis de que hay una especie de agenda nueva. La inconformidad no es contra un gobierno déspota, ya no son los “sin tierra”, ni tampoco son “los descamisados”.
Los temas ahora parecen ser tres: el abuso del poder (corrupción, despilfarro), los temas urbanos (inseguridad, movilidad) y la educación.
Las manifestaciones de Brasil ocurren por alguno de esos factores. El Mundial parece un derroche, pero sobre todo parece un privilegio de unos pocos que van a entrar a los estadios después de pagar boletas a precios inalcanzables para la inmensa mayoría de brasileños. En ese sentido es interesante evaluar cómo reciben los ciudadanos la realización de ese tipo de eventos, si creen -como los gobernantes suelen creer- que debe ser motivo de orgullo o por el contrario, objeto de molestia.
En Cali, por ejemplo, se realizó por primera vez una cumbre presidencial, se van a realizar unos “juegos mundiales” que han significado gastos importantes para la preparación de los escenarios y la gente está insatisfecha. El Alcalde Rodrigo Guerrero tiene uno de los peores registros de favorabilidad entre los alcaldes del país.
En Brasil acaba de juzgarse el más grande escándalo de corrupción en décadas. Fueron condenadas personas muy cercanas a Lula y los efectos políticos aún no se sienten. O mejor, no se sentían porque si en algo estaban de acuerdo los manifestantes era en ese punto.
Los temas de la vida diaria. El ex presidente Fernando Henrique Cardoso decía que era inevitable una explosión cuando una persona tenía que soportar estar más de dos horas entre un vehículo para ir a su trabajo. La asociación con el caso de Bogotá es inevitable. Las manifestaciones del “vinagre” comenzaron por el alza del transporte en Sao Paulo.
De alguna manera se pueden asociar las protestas en Brasil con las chilenas y colombianas por la educación. Ese parece ser un común denominador en toda América Latina.
Los iconos de la inconformidad de estos tiempos parecen ser los que simbolizan esos “nuevos valores”: austeridad, calidad de vida y educación. José 'Pepe' Mujica, el presidente uruguayo es mencionado en forma permanente para recordar que vive en una casa modesta y maneja su propio vehículo. Camila Vallejo, la líder estudiantil chilena, es una especie de “pop star” que le acaba de dar el sí a la ex presidenta Michele Bachelet. La “ola verde” colombiana inspiraba esos valores.
Por ahora hay más preguntas que respuestas, pero hay pistas. La pregunta es ¿qué tanto los líderes políticos o sociales de Colombia simbolizan esos “nuevos valores”?
Señor Hector. Su artículo no puede ser mas completo. Lastimosamente en la última década el país se ha polarizado políticamente tanto como en los 50's, años en los que surgió el conflicto, al punto que nadie es capaz de aceptar los errores de sus líderes elevados a niveles casi divinos. La protesta en Colombia es una completa charada. Solo unas cuantas han sido bien fundamentadas, como la del pasado 12 de Octubre cuando los estudiantes dimos inicio al Paro Nacional universitario. El resto no han sido si no excusas de los fanáticos de la ultra izquierda y la ultra derecha para reivindicar sus ideales a punta de acusaciones y amenazas al que piensa lo contrario. Estamos es completamente jodidos si las cosas siguen así. Sin embargo siento alegría al saber que existimos unos cuantos que no se han dejado meter las manos en la boca para pasar a besar traseros fachos uribistas o rojos mamertos. La verdadera reflexión crítica y no el fanatismo ciego será la que nos lleve a un mejor país
inconformismo en Cali no es x los juegos, es x desempleo, inseguridad y falta de más rutas del MIO. Los juegos si ilusionan, acuerdese que acá somos más bien rumberos y los encuentros deportivos hacen parte del espectro rumbero del caleño (pa' los caleños todos los días son viernes)
Escribo de nuevo. A ver si este no lo eliminan.
1. Se está buscando por todos los medios en el país instaurar una Ley de Perdón y Olvido cercana a los procesos de las dictaduras militares de Pinochet o Castelar Branco, en la cual los militares no tengan, por ningún motivo, que asumir la responsabilidad del abuso a la sociedad civil.
Las FARC, claramente, no son los dictadores. Pero pensemos: ¿qué parte del espectro político está buscando también amnistía para sus abusos? Las Fuerzas Armadas y los paras. ¿Lo están consiguiendo? Casi. ¿Sus amigotes de latifundio también? Vean el caso Riopaila y hagan sumas. ¿Prefieren una guerra a un proceso de reparación SERIO que vaya más allá de lo que surja de La Habana? Totalmente.
El problema con este escenario es que no toma en cuenta el costo a nivel social que esto conllevará hasta que sea demasiado tarde. La única forma en que todo esto puede florecer es con un proceso marcial.
2. ¿Qué creen que va a pasar con el ejército anti-restitución de tierras?
Tal vez han despertado ya un monstruo militar y no saben cómo mandarlo a dormir.
Lean, relean y analicen:
http://bit.ly/19r7K1U y bit.ly/1332JO2
Se está gestando una cultura que no cabe en el mismo sitio que el proceso militarista. A esa cultura, que es consciente de su enorme desventaja de cancha de acción, los símbolos cada vez más los verán como zonas a poblar de la construcción de lenguaje del colombianx. Así, cuando los actos de censura se van incrementando (todas las acciones de la Procuraduría hacia la diversidad sexual, la corrupción, los indígenas y similares), se han ido rescatando las posibilidades de reciclar lo que se considera posible como país.
2. ¿Qué creen que va a pasar con el ejército anti-restitución de tierras?
Tal vez han despertado ya un monstruo militar y no saben cómo mandarlo a dormir.
Lean, relean y analicen:
http://bit.ly/19r7K1U y bit.ly/1332JO2
Se está gestando una cultura que no cabe en el mismo sitio que el proceso militarista. A esa cultura, que es consciente de su enorme desventaja de cancha de acción, los símbolos cada vez más los verán como zonas a poblar de la construcción de lenguaje del colombianx. Así, cuando los actos de censura se van incrementando (todas las acciones de la Procuraduría hacia la diversidad sexual, la corrupción, los indígenas y similares), se han ido rescatando las posibilidades de reciclar lo que se considera posible como país.
Estimado Héctor, ¿y cómo analiza el caso de las protestas en el Catatumbo? Un saludo
Que lindo. Miro esta mañana y el mensaje que dejé ayer está eliminado. :)
¿Censura much?
Tal vez esto responde el porqué del poco interés del gobierno por los problemas reales.
http://prensarural.org/spip/spip.php?article11164
no veo esos muertos en caracol, rcn, citytv, eltiempo o el espectador... ¿por qué será? ¿porque no estamos en Venezuela?
Asumo que quiere decir que merecían morir...
Yo como colombiano q estoy viviendo de muy cerca esta situacion de Brasil puedo dar un buen comentario de lo q pasa en Colombia y lo q hace Brasil. Colombia un país de muchas riquesas territorio pequeno pero diverso de todo lo q se imagine, ser un previlegio tener dos mares, solo que nuestra aceptacion paracasos qtengan q ver con el gobierno y sus leyes es la siguiente: bajar la cabeza y asumir, miedo en la protestas pq la fuerza publica colombiana se excede hasta llegar adesaparecer personas q solo quieren un futuro mejor, somos unpueblo quese dejan llevar por los medios de comunicación que manejan la información a su manera y se come directo, noticias tras noticias paravolvernos unpueblo queolvida todo loqha pasado, si luchamos juntos papas mamas hijos ninos jovenes personas de 3ra edad , como se hacepara las manifestaciones de paz, todo mundo sale grita, saca la bandera y no somos capaz de salir a protestar por algo q nos afecta mascerca, tenemos q despertar,ejploseacavoelespacio..
Presidente de Colombia por 1992: César Gaviria Trujillo, 1990- 1994.
MinHacienda+Crédito Público: Rudolf Hommes (1990-1994).
MinDefensa: Gral Oscar Botero Restrepo (1990-1991) Rafael Pardo (7 de agosto 1991-1994).
Min Desarrollo Económico: Ernesto Samper Pizano (1990-1992) Luis Alberto Moreno (22 de julio 1992-1994) Mauricio Cárdenas Santamaría (18 de enero-agosto 1994)
MinAgricultura: María del Rosario Síntes Ulloa (1990-1991)Alfonso López Caballero (1992-1993))José Antonio Ocampo Gaviria (1993-1994)
MinEducación: Alfonso Valdivieso Sarmiento (1990-1991) Carlos Holmes Trujillo García (1991-1993) Maruja Pachón (1993-1994)
Miren apellidos, puestos, similares.
Como que La Prensa tenía razón: Brasil 1, Colombia 0.
Eso, por un lado.
Eyyyyy Riveros..., de verdad te felicito jamás creí que estuviera de acuerdo desde la primera letra hasta el ultimo signo ortográfico sobre algo que escribieras, normalmente de doy mucho garrote, lo reconozco, esto fue simplemente bueno y de verdad muy, pero muy cierto e interesantísimo poner en el tapete la intención de querer ''seguir siendo un Brasil'', yo soy precisamente uno de los que nombraste en el grupo de los que ''queremos'', como el querer que aquí ''ocurra algo'', mi explicación a tus varios porqués(jijiji espero a ''Furibito) en una frase que puede ser muy propia de las épocas universitarias de los 70 pero que se adapta muy bien a los requerimientos de hoy: EN COLOMBIA NO PASA ''NADA'',POR QUE ESTA HA SIDO,ES Y SERA LA OLIGARQUIA MEJOR MONTADA DE TODA LATINOAMERICA.
No más ayer Santos diciendo "Es que las FARC deben estar detrás de las manifestaciones en el Catatumbo". Y así la oligarquía, llámese gobierno, por los siglos de los siglos va a relacionar las protestas, principalmente si son en las zonas rurales con los malvados guerrilleros. El facilismo de relacionar cualquier acto de protesta con la guerrilla para justificar el uso indiscriminado de las fuerzas militares que deberían proteger a esa gente.
Si solamente los desplazados se pusieran de acuerdo en una marcha sería absurdamente apabullante, pero cuando tienes que buscar el alimento diario para tus hijos en los semáforos o en el "rebusque" no hay tiempo para organizarse y mucho menos para pensar en marchas.