El 2015 estuvo marcado por las elecciones y por el proceso de paz. De ambos procesos se desprendieron las principales transformaciones del poder de este año:
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Se volvió irreversible la firma del acuerdo final de pazQuizás la mayor transformación del poder en este año fue el punto de víctimas que se acordó en la mesa de negociación de La Habana porque, al desatar los nudos gordianos de la negociación, volvió prácticamente irreversible la firma de la paz con las Farc, que cambiará la dinámica política en el país. Gracias a la disciplina, inteligencia y compromiso del jefe de negociación Humberto de la Calle y del Alto Comisionado Sergio Jaramillo y de su equipo de asesores, de la creatividad de la comisión de juristas liderada por Manuel José Cepeda y de la convicción del presidente Santos de que apostarle todo su capital político al proceso de paz valía la pena, salió este acuerdo a pesar de errores muy graves de las Farc como secuestrar al general Alzate y matar los 11 soldados en el Cauca. El acuerdo sobre justicia transicional definió los sapos que tendremos que tragarnos los colombianos si queremos acabar el conflicto armado con las Farc. Particularmente que, a pesar de los crímenes atroces cometidos por agentes del Estado y los guerrilleros, los responsables de los casos más graves no pagarán cárcel y podrán ser elegidos. Pero dada la dificultad del empeño, se lograron cosas importantes como que haya una condena judicial; que el que no cuente la verdad y repare, pague pena de prisión; que las penas alternativas incluyan una cierta restricción a la libertad (aunque no muy diferente a la que tenemos la mayoría de colombianos); que haya una Comisión de la Verdad y una unidad de búsqueda de desaparecidos con dientes; y la obligación de las Farc de reparar materialmente a sus víctimas. |
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La izquierda fue desbancada en Bogotá por Enrique PeñalosaEn las pasadas elecciones, la izquierda sufrió un golpe descomunal. Salvo las alcaldías de Ibagué y Pasto, y la gobernación de Nariño, no consiguió triunfos significativos. El Partido Verde terminó copando espacios tradicionales de la izquierda representada en el Polo y figuras de reconocimiento nacional como Gustavo Petro y Clara López terminaron desinfladas. Pero la mayor derrota fue haber perdido Bogotá, el bastión de la izquierda durante doce años, el semillero de nuevos liderazgos y la plataforma presidencial por excelencia de figuras como Petro y el senador Robledo. La derrota fue aún más dura porque fue liderada por Enrique Peñalosa, que no solo había sido el principal opositor de la izquierda en la ciudad, sino que ganó con la bandera de recuperar Bogotá de este sector. |
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Germán Vargas Lleras consigue una maquinaria propiaComo lo contó La Silla, el gran fenómeno de las pasadas elecciones fue el triunfo electoral de Cambio Radical. El Partido de Germán Vargas Lleras pasó de cinco gobernaciones a siete; obtuvo 60 diputados y 155 alcaldes. Tiene una quinta parte de la Asamblea o más en ocho departamentos (Atlántico, Casanare, Bolívar, Vichada, Sucre, Tolima, Cundinamarca y San Andrés), de los que seis tienen gobernadores que militan en otros partidos. Con esta maquinaria regional propia -parte de ella armada con base en alianzas con grupos políticos muy cuestionados- el Vicepresidente se ubica de primeras en la carrera para suceder a Santos y gana independencia frente al Presidente si éste no le hace el guiño para el 2018. A esto se suma que varios de sus rivales presidenciales salieron maltrechos de las elecciones regionales: Petro solo logró un concejal y no logró armar un movimiento ni siquiera local; Óscar Iván Zuluaga no logró consolidar una estructura política independiente de Uribe; Sergio Fajardo no pudo evitar que lo sucediera su rival (y aliado de Vargas) Luis Pérez Gutiérrez. Y que en el último trecho de las elecciones, avaló a Peñalosa en Bogotá con lo cual no solo puso su pie en Bogotá (que ahora tiene la cara de Miguel Turbay como secretario de Gobierno a pesar de ser el joven menos de 30 años más prometedor del Partido Liberal) sino que se lo quitó a los liberales. |
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Los petroleros salieron de la foto de los súper poderososSi bien los precios del petróleo venían cayendo, este año lograron una debacle histórica. El barril WTI pasó de costar 60 dólares en enero de 2015 a 36 este mes. Y el precio de acciones de una empresa tan súperpoderosas como Ecopetrol ha caído (en dólares) un 90 por ciento en tres años. Pacific Rubiales, la otrora renombrada de los medios, está reestructurando la deuda por segunda vez este año, perdió su nombre y sus socios venezolanos y por segunda vez este año le bajaron la calificación crediticia. Como si fuera poco, la inversión petrolera tuvo una caída del 28 por ciento este año. Este desplome del sector ha ido de la mano de la pérdida de poder de sus cabezas más visibles que hasta hace pocos años mandaban la parada. |
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Santos logró poner al Ejército de su ladoUna de las incógnitas del proceso de paz era de qué lado de la negociación se ubicarían las Fuerzas Militares. En negociaciones pasadas habían sido una fuerte oposición y en esta la influencia del ex presidente Álvaro Uribe había sido evidente en más de una ocasión. Sin embargo, en este año las Fuerzas Armadas se alinearon definitivamente con el gobierno. El primer síntoma fue el abandono del proyecto inicial del fuero penal militar y el último, la aceptación más o menos generalizada entre las fuerzas del Compromiso del Gobierno con la justicia transicional para los agentes del Estado. Los militares entendieron que les iría mejor con Santos y la apuesta les salió bien, como explicó La Silla en este artículo. |
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Hay una reactivación política de los sectores económicosLos empresarios, organizados alrededor del Consejo Gremial, tuvieron una voz unificada y fuerte frente al proceso de paz durante este año, algo que no se veía hacía quizás más de una década. La voz empresarial durante años había quedado circunscrita a los temas que los afectaban directamente como el salario mínimo, las reformas tributarias, o asuntos de cada sector. Pero durante el 2015 presentaron unas reflexiones que respaldaban el proceso de paz con las Farc y a la vez le hacían críticas estructurales al mismo. También presentaron una posición unificada frente al plebiscito, que fue en parte tenida en cuenta por el Congreso. Esa participación activa en temas políticos representa una transformación en el poder empresarial. |
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Se demostró que el poder de Uribe no se expresa regionalmenteEl ex presidente Uribe se mantuvo su liderazgo de la oposición tanto en el país como el Congreso y logró mantener durante un año más unida y disciplinada a su bancada legislativa. Sin embargo, no pudo traducir ese poder en votos significativos para los candidatos del Centro Democrático en las elecciones regionales y locales. Ni siquiera en las regioens de rigen de Uribe y de su ex candidato presidencial Ócar Iván Zuluaga (Antioquia y Caldas), donde tenían candidatos fuertes, lograron victorias signifiativas. Aunque el partido logró poner fichas en todo el país, el uribismo fue derrotado electoralmente en gran parte porque no consiguió que candidatos atractivos se pusieran en la orilla de la oposición al gobierno. También porque una vez más se demostró que el poder municipal y regional responde a resortes políticos muy diferentes a los nacionales. |
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La debilidad de los partidos políticos quedó en evidenciaEsta es una transformación del poder que se ha venido dando desde hace años pero que en estas elecciones quedó aún más patente pues los triunfos en las ciudades más grandes fueron de candidatos que estaban por fuera de las estructuras políticas tradicionales. Aunque algunos terminaron tardíamente aceptando los avales de los partidos, no fueron puestos por ellos ni responden a sus estructuras. Es el caso de Enrique Peñalosa en Bogotá, que si bien terminó avalado por Cambio Radical, se lanzó por firmas y ascendió en las encuestas antes de que el partido del Vicepresidente se subiera en su bus, como también le sucedió a Maurice Armitage en Cali. Federico Gutiérrez, en Medellín y de Rodolfo Hernández en Bucaramanga ni siquiera tuvieron apoyos significativos de estructuras políticas. Un partidos tan histórico como el Liberal escasamente logró conseguir un poco más de dos millones del potencial de 34 millones de votos que había en las elecciones. Al Conservador le fue aún peor y ni siquiera pudo tener candidatos fuertes en Bogotá, Medellín, Cali o Barranquilla. Además, lo que se impuso fue un sancocho de coaliciones lo que demostró una vez más lo desdibujados que están ideológicamente los partidos y el riesgo que esta debilidad implica para cuando la contienda política sea contra el partido de las Farc. |
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Los indígenas ganaron autonomíaComo se los prometió antes de su reelección después de que los indígenas le hicieran campaña, Santos sacó los ‘decretos autonómicos’ que le dan más autonomía a los resguardos y que los indígenas consideran su mayor conquista política en dos décadas de lucha social, porque le permitirá a los resguardos y cabildos ir tomando bajo su ala temas cruciales como salud, educación, agua y alcantarillado, además de recibir directamente los recursos del Sistema General de Participaciones que el Gobierno central gira a las regiones. La idea es entregarles -siguiendo el modelo de países como Canadá o Australia- esas funciones gradualmente, a medida que cada autoridad indígena va demostrando que tiene cómo gestionar los recursos de manera eficiente y transparente. De esa manera los territorios indígenas dependerán menos de los gobiernos municipales, que con frecuencia se demoran meses en girarles la plata que el Gobierno les destinaba y los empodera mucho más. |
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El fin de la reelecciónEl proyecto de equilibrio de poderes, que fue la bandera legislativa del gobierno Santos durante el primer semestre de 2015, logró su objetivo fundamental que fue acabar con la reelección presidencial y la de todos los altos funcionarios del Estado, incluido el Procurador, el Contralor y el Fiscal. Esta reforma implica a futuro una gran transformación del poder puesto que la reelección había creado un desequilibrio entre las ramas del poder público y le había imprimido a la dinámica política tiempos más largos. Volvemos así al ritmo que rigió desde la Constitución del 91 hasta cuando la Constitución se cambió en 2006 para permitir la reelección de Uribe. |
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Ñapa: La adopción igualitariaLa decisión de la Sala Plena de la Corte Constitucional de permitir la adopción plena por parejas del mismo sexo deja a las parejas homosexuales solo a un derecho (el matrimonio) de la plena igualdad. |
Corre un viento fresco de participación ciudadana, rechazo abierto a la corrupción, reconciliación y disminución de la inequidad. Es fresco pero es solo un viento. La esperanza es que se convierta en ventarrón que transforme en algo nuestra actitud complaciente con la injusticia.
En primera medida los avances en los acuerdos de la Habana no necesariamente hacen irreversibles las negociaciones aunque si es claro que han avanzado muchísimo, por otro lado, los militares no necesariamente se montaron al bus de Santos porque el nuevo Min Defensa haga menos ruido, habría que hacer un análisis mas profundo para hacer esa afirmación. Los puntos analizados son bastante buenos pero creo que faltan algunos como el poder que ha adquirido el sector de la construcción y y algunos caciques regionales como los Char así estos se vean reflejados en Vargas Lleras.
Carlos David. Gracias por tus comentarios. Frente al primer punto, es cierto que todavía algo puede pasar pero creo que habiendo salido del punto más complicado tendría que pasar algo muy grave para no llegar a la firma. Lo de los militares yo sí creo que se montaron al bus. ¿Qué te haría pensar que no? Lo de la construcción me parece muy interesante pero es un tema del que no sé. Y lo de los Char sí es definitivamente un fenómeno, que hemos analizado en profundidad en la Silla Caribe. Gracias por tus aportes, muy interesantes.