El secreto de Juan Manuel Santos
Sin que el muerto del referendo estuviera todavía frío, Juan Manuel Santos lanzó su campaña presidencial.
Minutos después de conocerse la noticia sobre el fallo de la Corte 7-2 en contra de la reelección, Santos aprovechó la oportunidad para capitalizar el duelo de los colombianos que querían reelegir a Álvaro Uribe: “La mejor manera de mostrar nuestro agradecimiento es construir sobre lo avanzado. Por eso quiero ser Presidente de la República”, dijo en su discurso de lanzamiento de campaña desde el Centro de Convenciones de Cartagena. “La continuidad de las políticas del presidente Uribe está en juego. No podemos reelegirlo otra vez, ¡pero vamos a reelegir la seguridad democrática, la cohesión social y la confianza inversionista! Sobre estos tres pilares, ¡avanzaremos hacia la prosperidad democrática, prosperidad para todos!”
Con estas palabras, la campaña de Santos - que llevaba meses en gestación - finalmente salió del closet.
El sábado, Santos se reunió en la mañana con el Presidente en Cali para ofrecerle “total lealtad” a su obra, según dijo El Espectador. El Presidente no le dio el guiño. Uribe se reunió también ayer a solas con el precandidato conservador Andrés Felipe Arias. Y aunque no trascendieron detalles de las reuniones, Santos dijo a la prensa que habían discutido sobre “la necesidad de construir una gran coalición que garantice el triunfo de la seguridad democrática, ojalá en primera vuelta.” Y que él aspiraba liderar esa coalición. ¿Lo logrará? Muy posiblemente.
Su secreto
Santos nunca ha ganado un voto, pero cuenta con el apoyo del partido más grande en la contienda. No sabe echar discursos, pero puntea en las encuestas. Llegó tarde al uribismo, pero es el favorito para quedarse con el legado del Presidente. ¿Cuál es el secreto de Juan Manuel Santos?
Es una mezcla de audaz estrategia política para hacer acuerdos en el momento justo para darse vitalidad política cada cuatro años; de una capacidad enorme de trabajo y de rodearse bien - lo que le permite hacer bien la tarea y dar resultados concretos -, y de un ego reforzado producto de su educación, de su clase social y del respaldo de El Tiempo, que le da la confianza en sí mismo para asumir grandes retos por más riesgosos que sean.
Los que lo conocen dicen que desde que Juan Manuel Santos abandonó la línea de sucesión de El Tiempo para convertirse en el primer Ministro de Comercio Exterior de César Gaviria, tenía un objetivo claro: ser Presidente de la República. Su vocación de poder es uno de sus rasgos más notorios.
Su habilidad para la estrategia política y para diseñar las componendas elitistas en el momento oportuno es reconocida por amigos y enemigos. Puede que Santos no haya ganado votos, pero victorias políticas le sobran.
Primero oposición, luego salvación
Su patrón ha sido consistente. Santos le ha hecho oposición a los últimos tres presidentes de Colombia, para luego unirse al Gobierno asumiendo la cartera que le ofrece mayores retos y visibilidad.
Durante el gobierno de Samper, Santos le pidió al presidente electo ser nombrado Embajador en Washington. No le concedieron el puesto y a medida que avanzó el proceso 8.000, como ya es ampliamente conocido, Santos organizó la oposición contra Samper. Acompañado de Álvaro Leyva, llegó incluso a hablar con Carlos Castaño, Víctor Carranza y las Farc sobre un ‘acuerdo de paz’ que incluía la salida forzosa del Presidente. Frente a ese incidente, Santos ha dicho que “con la miope reacción del gobierno de entonces, Colombia perdió la oportunidad de parar el baño de sangre”.
Cuando salió elegido Andrés Pastrana, Santos venía de trabajar con Álvaro Leyva en la sala de situación de la ONU en Bogotá, de donde salió la idea del despeje con las Farc. Y entró a formar parte de la Comisión de Acompañamiento Internacional para hacerle veeduría a la zona de distensión en el Caguán. Pero como lo aseguró hace unos meses a la FM al darse cuenta que “ahí no había ningún tipo de coordinación” se salió el grupo. Y se convirtió en un crítico mordaz de Pastrana hasta que en julio de 2000 se convirtió en su Ministro de Hacienda.
La historia de su nombramiento es indicativa de la habilidad de Santos. En abril de 2000, Andrés Pastrana radicó su proyecto de ley de referendo para revocar al Congreso. Como era obvio, el Congreso, con mayorías liberales, se le volteó y Luis Guillermo Vélez, presidente del Partido Liberal, propuso incluir en el referendo también la revocatoria del mandato del Presidente, que para entonces contaba con menos del 30 por ciento de popularidad. Pastrana necesitaba rearmar una coalición en el Congreso para gobernar, y en esa encrucijada, apareció Santos. Organizó una reunión secreta entre el gobierno y Vélez, que desembocó con el nombramiento de Juan Manuel como Ministro de Hacienda. La idea del referendo agonizó.
Santos hoy dice que aceptó el cargo “para salvar al gobierno de Pastrana” y en cierta forma lo logró. Cuando asumió el cargo, el desempleo superaba el 20 por ciento, la inflación rozaba los dos dígitos y el crecimiento era inferior al tres por ciento. Los 'spreads' se habían disparado por cuenta de la idea del referendo. Como Ministro de Hacienda, Santos sacó adelante proyectos trascendentales para el país como la ley de transferencias, la ley de pensiones y una reforma tributaria de gran envergadura.
El pragmático
“El éxito de Juan Manuel Santos radica en que no le tiembla la mano y toma decisiones difíciles”, dijo a La Silla Vacía Juan Mario Laserna, quien en esa época era el director de Crédito Público y ahora es candidato conservador al Senado. “En esa época, hicimos una reestructuración de deuda interna de una magnitud que nunca se había hecho. Era muy riesgoso financieramente, pero Santos confía en sus subalternos”.
La opinión de Laserna es compartida por muchas de las personas que trabajaron con él en aquel entonces y en el Ministerio de Defensa. Durante su cartera, las Farc sufrieron los golpes más contundentes y se estructuró el Plan de Consolidación para garantizar la sostenibilidad de la Seguridad Democrática en zonas estratégicas del país. También se destaparon los falsos positivos del Ejército, de los que él tuvo conocimiento varios meses antes de que se hicieran públicos.
“Santos le da mucha importancia al diseño técnico y le cree a los técnicos”, dice su director programático Juan Carlos Echeverry. Cuenta que así lo hizo cuando Santos, desde el Ministerio, y él, desde Planeación Nacional, lograron pasar la ambiciosa reforma pensional. Y claramente también confió en sus subalternos para la arriesgada Operación Jaque, que trajo a la libertad a Ingrid Betancour y otros 11 secuestrados por las Farc.
En ese sentido, Santos es muy diferente de Uribe: construye equipos, reconoce la importancia de tener segundos de alto nivel técnico, y se la juega con ellos en las buenas y las malas.
A Santos lo quieren los tecnócratas porque los escucha, pero sobre todo porque logra sacar adelante los proyectos. A punta de argumentos y de manzanilla, si es necesario.
Cuando era Ministro de Hacienda, Santos creó las famosas ‘partidas regionales’ para los congresistas. Eran 300 mil millones de pesos para desarrollar obras regionales promovidas por senadores y representantes. En su momento fue muy criticado por congresistas como Rodrigo Rivera - el gran defensor del referendo uribista - y la norma incluso fue demandada por el entonces senador Álvaro Uribe, que alegaba que era la resurrección de los auxilios parlamentarios enterrados en la Constitución de 1991.
Santos se defendió diciendo que los recursos se manejaban por encima de la mesa, con lo cual la inversión regional era transparente. Hasta que la Corte Constitucional los hundió, esta idea lubricó el paso de importantes proyectos económicos por el Congreso y le aseguró cierta gobernabilidad a Pastrana.
Cuando Uribe arrancó su gobierno, Santos venía de apoyar la candidatura de Serpa y se ubicó en la oposición. En su columna “Me da mucha pena” de El Tiempo, la emprendió con toda contra la primera reelección del mandatario paisa y fue uno de sus críticos más mordaces. A la vez, defendió el Partido Liberal, que trató de presidir después de que Uribe nombró a Horacio Serpa Embajador ante la OEA. Así lo propuso en una reunión en la casa del senador Juan Fernando Cristo. Pero para ese entonces, los liberales ya estaban en conversaciones con César Gaviria para que se volviera presidente del Partido. “Después de esa reunión, salió a crear La U”, dijo a La Silla Vacía un político liberal, que estuvo en esa reunión.
¿Por qué se ganó la U?
Santos hoy cuenta con el apoyo de La U, la bancada más grande del Congreso y la colectividad que promete ser el mayor elector en estas elecciones. Los votos de esta maquinaria son suyos, ahora que no va Uribe. Pero no se los ganó gratis. Su estrategia empezó en 2005.
Cuando el Partido Liberal, liderado por Piedad Córdoba, expulsó a 19 congresistas por votar la primera reelección, Santos salió a proponer una disidencia uribista. Los primeros que se le unieron fueron la ex representante Zulema Jattin, hoy presa por parapolítica, y el desaparecido senador Luis Guillermo Vélez. En un principio pensaron apropiarse de Apertura Liberal, pero el dueño del partido no quiso entregarles la ‘franquicia’.
Después llegaron los militantes del Nuevo Partido, fundado por Óscar Iván Zuluaga y Adriana Gutiérrez. Y rebautizaron esta personería como el Partido de Unidad Nacional y se arriesgaron a lanzar candidatos a Senado y Cámara.
Santos y Zuluaga eran coordinadores de esta apuesta. Pero mucha gente no daba un peso por el liderazgo de Santos. La desaparecida Sandra Ceballos, quien en ese momento todavía estaba en el Nuevo Partido, dijo en esa época en una entrevista en El Tiempo que Santos no era el más indicado para dirigir a los uribistas. Argumentó que el ex Ministro no había acompañado al Presidente desde el principio y que no cumplía un código interno en la política y es que solo se acata a los que tienen votos y él no los tenía.
Pero después, él no sólo se la terminó ganando a ella, una congresista de opinión consentida del Presidente, sino a los caciques más fuertes del país. A todos les ayudó a mejorar su desempeñó electoral. Los catapultó con una estrategia que mezcló candidatos de opinión, como Marta Lucía Ramírez y Gina Parody, con caciques.
“En esa época yo lo acompañé en el comité de estrategia, nos reuníamos cada tres días. Santos fue el artífice de la estrategia con la que ganamos, desde la publicidad hasta la construcción de las listas”, afirma la senadora Piedad Zuccardi, quien en 2002 por el Partido Liberal sacó 42 mil votos, pero en 2006, gracia a los puntos que subió por estar en la agrupación que se vendió exitosamente como la del Presidente, subió a 65 mil.
Santos se trajo de Venezuela al controvertido J. J. Rendón para que le hiciera una innovadora estrategia de publicidad, y jalonó la imagen del partido como tal, haciendo que 229 mil personas votaran sólo por la lista de La U. Esto aumentó el número de curules, e impulsó a muchos candidatos. Esos, entre los que estaban figuras nuevas como Lucero Cortés o Nicolás Uribe, también quedaron agradecidos con Santos.
Durante este período Santos demostró su ascendencia frente a los políticos, quienes sienten que a diferencia de otros candidatos presidenciales, Santos los aprecia y disfruta estando con ellos.
El objetivo es lo que vale
Tanto los amigos como los enemigos de Santos no dudan de que él logrará convertirse en el sucesor de Uribe, porque básicamente él consigue sus objetivos. En lo que discrepan es en los límites éticos del candidato para conseguirlos.
“Nunca le he visto una falta ética”, dijo su director programático Echeverry a La Silla Vacía. “No creo que sea desleal”, Juan Mario Laserna dijo en su defensa. “Lo que sucede es que él tiene lealtad consigo mismo desde un comienzo”.
Santos ha demostrado ser ante todo un pragmático. Si tocaba violar los códigos humanitarios y usar el símbolo de la Cruz Roja Internacional en el helicóptero para engañar a los guerrilleros y asegurar la liberación de los secuestrados en la Operación Jaque, el objetivo primó. Si tocaba salir en una rueda de prensa y mentirle a millones de colombianos y ecuatorianos que a Raúl Reyes se le disparó desde la frontera para poder acabar con el importante jefe guerrillero, el objetivo ganó. Si tocaba desacreditar a Rafael Pardo diciendo que había hecho acuerdos con las Farc para desviar el escándalo por los parapolíticos en las listas de La U, el objetivo lo justificó.
En este último caso es interesante que Uribe le pidió tanto a Santos como a Vargas Lleras divulgar esa información que les acababa de transmitir el comisionado de Paz Luis Carlos Restrepo. Vargas Lleras dijo que no creía que fuera cierto y le dijo al Presidente que no lo haría. Santos obedeció.
El super ego
“La clave de su éxito está en la autoconvicción y en la seguridad personal de que puede lograr lo que se proponga”, dice alguien que lo conoce bien, una opinión compartida por todos los entrevistados. Otros creen que la clave de su éxito radica en El Tiempo.
Cuando era Ministro de Comercio Exterior envió en una oportunidad a El Tiempo una autoentrevista - con preguntas y respuestas escritas por él - que salió publicada (esto nos consta personalmente). Durante esa época y luego cuando estaba en Hacienda, varios periodistas se quejaban en el periódico de que llamaba más que a pedir favores, a dar órdenes.
Pero más allá del periódico que era de su familia, por su pasado como periodista y porque pertenecen al mismo círculo social, Santos es amigo personal de Julio Sánchez Cristo, de María Isabel Rueda y de Felipe López, dueño de Semana, entre otros influyentes periodistas, lo que facilita que su versión sobre los hechos tenga un peso importante en las noticias que le atañen. Santos es el mago del 'spin'.
Una de las incógnitas de esta campaña es si estas habilidades, logros y conexiones le permitirán a Santos compensar su falta de carisma y sus dificultades para que el pueblo se identifique personalmente con él. Tiene a su favor que será una contienda corta, que cuenta con una campaña muy organizada y que ya tiene cara de ganador. Y a la gente le gusta votar por el que cree que va a ganar.
¿Por qué no te gusta, Kathy?
Búsquense la columna de santos que mencionan ahí
Comoquiera que en gobierno de Alvaro Uribe se practicó el diabólico principio de que "el fin justifica los medios", los logros de Juan Manuel Santos siguen a la perfección este maquiavelismo.
Se le olvida que este personaje fue el responsable de las fuerzas militares, cuando estas mataban y comían del muerto. Se le olvida que este señor no sólo no tiene liderazgo sino que es un clientelista de cuello blanco, esos que se comen el país.
Se le olvida que este señor utilizó los helicópteros de las fuerzas armadas para sacar a pasear en una rumba sana a sus hijos. Se le olvida que este señor es un voltiarepas típico. Se le olvida que en sus posiciones siempre habían acciones encubridoras como las que la corte sacó ahora. Se le olvida que atacar en su momento a contradictores porque denunciaban las masacres de las cuales amigos suyos eran responsables, por lo menos a él lo hacen cómplice.
Aquí entre nos, J.M. Santos es una opción interesante a la luz de su antipopulismo de corte liberal, pero no nos echemos cuentos eso no da votos. Para los uribistas todo es seguridad democrática (SD). Entre ellos ganará el más convincente, y no el más exagerado como pretende Uribito. Santos tiene la ventaja de haber sido el ministro "estrella" (y estrellado) de la SD. El preferido de Uribe es Uribito y si gana en la consulta conservadora, Santos estará en problemas porque Uribe le hará el guiño oficial a Uribito. Si Uribito pierde la consulta, Santos tendrá a Uribe. Su dilema será en mostrarse como un servidor de Uribe o como un lider autónomo, en cuanto coja confianza caerá en la vanidad de creerse más que Uribe y es probable que le salga el tiro por la culata. Finalmente tendría que enfrentarse a Fajardo que es carismático y no solo habla de seguridad democrática.
yo pienso que las cifras de exito que lo acompañan han sido tomadas como cualquier oportunista, no se le puede dar el credito de haber mejorado la situacion de empleo en colombia, es credito de él o del colombiano de a pie que berracamente subsiste con culquier tipo de rebusque y que ese rebusque es considerado como empleo, aunque sea informal. entonces a que jugamos?
Este personaje Santos sería el peor camino que Colombia podría tomar. Es un guerrerista y elitista. Recuerden que fue el único político latinoamericano que apoyó a Pinochet en su momento; A Santos no le importa por encima de quién tiene que pasar para lograr sus objetivos; fueel protagonista de los FALSOS POSITIVOS, entre mucho otros crímenes de estado. ¿Qué case de persona está tomando popularidad para ser elegido como presidente en nuestro país ? por este tipo más bien voto que se vaya a la cárcel.
Protagonista del escándalo y de la revelación de los falsos positivos, que fue en el 2008, mas no necesariamente de los mismos. Santos fue Ministro de Defensa entre el 2006 y el 2009, pero falsos positivos bajo Uribe hubo antes e inclusive durante administraciones anteriores. Los protagonistas de los falsos positivos, en mi opinión, son la Fuerzas Militares que los han llevado a cabo desde hace años y nada ni nadie fue capaz de detenerlos. En los informes de las ONGs el tema es de vieja data, no es cosa novedosa.
Ahora bien, a Santos le cabe cierta responsabilidad política por ello, es totalmente justo que él asuma la parte de la culpa que es suya, pero también al mismo Uribe y, para ir más allá, a los mandos militares que han sabido permitir y promover una cultura de la muerte desde hace décadas. Es que en Colombia por no conocer la historia es que estamos condenados a repetirla.
Yo probablemente nunca votaría por Santos, pero en términos generales me gusta que éste es un análisis serio, sin caer en el facilismo de demonizarlo o de glorificarlo sino que entra en el debate mostrando tanto aspectos positivos como negativos. Ojalá hubiera más artículos de similar naturaleza.
De acuerdo, es un análisis serio y un muy buen perfil periodístico. Lo que me resulta tan molesto (de Santos, no del análisis) es que efectivamente es lo que los gringos llaman un "overachiever", un "sobrado", lo cual, en nuestro contexto, equivale a un "mi doctor Santos" y eso, creo, es lo que le gusta a muchos votantes y lo tiene punteando las encuestas. Difícil.
No estoy de acuerdo, es más piesno que en algunos apartes se glorifica a Santos como un excelente estratega político
Eso depende. Es bastante difícil decir, en un análisis que pretende abarcar cuál ha sido su carrera política, que Santos no ha sido exitoso políticamente, puesto que han sido precisamente sus actitudes y sus acciones, cuestionables como son varias de ellas, las que lo han llevado a perfilarse como el candidato de la U. Aunque uno no quiera apoyarlo hay suficientes muestras de que tiene cierta habilidad en ese campo.
Me pareció interesant e el reportaje, pero me parece que a veces se está trivializando las cosas con "chismes" políticos, algo así como una cosa política.
Donde se trata de enaltecer a estos personajes bufonescos.
Sin embargo noté en ciertos apartes del reportaje que praticamente, con igual pragmatismo que Santos, se lo enaltece de una forma excesiva y hasta abusiva.
Por ejemplo "Durante este período Santos demostró su ascendencia frente a los políticos, quienes sienten que a diferencia de otros candidatos presidenciales, Santos los aprecia y disfruta estando con ellos."
Me parece este acapite una descarada apología de Santos, OJO Sillavacia, ud son la única esperanza de periodismo político independiente no dejen ir esa responsabilidad.!!
teso.18, entiendo tu miedo a que perdamos independencia, y es bueno que siempre nos lo recuerdes. Pero en este caso, eso que escribimos de los políticos nos lo dijeron varias fuentes, incluso varias que no lo aprecian. A Santos le gusta estar con los políticos, a diferencia de otros candidatos, a quienes les aburre y eso hace sentir bien a los políticos y que lo aprecien. En La Silla Vacía buscamos contar las cosas como son, y casi todo el mundo tiene matices, buenos y malos. Santos es super hábil políticamente, con todo lo bueno y lo malo que creo pudimos reflejar en este perfil.
Bueno...
http://elespectador.com/columna190129-del-das-cia
Dirán que no tiene que ver, pero yo no estaría tan seguro. Recuerden que en el país la cabeza fuerte de los bastones de mando y las botas militares es un señor llamado J.M. Santos.
A mí me preocupa más eso que otra cosa.
***
Además, agrego algo más como adenda:
1) http://www.michaelmoore.com/words/mike-friends-blog/post-disaster-needs-...
Hay que analizar esto en relación con el proceso que está viviendo S. Chile con un 8,8 Richter (por Dios, eso es la respiración de un gigante). La militarización después de las catástrofes naturales era pan del cada día para el sr Milton Friedman (Naomi Klein en 'The Shock Doctrine' lo señala con puntos y señales).
¿Puede pasar eso en Chile? ¿Podría pasar en Colombia? ¿Es ese el futuro inmediato?
Ojo. No hago cábalas, hablo de cosas muy reales. A los que les interese pueden averiguar por los documentales de Blackwater, Xes y LockHeed Martin.
*Esto PESA*
Lo primero tal vez si tenga que ver... http://www.lasillavacia.com/queridodiario/7280/santos-y-cia
Lo más importante es lo que se dice al final. ¿Todo lo que él tiene a su favor le podrá ser útil para llegar a la Presidencia?
Interesantísima la jornada presidencial de este año: en primera vuelta, Santos y Fajardo, picarán en punta; en segunda, la sorpresa puede ser de los Independientes. No tiene nada de raro que el ganador de la consulta por el Partido Verde se sume a la campaña de Compromiso Ciudadano, para asegurar un gran movimiento de centro, que invite a la opinión pública a votar por gente que ha construido una imagen positiva. Habrá voto finish en junio.
Sin duda, el gran perdedor va a ser el Polo, pues lo hecho en Bogotá, es un claro ejemplo de su incompetencia para gobernar, de su falta de resultados concretos, de su abusivo afán por acaparar, y naturalmente, de la fatal gestión de los recursos, cobijada por el Nepotismo Salvaje que han impuesto los Moreno Rojas: una carta de presentación con evidentes ribetes de clientelismo, corrupción y malversación de fondos públicos, que será destapada en esta campaña por parte del uribismo. Los amigos del Presidente pasarán la cuenta de cobro.
Sí, el tema del PDA es patético, a estas alturas. Perdieron el norte totalmente con la realidad inmediata del país y se dejaron embaucar mediáticamente. Es triste que cualquier evolución solamente la conozcan personas dentro del círculo inmediato del PDA y que no hayan sido lo suficientemente ágiles para desarrolar medios masivos de información de sus programas o posibles mejoras (tal vez las hayan, hipotetizo).
Además el tema en Bogotá es que el clima pre-referendo todo estaba demasiado amarrado en el Concejo por el uribismo. Y con un nuevo mapa político es probable que eso deje de ocurrir. Claro que hay que tomar en cuenta que la única forma de asegurarse que este país deje de ser de Uribe es que un cuerpo Fiscal fuerte investigue los procedimientos de los proyectos del uribato para ver qué tan viciosos son (hago mi apuesta: 90%). Esa desestructuración puede servirle no solo al PDA sino a todos los partidos, porque no hay que olvidar que a Bogotá la han tenido entre ojos desde AUV I
Conexiones*
gracias, corregido.
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