PAÍS y PACTO: dos caminos opuestos para llegar al Congreso
La reforma política del 2003 buscando fortalecer a los partidos políticos sacó del juego a 59 partidos en las primeras elecciones. El alto umbral de votación que se necesita para obtener avales hace que en muchos casos sea más conveniente estratégicamente unirse a movimientos con más trayectoria, más votos y mejor organización. Pero aún así siguen existiendo personas dispuestas a apostarle a crear sus propios partidos y buscar suficiente apoyo para lograr figurar por su propia cuenta. Ese es el caso del Partido Cristiano de Transformación y Orden (PACTO) y el Partido de Integración Social (PAÍS), dos nuevos movimientos que, de maneras totalmente diferentes, buscan figurar en el próximo Congreso.
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PAÍS: para los que no quieren cargar ladrillos
Por un lado está PAÍS, el ejemplo vivo del partido de garaje. Se inscribieron por firmas, y tienen listas para la Cámara en Bogotá, Magdalena y Caquetá. Su lista para el Senado está principalmente compuesta por bogotanos, pero también tiene representación en otros departamentos como Tolima, Santander, Boyacá, Putumayo y Amazonas.
Una visita a su sede en Bogotá, en la avenida Caracas con calle 22, en el centro de la ciudad por donde empieza la zona de tolerancia, confirma que cuando dicen que están 'trabajando con las uñas' no se trata de una exageración. La sede, un viejo edificio de varios pisos, se sostiene gracias a los ingresos de otras dos casas donde el director del partido Otoniel González le arrienda a 100 indigentes un espacio para dormir a $2.000 pesos la noche.
Los candidatos entran y salen, se reúnen en las sillas Rimax y se mantienen al tanto de las noticias en unos televisores tan antiguos que son de cambiar los canales con perilla. En la campaña, nadie tiene sueldo. Un candidato al Senado, que trabajó mucho tiempo como fotógrafo, se encarga de imprimir ahí mismo las tarjetas y volantes del partido. Tienen un blog pero no página web, y el jefe de prensa es voluntario. La secretaria del partido es la esposa de González.
González, el principal organizador del partido, cuenta que buscó crear su propio movimiento porque se cansó de no encajar dentro de otros procesos, donde siempre dominaban los peces gordos y solo lo ponían a “cargar ladrillos”. Dice que empezó su carrera política en un colectivo de la Unión Patriótica, donde entre 16 delegados, solamente él y otro no eran comunistas, por lo cual con poca frencuencia tenían peso sus opiniones.
Después, en la última década intentó varias veces llegar al Concejo de Bogotá por distintos caminos. Pero una vez tras otra le quedaron mal en el último minuto, le quitaron avales prometidos, o se olvidaron de su trabajo tan pronto pasaron las elecciones. Por eso decidió, con sus colaboradores, crear un partido donde cada candidato tuviera su propio peso y nadie tuviera que “jugar con balón prestado,” como lo expresó el director.
Con una franqueza poco común entre los políticos, hace cuentas en un tablero de cuantos votos tiene que poner cada uno en la lista. Habla de como a los que ayudan en la campaña se les debe reconocer el trabajo después de lograr la curul, y dependiendo de los votos que hayan aportado se les dan avales en las proximas elecciones para diferentes cargos. Su operación está marcada por el pragmatismo.
Tanta es la determinación por mantener un partido donde todos tengan la oportunidad de ganar que para poder entrar a una lista cada candidato tiene que poner su porción de la póliza: dos millones de pesos. Además, le rechazaron el aval a Carlos Moreno de Caro porque, a pesar de que según ellos les ofreció $300 millones y todos sus votos por la cabeza de lista, los de PAÍS no querían terminar trabajando en función suya. No quieren a nadie que tenga más de 5.000 votos.
Pero, además de una determinación de no seguir a nadie, y de un anti-uribismo radical, que se expresa en afiches que decoran las paredes llamando al presidente “narcotraficante”, el partido tiene pocas propuestas concretas. Cuando La Silla Vacía le preguntó a González cuál sería el proyecto bandera de su bancada, él respondió que “el problema en el país no es de proyectos”. Lo que quieren lograr es que “la gente sea feliz, que cada cual realice sus sueños.” Cuando pasó junto a él quien vendría siendo el jefe programático le comentó entre risas “vea, que aquí quieren saber cuáles van a ser las propuestas de la bancada. Eso si es problema suyo.”
PAÍS recibe al que quiera participar, siempre y cuando venga recomendado de algún amigo. Dicen no querer “fiscalizar a nadie”, y de las listas que inscribieron ya han salido tres candidatos por ser menores que la edad mínima permitida, y dos por tener procesos legales en su contra. Tienen a varios candidatos esperando a ver quien sale para tomar sus puestos, incluyendo a algunos indígenas de Opción Centro que se quedaron sin puesto en el último minuto.
Y hay candidatos de todos los sabores, muchos con propuestas específicas y elaboradas, unos primíparos y otros con experiencia en la política. Está Fernando Lozano, desplazado de la costa por los paramilitares; Arnulfo Ramírez, vigilante; Juan Fausto Bordas y Santiago Puentes, ganaderos de San Vicente del Caguán. Fredy Orozco, quien fue gobernador encargado de Caldas en varias ocasiones, entre muchos otros.
PACTO: Por un Estado Teista BÍblico
Este partido cristiano es todo lo que PAÍS no es. Su sede, en el piso once de un moderno edificio en la Avenida Chile, en el sector financiero de Bogotá, donde los visitantes tienen que registrar su huella digital al llegar, sería la envidia de cualquier bufete de abogados. Empleadas vestidas impecablemente atienden tras modernos escritorios de vidrio. El tapete de la entrada dice “que Dios te bendiga” y el azúcar del café es marca “dulce Jesús mio”. En una sola de las múltiples oficinas hay treinta puestos de trabajo, cada uno con un computador nuevo.
El movimiento es la creación del Apóstol Gustavo Páez, un hombre grande y carismático, que entra saludando con cariño y llamando “mi chinito” a todos en la oficina. Dice que lleva 28 años siendo cristiano, tiene dos PhDs en teología y religión de la Universidad de California, y ha sido dos veces concejal de Bogotá. Es el pastor de la sede central del Centro de Alabanza Oasis, que tiene una congregación de 3.000 miembros y una red de entre 30 y 40 iglesias en varias partes del país.
Pero Paez no trabaja solamente con los miembros de Oasis. Tiene una red de 400 iglesias evangélicas de diferentes denominaciones que lo apoyan, cada una con una congregación promedio de 500 personas. A diferencia de otros cristianos como el respresentante Luis Felipe Barrios y la senadora Claudia Rodriguez de Castellanos que trabajan con el partido de La U, los de PACTO no quieren trabajar con grupos que no compartan su “cosmovisión”, es decir, que no comparten su manera de entender la relación entre Dios, la Biblia y el Estado.
Paez insiste en que “cada partido en el mundo tiene su origen espiritual. Los conservadores salen de la Iglesia Católica. Los liberales, como los republicanos y los demócratas de Estados Unidos tienen su origen en las logias masónicas.” Dice, además, que el problema de los cristianos es creer en la separación de la Iglesia y el Estado. “Eso es mentira. Siempre estarán unidos”. Su misión es defender la visión Teista Biblica del universo, que reconoce que Dios está en todas partes, y la Biblia, el manual de comportamiento del ser humano, debe tener un lugar importante en la política.
A diferencia de PAIS, PACTO tiene unas propuestas muy concretas. Entre ellas, fortalecer el fuero laboral del padre para proteger a los hombres cuando sus esposas quedan en embarazo; establecer que las entidades del Estado reserven un porcentaje de sus puestos para los ancianos; y profesionalizar a los pastores. También quieren impedir la legalización del aborto, la eutanasia y el matrimonio homosexual.
Su movimiento había recibido poca atención de los medios hasta que Vladimir Melo, el hombre que lo reemplazó en el Concejo de Bogotá tras su retiro para lanzarse al Senado, fue acusado de haber mandado a matar a su esposa y arrestado por las autoridades a finales del año pasado. Pero, en vez de manchar la reputación del partido, el escándalo despertó la solidaridad entre los cristianos, y de 30 candidatos pasaron a 60 en pocos días.
El pastor dice no tener problemas de financiación, pues, según él, las campañas no valen mucha plata. Aunque eso es dificil de creer viendo las oficinas desde donde trabajan, él insiste en que son prestadas “y la gente nos ayuda con lo que puede: cien volantes por un lado, 50 camisetas por el otro”. Su movimiento no tiene vallas, pero en lo que se gastan la plata la mayoría de los políticos tradicionales -arrendando salones, contratando líderes, reuniendo gente- ellos ya lo tienen gracias a la infraestructura y organización de las iglesias.
Cada iglesia tiene redes familiares que hacen pequeñas reuniones en sus casas con sus amigos, y por ahí se transmite el mensaje. Además, muchas veces después del servicio religioso, los candidatos se quedan hablando desde el atril y los que quieren se quedan a oir las propuestas políticas. También tienen su propia emisora comunitaria.
La organización de la campaña es evidente, y si se considera que 80% de los candidatos de las listas para la Cámara por Bogotá y para el Senado son pastores, que en Colombia ya hay cerca de cinco millones de cristianos, y que la cabeza de la lista para el Senado puede ser visto en un video de su página web llevando a cabo milagros y haciendo caminar a una mujer inválida, es muy probable que este grupo logre el milagro de superar el umbral y ocupe más de una silla en el próximo Congreso.
Hoy en día existen muchas mal llamadas iglesias cristianas, ya que se dedicaron a otras cosas diferentes a las de predicar el evangelio de la salvación, el cual nuestro Señor Jesucristo ordenó que se hiciera en TODAS LAS NACIONES y no que se dedicaran a mezclarse en política u otras cosas que no tienen nada que ver con el Ministerio que ordeno el Cristo Salvador. Deberían preocuparse en serio por llevar más almas a Cristo, que por llenar sus arcas de dinero.
Siempre me pregunto por el momento en que los Protestantes dejaron de llamarse así en el imaginario colectivo para convertirse en "Cristianos". ¿Le tendrán miedo a las connotaciones subversivas del nombre que les asignó la historia? Otrora se mostraban muy orgullosos de él. En cualquier caso considero mejor apoyar la separación entre la Iglesia y el Estado que apoyar a cualquier partido confesional.
A Francier Obando Pinillo, del partido PACTO, le figura una condena del 15 de noviembre del 2007 por EXTORSIÓN, dictada por el juzgado 3 penal especializado de Cali. ESTOS DE PACTO TAMBIEN HACEN PACTOS CON EL DIABLO... HAY ESTA, DE DONDE SACARON LA PLATA PARA TAN LUJOSOS ADITAMENTOS DE CAMPAÑA.
Esta historia sí que está buena. Enretenida y muy informativa. Busca la historia y no espera que le llegue. Concuerdo con Jalule. Cómo nos hacía falta este periodismo.
Al final creo que hay un problema de análisis. Que hayan 5 millones de cristianos (o más) no significa que una mayoría se vaya a votar por ellos ni que garantice el triunfo electoral.
Por un lado, hay que recordar el movimiento de Jimmy Chamorro, el C4, Cristiano, que se quemó en el 2006. (Ahora tiene esta página Web, dada su condición de Presidente de la misma organización, http://www.familiacenti.com/)
Y por otro, que otros pastores cristianos, como los que hacen parte ahora de la 'U' o el MIRA, están también en campaña, y ellos tiene su gente a su favor, siendo muy difícil cambiar la intención de voto, por más milagros que hagan ante las cámaras.
El punto es que tienen una base grande de donde atraer votantes, y un buen sistema de organización. Por supuesto no tienen 5 millones de votos asegurados ni mucho menos, así casi podrían poner presidente ellos solos (Uribe sacó menos de 6 millones en el primer periodo).
Pero es cierto que el umbral es bastante alto... vamos a ver si les alcanza la disciplina.
:) ¿La Silla está haciendo apuestas para hacerme feliz?
Porque lo están logrando. Llámenme sentimental, pero los amo.
Este tipo de notas son realmente relevantes porque llenan el vacío de no conocer por dónde se desarrolla el poder y por donde se despliega el dinero en las zonas medias y de gamas variopintas sociales.
M. Moore decía que el problema principal de los demócratas era que se demoraban debatiendo en lugar de actuar con convicción, por miedo a que se confunda la confianza y la capacidad de crecer con un corazón cerrado, como si la buena ética y la afabilidad fueran sinónimo de pusilanimidad.
Esto es una enseñanza para las personas que en Colombia quieren hacer respetar sus derechos: *la única forma de organizarse no es dentro de una Iglesia o un Ejército*. Veamos si esto influye. Por mi parte, a rotar este link.
La representación política de los grupos religiosos suele ser fuerte por su naturaleza gregaria (para la muestra ver el caso Bush en Estados Unidos, apoyado decisivamente en dos elecciones por el voto de los evangélicos). Los grupos ateos, o más seculares, en cambio, suelen estar poco representados. La paradoja es que para evitar que la infraestructura social y electoral de las iglesias nos lleven a un estado religioso premoderno -como quiere nuestro amigo Apóstol- los seculares tendrán -tendremos?- que pellizcarnos. Muchas gracias por el artículo!
Gracias Jalule :) Precisamente buscamos mostrar como se mueve realmente el poder en Colombia.
Este partido PAIS tambien es ultraizquierdista.
Espero que los partidos grandes actuales se queden ahi y la gente no llegue a votar por estos partidos pequeños pero muy organizados.