Al paso que vamos, muy pronto la cantidad de firmas estampadas en denuncias penales, demandas judiciales, tutelas y todo tipo de recursos sobre el referendo, va a igualar la cantidad de firmas que recogieron los promotores de la inciativa. Tal vez lleguemos entonces a un empate técnico y se acabe el partido.

Un vistazo a todos estos procesos, que llegan por estos días a la Corte Constitucional como pruebas a favor o en contra del referendo, hace pensar que se trata de pacientes con esquizofrenia: en una página el denunciado es el denunciado; en la siguiente pasa a ser denunciante, y en la siguiente es testigo de otro denunciado; más adelante el acusado se vuelve acusador y al investigador le abren su propia investigación.

Como si fueran duelos de papel, todos los implicados disparan memoriales de un lado a otro, radican papeles en la Corte Suprema, en la Procuraduría, en la Fiscalía y en cualquier despacho público donde reciban papel membreteado. Las entidades responden con miles de oficios llenos de gerundios que van de un lado a otro y empiezan a acumularse como periódicos de ayer. Y esos procesos se dividen en dos más y esos dos en diez y esos diez en mil. Las decisiones nunca llegan y nadie tiene la última palabra.

Esta es una pequeña selección de los procesos que giran alrededor del referendo. Algunos ya se decidieron, otros apenas gatean y muchos reviven como zombies, una y otra vez. Para mayor información, visite cualquier despacho judicial.

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