Bernardo Moreno, Secretario General de la Presidencia, se ha visto enredado en gran parte de los escándalos políticos recientes. La Secretaría General maneja el registro de los puestos de libre nombramiento y remoción del gobierno central y además, las relaciones con el Congreso, por lo cual, tradicionalmente se le ha llamado al Secretario General "el hombre de las galletas". Aunque desde hace varios gobiernos, al Secretario General le ha tocado la desagradable tarea de mantener bien aceitadas sus coaliciones en el Congreso repartiendo puestos y favores, en el caso de Moreno se ha vuelto una costumbre para los colombianos ver su nombre mencionado cada vez que hay un nuevo escándalo.
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Que belleza de personaje. Oscuro como su jefe.Y ahora va de Mindefensa. Claro que es igual de oscuro que el anterior mindefensa. Asi no se nota el cambio.
Bueno, pero esto no es extraño. Como dice pereque, es algo que demanda el cargo mismo: recordemos a Germán Montoya con barco, o los fríos ojos azules del Runcho, secretario privado de Pastrana.
Ahora, que del cargo se desprenda lo sucio, no quiere decir que siempre haya habido cosas tan sucias, ni legitima lo que pueda haber hecho este señor Moreno. Más bien creo que se podrían comparar los diferentes secretarios privados apra ver hasta dónde hay clientelismo e ilegalidad en cada gobierno. Sería lindo que lasillavacía hiciera una nota en esta línea.
Como dicen en mucho lugares las secretarias tiene el poder; pero además, en este caso, como el jefe no puede aparecer involucrado, al que le toca firmar es al segundo abordo.
Alguien tiene que hacer cumplir las órdenes y cuidar las espaldas.
Sobre el antes poco publicitado Secretario General de la Presidencia hay que tener una especial consideración. Es tal el cúmulo de funciones que detenta y su cercanía estrecha con el Presidente, que no existe prácticamente actividad alguna de este que no sea conocida, deliberada, concertada, examinada y controlada en sus desarrollos por la dependencia a su cargo. Y ello implica, ni más ni menos, que sus propias actuaciones comprometen la responsabilidad de su nominador y jefe. En otra forma dicho, las intervenciones oficiales de Moreno son para todos los efectos la posición oficial del Jefe del Estado. Así que la nimiedad y el exiguo número de casos en los que está envuelto lo tornan en el personaje clave del régimen. A tal punto que en reciente columna de El Tiempo la poderosa periodista María Isabel Rueda aseguró que este funcionario era el Montesinos colombiano. Es de esperar que semejante afirmación será aprovechada por los investigadores judiciales para que la ratifique y amplíe.