El 16 de septiembre, Piedad Córdoba dijo frente al Parlamento Europeo que “Colombia es una fosa común, el mayor cementerio de América Latina”, declaraciones que como ya se sabe generaron una réplica inmediata del Presidente Santos, de su partido y la indignación de muchos colombianos.
¿Tiene razón Piedad?
Depende de cómo se le mire. Claramente no es Ruanda, donde la matazón se ha extendido a todo el territorio, como quizás podrían haberlo entendido los parlamentarios europeos cuando lo oyeron de boca de la senadora. Y la senadora Córdoba no siempre es la más rigurosa a la hora de dar sus declaraciones. Por ejemplo, cuando afirmó ante canales internacionales que el cementerio de la Macarena estaba “lleno de falsos positivos, asesinatos a sangre fría, y ejecuciones extrajudiciales”, omitió decir que estaba localizado en la antigua zona de distensión y que muchos fueron muertos en combate y no a sangre fría, como lo dijo el informe de la Oficina en Colombia del Alto Comisionado (ver artículo). Así como genera la antipatía de muchos, Córdoba también tiene una audiencia que recibe bien este tipo de declaraciones porque confirman sus peores temores.
Pero aún si es debatible el foro en el que hizo estas declaraciones, la senadora tiene razón en que en Colombia hay una cantidad impresionante de muertos mal enterrados. Enterrados sin nombre y sin el más mínimo ritual de sepultura para sus familiares más queridos.
“En los dos años que llevamos buscando hemos encontrado que hay 9.000 N.N. en cementerios y solo vamos por la mitad de los cementerios legales que hay en el país”, dijo a La Silla Vacía Luis González, el jefe de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía.
González explicó que en su Unidad han llegado a la conclusión que la mayoría de los desaparecidos de Colombia -que según el último reporte de Justicia y Paz equivalen a 32.348 personas- están en los cementerios y por eso una de sus estrategias es buscar las necropsias de los muertos no identificados que están enterrados en cementerios legales. Todavía no han identificado los nombres de las personas que seguramente alguien lleva años buscando porque hasta ahora están dimensionando la cantidad de N.N. antes de proceder a su exhumación. “Necesitamos prácticamente otra Fiscalía para identificarlos a todos”, dijo.

Y esos son muertos que están debidamente enterrados en los cementerios legales. Porque también están las fosas comunes que los paramilitares desmovilizados han ido identificando en las audiencias de Justicia y Paz.
A agosto 31 de 2010, la Fiscalía ha encontrado 2.867 fosas con 3.488 muertos (ver mapa), de los cuales han podido identificar plenamente solo a la tercera parte. Pero hay muchas más si se tiene en cuenta que solo los paras cometieron 2.500 masacres.
En solo una declaración, en octubre del año pasado, el desmovilizado John Jairo Rentería, alias ‘Betún’, miembro del frente Sur del Putumayo de las ACCU, dijo que en una finca llamada Villa Sandra, donde los paras tenían una de sus bases de operaciones, habría unas 800 personas enterradas.
“En esa finca había un grupo permanente de nosotros y allí los urbanos llevaban la gente que iban a matar, se la entregaban a ellos, las ejecutaban y las enterraban por allá. Hay muchísima gente en fosas, yo creo que unas 800 personas”, dijo 'Betún', en una de sus declaraciones que fue recogida por el portal Verdadabierta.com.
“Según relató el ex paramilitar, ese predio fue donado por su dueño a las Accu, para que instalaran allí su base de operaciones. Indagado por qué tomaron la decisión de enterrar allí a sus víctimas, 'Betún' explicó que fue por sugerencia de la policía de Puerto Asís: “nos pidieron el favor que no matáramos más gente en el pueblo porque ellos tenían problemas, entonces dieron la orden de que todo aquel que quisieran matar lo llevaran a la finca y lo enterraran allí”, dice el artículo publicado el año pasado, y que es uno de muchos sobre este tema.
Y fuera de los N.N. enterrados en cementerios legales, de los muertos arrojados a fosas comunes por los paramilitares, están los que la guerrilla asesinó y no han ubicado y también los muertos que los familiares enterraron al lado de sus casas antes de huir.
El viernes pasado, María Zabala, una mujer campesina del corregimiento Martinica de Montería, contó a La Silla Vacía que en 1988, los paramilitares llegaron a su casa y asesinaron a su esposo, a su cuñado y a sus dos hijos. Y así, asesinaron a veinte hombres en total. Antes de irse, le dijeron a los sobrevivientes en el caserío que tenían que abandonar las tierras y vender. Ese mismo día de la masacre, todos salieron huyendo del corregimiento. Pero antes, María, su suegro y su hija enterraron a sus cuatro muertos en un hueco al lado de la casa. “Otros dejaron sus muertos tirados a que se los comieran los gallinazos”, dijo, al terminar la audiencia defesorial sobre la situación del conflicto en Córdoba.
Solo hasta este año, Zabala volvió a su casa, que ya ha cambiado cuatro veces de dueño, y desenterró a sus familiares con la ayuda de la Fiscalía para darles la cristiana sepultura. Estos muertos de María Zabala, como seguramente los de muchas mujeres como ella, no aparecían en las estadísticas forenses.
En Argentina, la Comisión Nacional de Desaparecidos estableció que durante la dictadura 9.000 personas habían sido desaparecidas. En Chile, la Comisión de Verdad y Reparación concluyó que 3.000 chilenos fueron desaparecidos durante el régimen de Pinochet.
Si se compara solo lo que la Fiscalía ya tiene documentado: 9.000 cadáveres sin identificar enterrados como N.N. en la mitad de los cementerios que han podido revisar, más 3.487 muertos encontrados en las fosas comunes que han podido exhumar suman el total de los desaparecidos de las dictaduras del Cono Sur. Cifras que no son ni la mitad de las fosas que han declarado los desmovilizados y que no incluyen la de los N.N. de los cementerios sin revisar aún ni los muertos que arrastran los ríos, ni los enterrados al pie de la casa antes de dejarlo todo.
No soy un seguidor político de la senadora, pero los datos de los que ella solo hace eco son realmente escalofriantes, los mayores males de la sociedad colombiana es definitivamente el paramilitarismo y no la guerrilla (y antes que me crucifiquen, estos también son dañinos y matan y asesinan a la sociedad colombiana), pero desafortunadamente la gran mayoría de las víctimas del paramilitarismo no tienen una voz fuerte como si ocurre con las de la guerrilla (para la muestra está el club el Nogal), ósea fuera de ser N.N., son víctimas anónimas y hay que decirlo, al resto de los colombianos no nos interesa. Miramos en el pasado y aún hoy con cierta complacencia al paramilitarismo y eso nos convierte en cómplices de estas muertes, tenemos que corregir definitivamente el rumbo o nunca nos podremos reconciliar como sociedad o mejor como zoociedad.
Estoy tristemente de acuerdo con usted. Tenemos una traba mental que no nos permite procesar que no sólo uno sino dos grupos han desangrado a este país. Y ni se diga de los militares que han colaborado con los criminales....
Siempre le oi decir a mi abuela "que la verdad no mata a nadie pero puesta en la cara molesta" es lo que ha sucedido con lo informado por Piedad Cordoba, los que se molestan saben que es una realidad en nuestro pais. Si miramos que la gran mayoria de desaparecidos son colombianos con ideas diferentes a las corruptas o por apoyar esas ideas transparentes, se llega facil a la conclución que el pais esta en manos de unos delicuentes asesinos que solo les interesa el poder a costa de la sangre, de la tristeza de los familiares de los desaparecidos, mientras los colombianos sigamos apoyando a esa familia de atroces nuestra patria continuara siendo esa fosa comun de que habla Piedad.
Sólo por si hay dudas, es Ruanda.
http://buscon.rae.es/dpdI/SrvltConsulta?lema=Ruanda
gracias, rosgori, ya lo corregimos.
Este mapa y estos datos son escalofriantes. La senadora tiene razón aunque su estilo no sea el mejor. Lo importante es reconocer que en el país se dieron estos hechos tan macabros, despejar la verdad hasta donde sea posible y retomar un camino de cordura que nos permita asimilar lo sucedido y tener la seguridad de que no se repetirá nunca más. Ojalá lo logremos.
La Capital del Valle no es Armenia, es Cali....
Tiene toda la razón Pedro, pero el mapa es el oficial entregado por la Unidad de Paz de la Fiscalía, La Silla Vacía no alteró ninguno de los contenidos de la imagen. Por ello aparece con ese dato equivocado, que es más un error de forma, pues Armenia aparece bien ubicado en Quindio y luego se repite en Valle.
Por más razón que tenga, Piedad Córdoba quiere sacarle beneficio económico y político a la Problemática Nacional....
Lee ud la mente?Sabe exactamente los pensamientos íntimos de la Senadora?
Puede Ud radiografiar el Alma?Y..Qué opina de las masacres?
Cree que fueron necesarias?
No le aterra esta realidad solo los intereses de >piedad'?
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