Minería tradicional en La Toma, corregimiento del municipio de Suárez, en el departamento del Cauca. Fotos cortesía de La Toma: http://afrodescendientes.com/latoma/?page_id=70
Todo el país tiene fiebre de oro, y Cauca no es la excepción. En el municipio de Suárez se están dando las más duras peleas entre las comunidades locales que viven de la minería artesanal y los privados y multinacionales que quieren explotar el oro con sus grandes dragas.
La última pelea en la zona se ha dado por la explotación de 99 hectáreas de tierra para sacar oro, a nombre de Héctor Jesús Sarria, quien obtuvo una licencia de explotación en el corregimiento de La Toma, Cauca, en abril de 2009. (Ver antecedentes).
La Toma es uno de los corregimientos más viejos del municipio de Suárez, ubicado al pie de la represa de Salvajinas. Actualmente viven cerca de 1.300 familias afrocolombianas que tradicionalmente se han dedicado a la agricultura, pesca y especialmente a la minería artesanal.
Desde que Sarria obtuvo su licencia de explotación de oro, ha intentando ejercer su derecho minero en estas tierras exigiéndole a Ingeominas y al alcalde de Suárez despejar la zona para poder hacer efectivo su derecho adquirido. Sin embargo, no ha podido empezar su búsqueda del oro pues las comunidades afrocolombianas de La Toma no se han ido, y han puesto tutelas para proteger sus derechos sobre la tierra.
Con el apoyo de Sembrar, una ONG de derechos humanos que hace seguimiento a los asuntos mineros, y del movimiento afrocolombiano Proceso de Comunidades Negras (PCN), la comunidad ha resistido y denunciado la ilegalidad de la licencia de Sarria alegando que nunca se hizo una consulta previa ni con la comunidad, ni con el Consejo Comunitario de la Toma. La consulta previa es el requisito constitucional que exige discutir con las comunidades indígenas o afrocolombianas proyectos de este tipo, siempre y cuando los proyectos se hagan en tierras ancestrales de las comunidades.
El pasado miércoles 18 de agosto se iba a realizar el desalojo de la comunidad, pero la noche anterior, luego de que la Defensoría de Pueblo interviniera exigiendo la protección de las comunidades, el operativo policivo se echó para atrás. Sin embargo, las comunidades aún están en riesgo de ser desalojadas.
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La Toma, Suárez, Cauca. |
De momento, la Corporación Autónoma Regional del Cauca (CRC) ha solicitado suspender la licencia ambiental de Sarria hasta que se surta la consulta previa, pero aún es incierta la suerte de esta comunidad pues la resolución no tiene efectos sobre la sentencia proferida por un juzgado en Popayán que dictó una acción de cumplimiento a Ingeominas para hacer proteger los derechos que le confiere la licencia de explotación a Sarria.
“Los afrocolombianos de Suárez vivían y trabajaban en la orilla del río”, dijo Zoraida Hernández, de la Corporación Sembrar. "Con el proyecto de Salvajinas la gente se fue moviendo para La Toma y ahora también los quieren sacar de allá, pero prácticamente la única actividad que tienen las comunidades es la minería artesanal."
El problema más grande que ha enfrentado la comunidad para defender su territorio es que a pesar de que llevan asentados en esa zona desde principios de 1600, no tienen un título colectivo de sus tierras, según cuentan sus líderes y los miembros del movimiento Proceso de Comunidades Negras (PCN).
Además del interés de Sarria en la zona, a unos 35 kilómetros de La Toma, la multinacional sudafricana Anglogold Ashanti tiene interés en explotar 1.404 hectáreas. Por otro lado, James Álvaro Valdiri tiene 3.149 hectáreas, Andrés Rendle 1.717 hectáreas y Raúl Fernando Ruiz 314 hectáreas. En total, en el municipio de Suárez, dos terceras partes del territorio están en trámite para explotación de oro y actualmente más de 10 mil hectáreas de tierra ya han sido concedidas a particulares o a multinacionales para la explotación de oro.
La tensión que hay entre los derechos colectivos de la comunidad de La Toma, y los derechos adquiridos por diferentes privados y multinacionales con intereses en la zona es sólo un abrebocas de los conflictos que se viven y que seguirán desarrollándose por todo el país a propósito del boom minero.
“Para trabajar en grande se necesita mucho campo y eso lo que deja es grandes problemas de deforestación”, dijo Teofilo Acuña, representante legal de la Federación Agrominera del Sur de Bolívar, a La Silla. “Cogen una montaña, la dinamitan, van lavando, cianuran, y así obtienen el oro diseminado, mientras que con la minería artesanal hay muchas zonas verdes que no se tocan porque el trabajo es de baja escala”.
Acuña también explicó que mientras en un día de trabajo de minería artesanal se pueden sacar 100 kilos de oro, con la tecnología del cianuro -propias de la minería a cielo abierto- el oro se saca a diario en toneladas. A pesar de los riesgos ambientales, en Colombia cada vez más imperan los procesos de gran minería, mientras que las técnicas artesanales van quedando relegadas y los mineros artesanales son tildados de ilegales.
La violencia
Además de la tensión entre quiénes explotan el oro – si grandes o pequeños- la gente de La Toma, está expuesta a las amenazas y violencia por parte de actores armados que parecen respaldar las explotaciones del oro en cabeza de los privados.
Desde octubre de 2009 se han acrecentado las amenazas contra líderes de la zona y miembros de organizaciones no gubernamentales que defienden los intereses de las comunidades afro de Suárez. En abril murieron ocho mineros por causas violentas y hoy las personas que hacen presencia en la zona viven bajo constante amenaza de grupos paramilitares bajo el nombre de Águilas Negras.
Entre amenazas y despojo, el caso de La Toma ejemplifica el gran reto que tiene el boom minero en Colombia.
Por un lado, están las comunidades que explotan los recursos y que hoy en día, sin títulos mineros, son considerados usurpadores ilegales de los recursos mineros. Y por el otro lado, están las empresas que adquieren derechos que muchas veces ni pueden ejercer por las restricciones que hay sobre territorios ancestrales, zonas de reserva forestal, o territorios dominados por grupos armados que truncan la búsqueda por el oro.
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Bienvenidos al futuro!!!
Porque es el tiempo de la gente!!!
Mano fuerte corazón grande!!! (el peor y más mitomano de todos los sofismas).
Llego la prosperidad democrática y sus locomotoras !!! Sigue el embeleco en nombre del "progreso y el desarrollo".
Respecto de los casos de minería y del abuso que se comete en este ejercicio lea http://elantagonista.com/2010/08/22/mina-de-suenos/
No entiende uno el proceder de las autoridades mineras en relación con lo que consagran las normas pertinentes sobre el particular.
LAURA RICO precisa en su escrito que la Comunidad minera del Corregimiento La Toma en el Municipio de Suárez iba ser desalojada la noche del pasado 18 de Agosto, mediante un operativo policial, pero que ello no ocurrió por la intervención de la Defensoría del Pueblo.
El Artículo 28 de la Ley 1382/2.010 dice: "Las disposiciones de la presente Ley no modifican ni derogan las garantías y derechos consagrados en la Ley 70 de 1.993 y en el Código de Minas a favor de los grupos étnicos(Comunidades negras e indígenas) y de sus zonas mineras".
Por ello, recalco, no se entiende el proceder de la autoridad minera competente. Las fotos tomadas por LAURA R. nos presentan personas de tez negra. Entonces, en qué quedamos ?. O es que con ello se pretende camuflar al incluir un Artículo pretendidamente de responsabilidad empresarial enunciado con vaguedades ?.
¿Donde están las Autoridades Ambientales?
"Así se fueron construyendo las riquezas de los dominadores, sobre la miseria de los nativos. España primero, los franceses e ingleses después y por último los consorcios yanquis fueron demostrando..., a través de los siglos, cómo las regiones más ligadas a las metrópolis y que constituyen la mayor fuente de riqueza son al final las más empobrecidas, sumidas en el subdesarrollo y la miseria.
"La población negra, entretanto, se sumía en el analfabetismo, la desnutrición, las enfermedades endémicas y la más alta tasa de mortalidad infantil del país".
Así fue hasta mediados del Siglo XX. ¿ Qué ha cambiado hoy y qué tiene de distinto la situación narrada por LAURA RICO PIÑERES en su Informe periodístico sobre la explotación del oro en el Municipio caucano de Suárez ?. Nada, diferente a los dueños a quienes de nuevo se le escrituran las concesiones para un nuevo capítulo de ignominia, de saqueo, de atropello y destrucción del medio ambiente para vergüenza afrentosa de la dignidad.
Otro de los grandes problemas sociales e históricos de Colombia es el que puede observarse en la explotación de la minería. En un importante informe de alguna revista en 1.974 se señala cómo la historia de la explotación de las minas en Colombia "...es la historia del saqueo más despiadado. Extranjeros y criollos con alma de extranjero venían, exprimían el trabajo nativo, se enriquecían y se iban dejando solo la miseria a sus espaldas. Los esclavos negros que aportaron con su esfuerzo la opulencia de sus amos, se escapaban con frecuencia de las minas hacia la selva para vivir como cimarrones, única resistencia posible en ese mundo de 'cristiana civilización'. De esa resistencia surgieron las bandas de negros que irrumpían en los poblados para tomar venganza contra los explotadores y nació la cultura cimarrona, productode la lucha contra la cultura impuesta"
Quiere decir lo anterior que la dominación económica de España se montó sobre la base de la explotación en las minas de oro.