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Napoléon Franco es el encuestador que la mayoría de políticos y analistas políticos consideran más confiable. Dice que nunca había visto que un candidato creciera tanto en una semana como lo hizo Juan Manuel Santos. También dice que la diferencia que le sacó a Mockus es prácticamente imposible de remontar. Fotos: Laura Rico Piñeres. |
Napoleón Franco es el director de Ipsos-Napoleón Franco, la firma encuestadora en la que más confían analistas y políticos por su trayectoria, por el tamaño de la muestra y porque es de las más caras. Fue la firma que hizo la Gran Encuesta para la alianza de medios revista Semana-FM y RCN. Y como todos los demás encuestadores, se descachó por mucho frente al resultado de las pasadas elecciones del domingo. Franco, como los demás encuestadores, no hizo más que defenderse durante la semana pasada. Su argumento principal es que ellos toman la foto hasta ocho días antes de las elecciones y que en esa última semana, cuando la gente finalmente toma su decisión de por quién votar, el Consejo Nacional Electoral no permite divulgar encuestas, una política que solo se aplica en un puñado de países y no precisamente en los más democráticos.
Yo arranqué por la pregunta que muchos se hicieron después de saber que lejos del empate técnico que pronosticaron, lo que había era una ola naranja.
¿Sí puede dormir tranquilo después de causar tremenda desilusión a tanto mockusiano?
Yo duermo tranquilo, por supuesto. De lo que estamos convencidos es que la semana ante de las elecciones había un empate técnico, de eso no tenemos duda.
¿Entonces qué pasó?
Estaba advertido en la ficha técnica y en los gráficos que el resultado podía variar porque teníamos siete días de oscuridad en los que no se mediría el fenómeno, y existía un siete por ciento de indecisos. Sabíamos que iba a a haber una variación, pero nunca nos imaginamos la magnitud de la variación. Esto lo que nos indica es que medir ese período de la semana anterior a las elecciones es trascendental porque están sucediendo muchas cosas en simultánea.
¿Qué tantas cosas sucedieron esa última semana?
En esos siete días controlamos las encuestas, pero siguieron los debates, la publicidad y el volúmen de inversión publicitaria, las columnas de opinión, Internet, Twitter y Facebook. Si controlas el medidor de las variaciones y dejas todas las variables actuando, necesariamente hay una modificación del comportamiento. La última semana es de reflexión donde la gente analiza, vive su proceso de toma de decisiones. Muy poca gente, menos del diez por ciento toma su decisión impulsivamente frente al tarjetón.
En la última semana es el momento en que se hace el trabajo político, se estimula, se le ofrece transporte a la gente, se dan los incentivos lícitos e ilicitos. En esa semana, estamos en la oscuridad porque no se pueden hacer encuestas”– Napoleón Franco
Y si no se puede realmente predecir lo que va a suceder porque todo puede cambiar tanto en la última semana, ¿Sí es ético hacer las encuestas en todo caso teniendo en cuenta la influencia que tienen?
Es que consultar la opinión de la gente no es ninguna amenaza a la ética. Esta encuesta la empezamos en mayo de 2009, porque la alianza de medios dijo empecemos exactamente un año antes para ver cómo se mueve la opinión pública. No medimos el comportamiento, sino las intenciones, y tratamos de ir hasta el momento más cercano a la acción. Para los mismos actores de la política, las encuestas son importantes porque van ajustando las estrategias, van cambiando sus asesores, sus campaña, su discursos. ¿Qué harían si no existieran las encuestas?
Serían felices.
Si los candidatos salen bajitos pierden la financiación, pero no son las encuestas las que les dan dos o seis puntos en intención de voto, son la gente. Los nombres están ahí, dicen si los conocen o no, si votarían o no por ellos. Es la teoría del semáforo, las encuestas arrojan luces verdes, amarillas, o rojas.
¿Cómo definiría las principales tendencias de esta primera vuelta?
Después de ocho años sin elecciones que no estuvieran previstas, se dieron fenómenos interesantes en la lucha por cuál personaje iba a representar el partido; la competencia entre Noemí y Arias, con una dinámica que a mi modo de ver no les favoreció frente a otros cuatro personajes que conocimos en las grandes ciudades y que hacen el esfuerzo para ponerse juntos, para conciliar sus diferencias, para apoyar al otro, en una dinámica comunitaria que sorprendió a la población. Por acá unos peleando, y del otro lado, unos que se están poniendo de acuerdo para hacer juntos una propuesta. Un candidato de cuatro cabezas, ese fenómeno no lo he visto en ningun lugar del mundo. Es muy emocional y se produce el fenómeno de la ola verde.
¿Sí existió la ola verde?
Claro que sí existió. Fue una ola como la de los estadios, todo el partido no se la pasa en ola verde, la ola Coca-Cola en un momento se calma; es una manifestación emocional cuando Mockus tenía 38, ese 38 era un pendulazo cuando la emoción está al máximo, ningún péndulo se sostiene, luego va a quedar en la mitad cuando empatan, empatan dos veces. En la última medición y en la anterior. Los mismos resultados son arrojados por cuatro investigadores, eso da una confiabilidad y una certeza. Algunos candidatos que no ganaron han dicho que los encuestadores se habían confabulado con los medios, pero eran cuatro encuestadores distintos y todos los medios, ¿Cómo se hace un acuerdo de ese tipo?
¿Viéndolo en retrospectiva, había indicios de algún cambio en la tendencia?
Nosotros lo que medimos son intenciones y emociones, cosas mas volátiles y menos afianzadas. El comportamiento del voto exige una convicción para que llegue a una acción. Las mediciones emocionales siempre tienden a ser sobrerrepresentadas en la investigación y subrrerepresentadas en el comportamiento. Pero yo entrego esta intención de comportamiento y uno no sabe qué variables intervienen entre ese día y el día de la elección. Aquí entran una cantidad de variables.
¿Pero por ejemplo, la respuesta al impacto que podía tener lo del supuesto ateísmo de Mockus era una alerta sobre un cambio en la tendencia de la opinión?
Ibamos midiendo en las encuestas cada 15 días qué efecto tenían los debates o la temática que estaba sobre la mesa. El supuesto ateísmo de Mockus fue incluido, así como el que el candidato Santos fumó marihuana. Vimos que fumar marihauana no lo afectó en nada. En cambio, el 50 por ciento de los encuestados dijo que no votarían por un candidato ateo.
¿Qué errores cometió Mockus en la última semana para haber perdido tanta ventaja?
Estoy convencido que los debates fueron determinantes, no tanto por las respuestas como por el comportamiento, la presencia, el dudar o no dudar, el no ser consecuente con algunas cosas y
Mockus desencantó mucho en ese tipo de debates. Las campañas publicitarias también influyen. La de Vargas Lleras era espectacular. También están los temores y el miedo. La gente sueña con cosas ideales pero se afianza al presente. Es más difícil aceptar un cambio que seguir con lo que se tiene. Los colombianos somos muy resignados.
Pero si los debates fueron determinantes, ¿por qué creció tanto Santos, a quién en los últimos dos debates todos los candidatos no hicieron sino acusarlo de todo tipo de cosas?
Tiene que haber muchos factores. No es la primera vez que Juan Manuel Santos quiere participar en una contienda presidencial. No tenía mucha empatía, pero se juntó la temática de ser continuador de un gobierno que cuenta con el agradecimiento de siete de cada diez colombianos. Hay afecto por agradecimiento.
Ese dato de que siete de cada diez colombianos no tienen queja con Uribe, que él hizo lo que nos prometió, disculpa o justifica varias de sus actuaciones. Eso lo hereda Juan Manuel, que termina siendo el único que no se movió mientras se decidía el referendo y que se compromete con esa gesión.
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¿La gente vota por Santos porque es el que Uribe dijo?
La gente está pegada es a su propia seguridad. Y le resta exigencias a quien se la está ofreciendo. Encontramos en los estudios intrafamiliares que la gente dice, es mejor tener papá aunque sea malo, los colombianos lo tenemos adentro. Había una escasez de papá.
¿Cómo más se explica que Santos tenga esa fortaleza en los estratos bajos?
Por lo que representa. Los que están sobreviviendo votan por la sobreviviencia, por los salvavidas, y eso lo sabían las campañas. Lo segundo, es que tenía el aval del Presidente, que era algo muy fuerte, y sus comentarios debilitaban a los otros candidatos.
¿Llegó la Ola Verde al fondo del oceáno y ya nunca volverá a salir de ahí?
No creo eso. La ola verde es una alerta, una luz amarilla. Eso es emocional, es oscilante, pero va adentro, queda ahí incubado como los virus, se mantienen y es una alerta. El 50 por ciento de las personas quieren o creen que debe haber un cambio de costumbres o de prácticas. Lo que pasa es que el pragmatismo gana. Pero ese sentimiento sigue en efervesecencia, llega a volverse una bebida fermentada. En París, hubo una explosión que sorprendió a los científicos sociales, que dicen ‘¿cómo no sabíamos que estaban tan bravas?’.
¿Es esa la emoción de los seguidores de Mockus? ¿La rabia?
No es rabia. Pero Mockus muestra y defiende y propone la contrafaceta, si hay corrupción tiene que haber algo que no es así. Si hay desempleo es porque están contratando a los amigos del gobierno y las contrataciones están amañadas. Son todas las injusticas que se van acumulando, la gente las expresa y el sentimiento queda latente.
¿Ve alguna posibildad de que Mockus le gane a Santos?
Me parece muy difícil porque la distancia es impresionante. Eso es irreversible, porque aunque no se pierde la creencia de la gente que apoyaba a Mockus, sí se pierde la ilusión. La ilusión es el motor que aparece ahí, y ahora aparece el desgano. Se debilita el combustible. Estaba anunciado en el proyecto de Destino Colombia en 1998. Planteaba cuatro rutas o escenarios para el país: el ‘dejemos las cosas así’, el ‘mejor pájaro en mano’, el ‘todos a marchar’, y ‘la unión hace la fuerza’. Seguimos en la etapa de todos a marchar.
¿Conoce algún caso en el que haya sido posible remontar esta ventaja?
Nunca. Tendría que haber un movimiento extraño de maquinaria.
¿Había visto algún caso en que en una semana un candidato le sacara tanta ventaja a otro como ocurrió con Santos en este caso?
Tampoco. Así como hice la consulta de qué países tienen una regulación como la nuestra de no dejar publicar encuestas la última semana, mandé preguntar si un cambio de ese tipo había ocurrido antes. Solo Fujimori en el Perú, en su primera o segunda elección. Es muy extraño. Nunca lo había visto.
Sólo seis países en el mundo prohíben la publicación de encuestas una semana antes de las elecciones.”– Napoleón Franco
¿Cuánto cuesta hacer una encuesta como la suya?
No sé, no me encargo de los asuntos financieros.
¿Por qué los candidatos y las campañas tienen mejores encuestas que las que leemos los ciudadanos?
Las encuestas siempre se comparan entre sí. No es que sean mejor que otras. Las encuestas deben se divulgadas. Todas las campañas hacen una gran inversión en encuestas privadas. En el caso de Ipsos-Napoleón Franco no trabajamos para ninguna campaña, creemos que eso puede afectar la independencia. No es aconsejable. Las encuestas de las campañas preguntan cosas estratégicas. Si miramos el modelo de los norteamiercanos hacen preguntas absurdas. Chequean qué argumento, qué descubrimiento en la vida personal puede afectarle más al rival. Preguntan hasta ‘¿si este candidato no usa calzoncillos votaría por él?’ Esa información queda en privado y es estratégica. En términos de comportamiento electoral tienden a ser especificos. Las campañas sí siguen haciendo encuestas la última semana, lo que se llama un round sample, una muestra rotatativa, la información es casi como un escanner.
¿Van a seguir haciendo encuestas los medios en esta segunda vuelta?
Hice la consulta a los directores de RCN y Semana, y ellos son partidarios de hacer una más en este periodo.
¿Es esta la elección mas particular que ha visto?
La elección más dura fue la del 98, cuando Pastrana se enfrentó con Serpa. Pero esta es más interesante, y más compleja, porque no se están enfrentando dos partidos, sino dos formas de pensar distintas.
¿Cuáles son esas dos formas de pensar?
Es comparar un zapato con una cabeza con corazón.
¿Cómo así?
Los zapatos son la acción, pasan por tierra firme, pasan por barro, lo pragmático, tenemos que pasar, no importa que unos pasen y otros no. En el otro extremo, es el pensamiento y el afecto. Freud lo ve: el Eros y el Tanatos. O la culebra de dos cabezas.
¿A Mockus le falta Tanatos?
Sí.
¿Y a Santos?
Eros.
La gente es mas así. Eso es lo duro de la humanidad. No hay poder humano que modifique eso. Somos así.
Si así fue la campaña de Santos, imagínense lo que será el gobierno.
¿Entonces nos debemos quedar con la "imagen" de una semana antes, de que un candidato no tiene posibilidades de ganar? ¿Qué pasa si en la última semana la percepción cambia, y el candidato que a Ud. le gustaba pero no tenía chance de ganar empieza a crecer en popularidad?
Las encuestas en ningún momento son anti-democráticas porque la gente vota por el candidato que quiere independientemente de las razones. Votar por uno sobre el otro porque uno tiene posibilidades de ganar y el otro no, también es válido.
El problema es que, como Kenneth Arrow probó con su "Teorema de la Imposibilidad", no existe un sistema de votación donde el 100% de la población esté incentivada a votar por su candidato favorito (de hecho NO PUEDE existir, lo que le da al teorema su nombre). En esencia, si Ud. prefiere el candidato A al B y el B al C, pero sabe que si vota por A, C gana y si vota por B B gana, probablemente vote por B aunque prefiera A.
Para mi la credibilidad de este señor quedo en entredicho cuando apareció la encuesta del 13 y 14 de abril. Tres candidatos Jaime Araújo un 5 por ciento, Jairo Calderón, un 5 por ciento y el otro creo que el del sombrero un 3%. 13% los desconocidos, nadie los había visto. Después de esto, entendí que es muy fácil manipular una encuesta en Colombia, aunque puede ser un arma de doble filo. Que me prueben que esto fue estadística pura, este señor no es un oráculo claro, más bien oscurito.
La verdadera razón por la cual va a ganar Santos es Chavez, la influencia de Chavez en la psiquis del elector es demasiado fuerte y todo lo que huela a Chavez es rechazado categoricamente, independientemente de si la posición de Chavez es correcta o no el 95% de los colombianos está en contra de lo que dice o propone Chavez.
Por eso cuando el Polo le pide a Mockus incluir en el acuerdo algo que Chavez ha propuesto el Partido Verde queda en una posición pierde pierde, si acepta queda alineado a Chavez y si rechaza se queda sin el millon y pico de votos del Polo.
Necesitamos sacar a Chavez de la psiquis del elector colombiano antes de poder hacer una propuesta alternativa de poder, no hay nada que hacer al respecto, y eso no se logra en dos semanas, si acaso se logra en dos años
Si hubiesen dejado a la gente votar sin presionarla con Familias en Acción y sin la acción del presidente Uribe, ni la parcialidad de los medios de comunicación, otra hubiese sido la realidad. Eso le sabemos. Hasta sentimos que eso de los huevos era tan fuera de lugar..... Es obvio Juan Manuel, utilizo todas las artimañas (un JJ Rendón) un especialista norteamericano, publicidad negra debajo de las puertas) Porque para que negarlo pero los debates fueron muy sosos y Santos fuera de gago trastabilla mucho.
Las encuestas solo muestran tendencias; en síntesis no son el espejo de la realidad ya que una cosa es el escenario público y otra muy distinta lo que se da detrás de bambalinas. Mockus fue buen candidato hasta que le toco hacer replicas, ripostar en un debate o escenario público cualquier cuestionamiento. “Irónicamente uno de los candidatos más preparados de la contienda caía reiteradamente en juegos de palabras poniendo en duda sus capacidades cognitivas” en fin cedió terreno ocasionando que muchos votantes se fuesen a las tordas de cambio radical. Es de anotar que Santos es un pésimo candidato pero, con la falta de discurso de mockus cualquier cosa es buena.
Como se afirma en el primer párrafo del artículo, Napoleón Franco es el más confiable por el tamaño de su muestra. ¿De cuando aquí una muestra de menos del 1% de la población objetivo produce errores de muestreo de +/- 3%? No me extraña que los encuestadores hayan estado tan equivocados esta vez.
Las encuestas no se cacharon, quien se cachó fue el candidato Mockus con su poder de desconvocar, son muchas las personas que despues de ver al candidato en los debates, resolvió cambiar su intención de voto. Muchas personas que tienen tendendias de izquierda, pensaban votar por el partido verde, no por sus propuestas, porque ese partido no ha propuesto nada en concreto, sólo estribillos, se pensaba votar para cerrerle el paso a Santos, pero se dieron cuenta que Mockus y Santos son uribismo. Esas personas que pensaban votar por Mockus pero ya no, no lo harán en la segunda vuelta y como sigue el candidato verde adoptando posiciones impopulares, lo más probable es que obtenga menos votos que los obtenidos en la primera vuelta.
De todos modos, las encuestas son una farsa. Lo que debe importar es el debate, el discurso de un candidato.
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