Al final del año 2004, en Buenos Aires, Francisco, el nuevo sumo pontífice argentino propició un performance artístico de antología durante la retrospectiva del artista León Ferrari. Arzobispo en ese entonces, el cardenal Jorge Bergoglio calificó la obra de Ferrari como "una blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad", una “burla contra las personas de nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima Virgen María”, exhortó a que se hiciera "un acto de reparación y petición de perdón el próximo 7 de diciembre" y generó una guerra de opinión entre el fundamentalismo católico y el activismo laico. En medio de "51 insultos a Jesucristo, 24 a la Virgen María, 27 a los ángeles y santos, 3 directamente a Dios Padre y 7 al Papa”, como los inventarió un presbitero, el epicentro de la polémica era el ícono de un avión de guerra colgado que servía de soporte a un Cristo crucificado. La obra se titulaba La civilización occidental y cristiana, una escultura de plástico, óleo y yeso, hecha por Ferrari en 1966 para una exposición donde los organizadores la excluyeron optando por la vía purgativa de la autocensura.
Bergoglio no solo incitó a sus fieles sino que fue él mismo quien hizo el peregrinaje hasta el banco para depositar en efectivo los 170.000 pesos (más de 30.000 dólares) que costó la caución que le permitío a la Asociación Cristo Sacerdote judicializar la exposición para cerrarla.
Bergoglio, en sus declaraciones públicas, hizo un salpicón de política y religión, y aprovecho que la muestra estaba organizada en una institución pública para pontificar: “me apena que este evento sea realizado en un Centro Cultural que se sostiene con el dinero que el pueblo cristiano y personas de buena voluntad aportan con sus impuestos”. Fue tanta su insistencia que se creo un estado de opinión confesional que hizo que las cinco empresas patrocinadoras de la muestra se retiraran y terminó por enfermar de populismo a muchos políticos temerosos del voto cristiano, entre ellos a la defensora del Pueblo que tomó la vocería de todos sus “defendidos” para calificar la exposición de “ofensa al pueblo”. La muestra fue cerrada por orden de una jueza de apellido Liberatori el 17 de diciembre de 2004.
“¿Le preocupa la censura de sus obras?”, le preguntaron al Ferrari en ocasión de una exposición anterior donde algunas de sus piezas habían generado airadas reacciones. Ferrari respondió: “A diferencia de la práctica tradicional de los artistas que cuando les censuran una pieza retiran toda su obra, yo dejo el resto, porque me parece que la censura forma parte de la obra. En este caso, por ejemplo, era mejor el espectáculo de la gente afuera que lo que pasaba adentro… Hicieron una misa en la puerta […] y rezaban el rosario, con carteles y figuras religiosas. Hasta me tiraron una granada de gas lacrimógeno. Con la reacción del publico las obras se vuelven una verdadera intervención.”
A esta serie recurrente de acciones teatrales de los corderos de la fe católica, y para el caso de la exposición de verano del Centro Cultural La Recoleta, se sumó al calor infernal de la temporada una contramarcha pagana que enfrentó a los fervorosos creyentes con protestas, fiestas profanas, imágenes blasfemas y letreros: “Iglesia Católica Go Home!”, cantaban unos, "Santa María madre de Dios…", rezaban otros.
El veredicto de la jueza Liberatori fue apelado y un juez de una instancia superior ordenó reabrir la muestra. Ferrari le comentó a un amigo: “¿Leíste el fallo del juez Corti? Por un fallo así, valía la pena la clausura de la muestra”. Y era cierto, el fallo no solo era inapelable sino que resultó una pieza memorable de escritura, algunos apartes dan muestra de su singularidad:
“Mientras que la decisión de las autoridades administrativas de la Ciudad que ejecutan la política cultural porteña muestra el arraigo de las convicciones democráticas, la necesidad de proteger el arte crítico y la realidad concreta de la tolerancia (no como valor ideal sino como práctica de gobierno), la orden judicial de censurar la exposición nos retrotrae a un pasado que es nuestra obligación, tanto como ciudadanos como funcionarios del Estado, impedir que vuelva a ocurrir.”
“El arte es también crítica de las ideas arraigadas, de las creencias (mayoritarias o minoritarias) y, en otro nivel, de las situaciones políticas y sociales. De hecho, hay teorías estéticas para las cuales, ante las características dolorosas de la realidad existente, es parte ineludible del arte la dimensión crítica. Es por eso que, por ejemplo, Adorno cita el siguiente texto de Brecht, sin duda elocuente: “¡Qué tiempos son estos, donde / hablar de los árboles es casi delito / porque ello es callar muchos horrores” […] Desde el punto de vista del orden jurídico, la libertad de expresión artística debe considerar esta situación y proteger al arte crítico y si es crítico no puede obviarse que es molesto, irritante o provocador. Es en el respeto de la libertad de esa forma de arte cuando una sociedad democrática prueba qué valor le otorga a la libertad de expresión artística. Allí se verifica la genuina tolerancia, que lleva a soportar la existencia de una obra artística que molesta, que irrita, que perturba o que desagrada.”
“Allí cuando una avión ataca con crueldad la vida humana, allí está Jesús sufriendo una crucifixión. Esta lectura, suscitada por la obra misma, muestra algo tal vez paradójico, pero que un poco de reposada reflexión puede llegar a considerar evidente: la escultura La civilización occidental y cristiana podría verse como expresión de los valores cristianos de paz, de piedad por el otro, de amor y de rechazo de la violencia y la crueldad. Se estaría ante una crítica cristiana a la sociedad actual, que en general se dice cristiana, pero que quizás, según esta visión, lo sea menos de lo que pretende. También debo decir que al ver la escultura (y luego de observar un grafismo basado en poemas de Borges) me vino a la mente uno de los últimos poemas del propio Borges, Cristo en la Cruz, donde se discurre sobre la crucifixión. El poema concluye de esta forma: “¿De qué puede servirme que aquel hombre / haya sufrido, si yo sufro ahora” […]. Quiero decir: la obra de Ferrari puede ser un testimonio sobre el sufrimiento humano (y sobre el sufrimiento de Dios devenido hombre). Y en esta línea interpretativa, o de pronto, diría yo, la escultura deviene enigmática.”
“Esto es por cierto sorprendente (porque sorprende cómo deviene enigmática una obra excesivamente sumergida en su pretendido mensaje), pero deja de serlo en la medida que se trata de una obra de arte y, como tal, o por ser tal, tiene un inevitable espesor de enigma. Como señala Adorno […] : “Todas las obras de arte, y el arte mismo, son enigmas; hecho que ha vuelto irritantes desde antiguo sus teorías. El carácter enigmático, bajo su aspecto lingu?istico, consiste en que las obras dicen algo y a la vez lo ocultan”.
“Estas últimas reflexiones, que tienen su punto de partida en la escultura de Ferrari, revelan una cualidad del arte: su ambigu?edad. Una obra es susceptible de diversas lecturas, de variadas interpretaciones. Ella no dice algo claramente determinado, sino que expresa una multiplicidad de sentidos. Por eso tampoco una obra de arte suscita sentimientos unívocos, es una multitud de sensaciones, impresiones y sentimientos los que genera en el espectador, emociones que, a la vez, no pueden desligarse de aspectos cognitivos, de ideas o pensamientos, también diversos.”
“Por supuesto, la ambigu?edad de la obra de Ferrari también es posible como consecuencia de la riqueza del propio cristianismo, cuya historia y enseñanza no pueden reducirse a una visión monolítica, uniforme y única. Si bien en los textos del artista (algunos de ellos figuran en el catálogo de la muestra) el cristianismo es ciertamente monolítico, son sus obras las que dicen lo contrario, al aportar el matiz que su discurso no incorpora. Desde otro ángulo puede decirse que si las obras de Ferrari pretenden enjuiciar la historia de la Iglesia desde la perspectiva de los derechos humanos, esos derechos tienen origen, al menos en parte, en la tradición intelectual y cultural del propio cristianismo (así, por ejemplo, el énfasis en la idea de igualdad, cfr. Gál I 3,23).”
“Por las razones expuestas, corresponde revocar la decisión recurrida en cuanto dispuso la clausura de la muestra examinada. Sin costas, cfr. art. 14, CCBA. Esta conclusión vuelve abstracto expedirse con respecto al recurso de apelación deducido por la parte actora con relación a la contracautela y, por lo tanto, nada cabe resolver sobre dicho aspecto.”
La exposición fue reabierta el 4 de enero de 2005 y luego de la cuarta amenaza de bomba, y por común acuerdo entre Ferrari y el Centro Cultural, la muestra fue cerrada al final de mes, cuatro semanas antes de lo previsto.
En su sentencia, el ciudadano Horacio Cortí liberó la obra de Ferrari de la trama esquemática del héroe o del traidor, incluso, como buen interprete —o crítico o curador— hizo del artista ateo y trasgresor un cristiano virginal en "la tradición intelectual y cultural del propio cristianismo", un "crítico cristiano". Al evidenciar la censura, mostró, en últimas, la indiferencia y blindaje de la jerarquía católica ante cualquier metáfora sobre el sufrimiento humano que no esté dada en sus propios términos. La insensibilidad de Jorge Bergoglio quedó al desnudo. El juicio laico del juez argentino mostró la pobreza de miras del entonces Arzobispo de la ciudad de Buenos Aires, sus limitaciones para entender los orígenes de la misma religión que ahora pretende encarnar como Francisco, papa número 266 de la Iglesia católica y jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano.
Otro caso de salpicón político-religioso...
Se les olvida que la exposición de Ferrari, compuesta de cientos de piezas, estuvo en Bogotá en el 2011. Duró tres meses ocupando todo un piso de la Biblioteca Luis Angel Arango del Banco de la República. Hubo una afluencia realmente multitudinaria y nadie amenazó con poner bombas. La pieza más inocente era el cristo del avión. Fue magnífico que el Estado colombiano manifesara su independencia de lo que por aquí llamaron "la religión preponderante" al traer, con fondos públicos, esta memorable muestra. Hay quienes no han entendido que una cosa es profesar una fe y otra cooptar el gobierno, la cultura y la libertad de pensamiento. Con este análisis, que no es una invención ni producto de una campaña, queda claro quién es Bergoglio y qué señales pretendía dar Ratzinger cuando pronunció su oración en español al anunciar su estratégica renuncia. Gracias Lucas por su lucidez, como siempre.
Creo q Bergoglio nos confunde cada vez mas,y es q una persona q en tan pocos dias con la sola salida al balcon papal demostro tanto carisma con su muy prudente modestia en todas las formas posibles en ese momento,como entender su posicion en el 2004?;el carisma logrado en ese momento fue tan grande q incluso yo (que no profeso alguna religion especifica y q como la mayoria de colombianos asistimos a las iglesias catolicas de niños mas llevados q por voluntad,pero con el paso del tiempo por decision unilateral asumimos un alejamiento q poco a poco se asentua con el conocimeinto de las personas q la dirigen,mas no por la misma iglesia),me senti atraido por esa aparente nueva forma de asumir un cargo,Actitud q no debio generar reacciones especiales si la iglesia hubiese mantenido la imagen q debio promover desde siempre,muy contraria a la opulencia exagerada q ha mantenido durante siglos.
Como entender entonces su posicion en pleno 2013,donde a todas luces es totalmentte ..sigue..
..viene.. revolucionario todo lo que piensa,hace y dice?,pareciera que no es un PAPA de transiccion,por lo menos es la actitud que veo el,pero esta la iglesia preparada para dar tremendo salto?,que podemos esperar del mismo PAPA que ha demostrado defender sus convicciones religiosas fervientemente pero q al mismo tiempo dice: yo soy diferente,la iglesia va a ser diferente.
La iglesia catolica no creo permita que precisamente sean los cardenales los que se salgan del rebaño y menos en este nivel,asi que la etapa de transiccion sera la que predomine y el tiempo de duraccion del ''show de don francisco''estara predeterminado mas por las acciones del PAPA que por la misma iglesia,que insisto no creo resista tanto voltage.
Estoy de acuerdo con Lucas. la diferencia entre la "hoguera a Gerlein" y este montaje, es que el primero es buscaba una ofensa directa, mientras que el segundo deja abierta una claro espacio para la interpretaci'on. En todo caso, yo no veo a Jesus disparando bombas, yo veo una muy acertada interpretacion para nuestros dias, de uno de los simbolos mas tradicionales y concidos en el mundo. No veo que irrespete al cristianismo, es mas, me parece que le da relevancia. Pero Estoy de acuerdo con Ratigan. Una de los problemas de criticar o involucrarse con temas religiosos, es que inevitablemente alguien se va a sentir ofendido, pues la religion, construida por dogmas y fe, no da lugar a la existencia de ambiguedades, ni discensos racionales. Y yo creo que, de alguna forma, eso se debe respetar.
Usted ve en la imagen un "jesus disparando bombas desde un avión", otra persona podría haber visto otra cosa, incluso "arte crítico" y además "cristiano", es esa ambiguedad de la imagen lo que el fallo defiende, y claro, es la "ambiguedad" lo que molesta en el arte, soportar la "ambiguedad" es difícil…
Y hablando de Gerlein y su poco gusto por la ambiguedad:
El senador Gerlein visita una exposición de arte
http://esferapublica.org/nfblog/?p=56871
Vaya lio el querer que las convicciones religiosas se impongan sobre lo demás. Cuándo entenderemos la libertad de cultos y de opinión? Cuándo las personas aceptarán que el culto es individual, inherente a una concepción personal y que se tiene todo el derecho a profesarla, como a su vez quienes tiene otra, y quienes no, también? Y que las auotirdades públicas están para garantizar tal autonomía, sin estridencias e imposiciones sobre los demás. Todos tienen derecho a que se les respete su fuero interno. El papa Francisco, podía levantar su cruzada,incluso elevar una acción judicial, que no comparto, pero las autoridades públicas no podían secundarlo. Bien hizo la 2a instancia en reconocerlo, así sea vertiendo su posición artística, seguramente para señalar pedagogícamente las distintas lecturas, pero todas ellas amparables judicialmente o a lo mejor rebatiendo las presentadas por los actores. De todas formas el fallo es una invitación a su lectura, y ahí si posterior critica juridica.
El fallo del juez no deja de ser interesante, pero muy discutible. Dio una interpretación totalmente propia, que para mí no estaba en discusión por ninguna de las partes, y decidió como más le gustaba.
Bueno, a pesar de ello, el escrito muestra a una persona totalmente tolerante y tranquila. Algo que no se puede decir de Ferrari, este arte "crítico de las mayorías" y del autor de la entrada.
Porque, al parecer, escupir en la cara a la religión preponderante en occidente, si lo hace una persona sin ánimos de arte, es una ofensa, pero si lo hace el artista disidente y social bacano en su nicho, es intervencionismo del puro y duro.
Doble moral. Pura incoherencia intelectual.
Jorge, ¿qué tanto conoce de la obra de Ferrari como para hablar eso?
Lo invito a que se empape con ella un buen rato.
Del resto, no podemos hablar de igualdad de condiciones entre la Iglesia Católica como institución y un artista como individuo. Es como decir que una hormiga pisa igual de duro que un elefante, por favor...
<3
HOMERUN! ¡La ha sabido sacar este hombre del Estadio y más allá! Porque lo que pone sobre la mesa es hermoso, porque va hasta la Luna la aplicación en 1:1 en la sociedad colombiana -acá todavía nadie revisa el poder o injerencia de la Iglesia Católica/otras en la cultura y desarrollo del arte en el país- y porque muestra, con nítida y bella claridad, la relación entre el poder y el arte... algo que por este blog (por más progresivo que se piense) les hace falta y MUCHA FALTA tomárselo más en serio.
Lucas, muchas flores para usted. Gracias por esa bocanada enorme de aire fresco. Como curiosidad mía, ¿lo rotarán como texto referencial en Esfera Pública? :P
Lucas: su entrada ilustra de tal manera, que facilita el conocer a Jorge Bergoglio y comprender por qué lo eligieron Papa. El fallo del juez Corti expresa un visión tan humana del hombre, del arte, y del mismo cristianismo, que resulta utópica frente a la concepción mediatizada, elemental y primitiva dominante. Leyendo la entrada y el fallo transcrito parcialmente.me acorde de Voltaire: "La religión es la fuente de todas las locuras y perturbaciones imaginables. Es la madre del fanatismo y de la discordia civil; es la enemiga de la humanidad."
*Copiando frase de Voltaire.*
Usted descubrió lo obvio!
Pero es que Bergoglio tenía toda la razón cuando afirmaba que no se debían usar recursos públicos para promover ese tipo de "arte". Es que con recursos públicos no se debería promover ningún tipo de arte, ni cristiano ni "blasfemo".
¿Le parecería bien que el estado dedicara recursos para difundir películas como esta?
Ahora, lo de la blasfemia es un problema entre la iglesia y el "artista". Y hasta donde sé, a uno no lo podrían censurar por blasfemo. Creo que en eso estamos de acuerdo.
Lo del juez fallando en un tema de estos y mezclando su interpretación artística en el fallo parece un chiste de mal gusto. ¿También le habría parecido una muestra "memorable de escritura" si el fallo lo hubiera escrito alguien de la cuerda del Procurador?
Tremendo fallo.