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Lunes Mayo 29, 2023

La Dimensión Desconocida

El Congreso de la República es la institución más poderosa y más incomprendida del país. Tal vez porque las leyes son como las salchichas, es mejor no saber cómo se hacen. Este blog busca meternos en la fábrica de salchichas

Abogado de la Universidad de los Andes, Master in Business Administration del Instituto Panamericano de Dirección de Empresas (IPADE), México D.F., Master en Políticas Públicas de la Universidad de Georgetown, Washington D.C.

Se ha desempeñado en diversos cargos del sector privado y público, tales como consultor en la oficina de Fernando Londoño Hoyos Abogados Asociados, Viceministro de Defensa Nacional, Cónsul General de Colombia en México D.F., asesor en asuntos gubernamentales de la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo. Así mismo es socio fundador de la firma Urdaneta & Vélez Abogados.

Luis Guillermo Vélez Cabrera se desempeñó como Superintendente de Sociedades entre 2010-2014

Igualmente, ha sido Presidente de la Asociación Colombiana de Importadores de Licores y Vinos (ACODIL) y miembro de numerosas juntas directivas de importantes empresas del sector público y privado.

Dentro de sus publicaciones se destaca: “Los objetivos de las normas antimonopolísticas: Planteamientos para un Debate”, Revista de Derecho Privado, Universidad de los Andes (1992).

Twitter del autor

Hilos temáticos:

Por esto días el comandante de las FARC, Timoleón Jiménez, ha estado particularmente activo en Twitter.

No solamente le ha dedicado coquetos trinos (que después le tocó borrar) a la tuitera Paola Celis, una acuciosa comentarista política que además posa en los bikinis más pequeños jamás fabricados, sino que recientemente envío cinco entradas celebrando los 98 años de la “gran proeza de Lenin que dio como resultado la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas” como un “ejemplo perdurable e indestructible en la lucha de los pueblos por alcanzar la libertad”.

En corto tiempo, continuó el tuitero, esta revolución “convirtió a un pueblo empobrecido y explotado en una potencia mundial” que luego sucumbió por sus debilidades internas “desviando la ruta inicial” y desapareciendo sin que hubieran desparecido las “situaciones económicas y sociales que la originaron”.

Nada de raro tiene que un marxista convencido celebre la revolución bolchevique, lo cual por demás le imprime a la cotidianeidad política cierta pintoresca diversión, como cuando los candidatos republicanos dicen que Adán y Eva caminaron junto a los dinosaurios o cuando se reúne la Sociedad de la Tierra Plana para demostrar que las fotos de la tierra tomadas por la NASA desde el espacio son un montaje.

Sin embargo, cuando leí uno de los trinos, aquel que aplaudía a la revolución por convertir  “a un pueblo empobrecido y explotado en una potencia mundial” mis dedos no aguantaron y le conteste por el mismo Twitter que sí, que puede que el desarrollo acelerado de la URSS hubiese sido cierto, pero que para lograrlo “mataron a 30 millones de personas en el proceso”.

Cuál sería mi sorpresa cuando recibí una respuesta del mismo Timochenko, o por lo menos desde su mismísima cuenta. ¨La exageración y la desfiguración un principio de la propaganda de guerra que incluye sacar los hechos de su contexto”, me escribió el comandante.

Supongo que es un avance democrático que la respuesta hubiera sido un argumento y no una corona fúnebre. En serio. Por cosas como estas es que estoy convencido que el proceso de paz marcha por buen camino y que es indispensable para construir la civilidad política.

Sin embargo, el argumento no es para nada convincente y algo preocupa. Para empezar nadie está en guerra con la Unión Soviética porque ya no existe, noticia que parece que se ha demorado en llegar al domicilio epistolar de las FARC en las “montañas de Colombia”.

El muro de Berlín se cayó no porque se hubieran “desviado de la ruta inicial” sino precisamente por lo contrario, porque persistieron en contra de toda racionalidad social y económica, en la ruta inicial, o sea el credo marxista-leninista.

Independientemente de la discusión ideológica, donde lo claro es que ningún modelo teórico se debe tomar como dogma de fe, lo cierto es que Timochenko me acusa de dos cosas: uno, de falsificar los hechos (“exageración” y “desfiguración”) y dos, de descontextualizarlos.

A estas alturas negar la existencia de los Gulags es como negar la existencia del Holocausto. Aún no se sabe con exactitud si el régimen soviético mató a 20 o 30 millones de personas y esclavizó a otro tanto en su afán por volverse una “potencia mundial”, el asesinato en masa no es algo sobre lo cual se llevan estadísticas exactas, pero los crímenes de los bolcheviques no tienen discusión.

De hecho quien primero los confesó fue el mismo premier soviético, Nikita Kruschev en el 20º Congreso del Partido Comunista de 1956, algo que Timochenko convenientemente olvida.

Inclusive antes de la colapso de la Unión Soviética, en un estudio publicado en una revista oficial del régimen se hizo la siguiente relación de terror:

  • Un millón encarcelados o exiliados desde 1927 hasta 1929, falsamente acusados de ser saboteadores o miembros de partidos de la oposición.
  • Nueve millones a once millones de los campesinos más prósperos expulsados ??de sus tierras y otros dos millones a tres millones detenidos o exiliados en la campaña de la colectivización agrícola forzada de la década de 1930. Muchos de ellos se cree que fueron asesinados.
  • Seis millones a siete millones de muertos en la hambruna de castigo infligida a los campesinos en 1932 y 1933.
  • Un millón de exiliados de Moscú y Leningrado en 1935 por pertenecer a familias de la nobleza antigua, comerciantes, capitalistas y funcionarios.
  • Cerca de un millón de ejecutados en el ''Gran Terror'' de 1937-38, y otros cuatro a seis millones enviados a campos de trabajos forzados de los que la mayoría no regreso.
  • Dos millones a tres millones enviados a campos por violar las leyes laborales absurdamente estrictas impuestas en 1940.
  • Por lo menos diez a doce millones ''reprimidos'' en la Segunda Guerra Mundial, incluyendo a millones de soviéticos alemanes y otras minorías étnicas reubicadas por la fuerza.
  • Más de un millón de detenidos por motivos políticos desde 1946 hasta la muerte de Stalin en 1953.

La segunda acusación, sobre el contexto, es más fácil de responder: no hay contexto que justifique el genocidio, así de simple.

Decía que el argumento de Timochenko algo preocupaba, no tanto porque fuera en contravía de la realidad histórica sobre lo que pasó en la Unión Soviética, que al fin y cabo es un debate académico, sino porque será el mismo Timochenko quien deberá afrontar en carne y hueso la realidad histórica de lo que él y su organización han hecho en Colombia durante los últimos cincuenta años.

No podrá decirnos que la masacre de Bojayá, la bomba de El Nogal, la Ley 002, el reclutamiento masivo de menores, los miles de secuestros y “ajusticiamientos”, las violaciones, los abortos forzados, los campos de concentración de prisioneros, el narcotráfico, los cilindros bomba y el uso indiscriminado del terror son una “exageración”, en contra del testimonio de 48 millones de colombianos que saben lo contrario.

En cuanto al contexto, se explicará diciendo que todo fue culpa de la oligarquía, de los yanquis, del imperio, los paras, de Santander que mató a Bolívar, de los terratenientes, del Frente Nacional, de Cristóbal Colón, del capital financiero y de Monseñor Builes. Le faltará, como al Hijo de Sam, echarle la culpa al demonio que poseyó al perro del vecino, quien era en realidad el que ordenaba los asesinatos.

Al final, este episodio tuitero ilustra lo que mucha gente sospecha: que la comandancia de las FARC aprendió a no tenerle miedo a la dureza de la guerra, pero que le tiene pánico a la verdad. 

Comentarios - Cada usuario tiene la posibilidad de incluir solo tres comentarios
Lun, 2015-11-09 09:37

precisamente se trata la Habana d evitar q lleguemos a esos 30 millones pero, al parecer a muchos les duele q apenas llevamos 8 y añoran la continuidad d la guerra, x la cual mueren y d la cual VIVEN, se dé por la vías tradicionales al sistema político q nos gobierna y, q d TODOS TAMBIEN es igualmente conocido.

YO no sé q’ Ud. Espera cuando habla Timochenko o Furibe a través d esa alcahuetería dl twitter, q en últimas, no es + q tirar piedras y esconder la mano cuando deciden borrar las brutalidades q mayoritaria y normalmente se dicen ahí.

Es como si nos pusiéramos a RECORDAR los 200 años d vida republicana y sus miserias q nos alcanza para ser unos subdesarrollados y pare de contar, xq ni el 2025 d la + educada, ni PeñalosaRota, ni Vargas, nI., nos va a sacar d este anonimato enemundista.

Si d verdad apoya el proceso, q se note, y no sea q le pase como a la Ruedaloca d la W q se ahoga en sus propias babas.

Si TODO no fue culpa d la oligarquía, entonces .... FUE MIA?.

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