Un fantasma recorre a Colombia: el fantasma del voto nulo. A pocos días de las Elecciones para el Senado de la República, la masa está comprometida en un pacto silente.
El día de la contienda los jurados de votación notarán cómo algunos ciudadanos, en el cubículo privado para sufragar, se tomarán más tiempo del habitual. Después, cuando la terna y los testigos electorales verifiquen cada voto, el paisaje será desolador. Las instituciones democráticas serán profanadas por un profuso bacanal de signos: insultos, monitos, monigotes, rayones, espiralitos, obscenidades, consignas, poemas, mandalas, secretos, confesiones, jeroglíficos, diagramas, toda una marejada de constelaciones sobre millones de tarjetones en un irrespeto absoluto por las fronteras —ficticias, casi en su totalidad— que separan a una colectividad política de otra.
En las pasadas elecciones legislativas de 2010 en Colombia el voto nulo fue legión y, según datos finales de la Registraduría, ocupó la tercera posición: más de 2 millones de votos nulos (aproximadamente el 11% del Senado —traducible a 10 curules— y el 15% de la Cámara —traducible a 38 curules—).
Desde el arte ya se presagia lo que ha de acontecer y este viernes y sábado en la Galería Valenzuela y Kleener, en Bogotá, se mostrará una exposición reveladora. El nombre y su autor no podían ser más explícitos: Oclocracia de Don Nadie. Acompaña a este ominoso vaticinio un texto, Apología al voto nulo de Joaquín Pablo Urias, Profesor Titular de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, España. Algunos fragmentos:
“Como están las cosas, el voto nulo es la única opción auténticamente libre, crítica y alternativa que nos deja el sistema electoral. Hay quienes pensamos que las elecciones políticas se utilizan mayormente como mecanismo de dominación: su función es exclusivamente legitimadora del sistema.
[…]
cada cuatro años se le da a la gente a elegir entre unas pocas opciones para designar a quienes mandan (realmente nunca hay más de dos, apurando mucho tres, opciones reales de gobierno). Su dominación, a partir de entonces, aparece como fundada democráticamente.
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Hay que diseñar, pues, estrategias eficaces pero correctas y consecuentes con la crítica indicada. ¿Cuáles? Esencialmente puede pensarse en tres: abstención, voto en blanco, voto nulo.
[…]
la opción más reivindicativa, no cabe duda de que es el voto nulo. Ante todo, implica saltarse las normas, optar por algo que no está previsto como opción. El voto nulo es el voto de los torpes, de los analfabetos, de los que se equivocan al votar; nunca es malo estar con los analfabetos. Utilizar políticamente el voto nulo es subvertir el sistema. Lanza un mensaje de denuncia activista: nos saltamos las reglas.
[…]
el voto nulo es el único voto libre, porque es el único voto realmente creativo. Denunciamos que nos den a elegir como borregos entre dos o tres opciones (muy parecidas entre si). La vida es múltiple, compleja y rica. Las opciones son miles y dependen de cada persona. Con el voto nulo cada uno puede votar a quien quiera, imaginario o real. El voto nulo sirve tanto de ejercicio de la libertad de expresión como de denuncia.
[…]
Por último, el voto nulo es el único voto activista. Quien vota nulo se molesta en pensar y elaborar una papeleta, se molesta en ir al colegio electoral... y todo ello para realizar un acto de protesta, sin más valor que el de la denuncia pública y simbólica. Ese es el modelo de activista social que transformará la sociedad globalizada. No el que sigue a los partidos y sus sistemas a modo de masa gigantesca hacia el palacio de invierno, sino el creativo, luchador e independiente; imprevisible; autónomo.”
Este domingo: todos a votar, sí, y a rayar, a convertir en papelógrafo el tarjetón, a cambiar ese tachoncito solemne y apocado de fervor, resignación y trata electoral, por un gesto pictórico que marque a más de uno, o a todos, pero que a ninguno le otorgue la representación del poder. La única representación válida será un dibujo. El voto nulo es un harakiri electorero pero es un satori electoral.
Al final diremos, bueno, por lo menos las elecciones produjeron arte, puede que, en última instancia, esta tragicomedia sea para eso.
Yo sé que el tema no va realmente de votos nulos, pero igual las indicaciones sí fueron confusas. En el tarjetón decía sobre el voto preferente "Haga una sola marcación" en el número del candidato, que es lo mismo que decir que no marque el partido político. En la página, la Registraduría decía lo contrario, que el voto es nulo si solo se marcaba el número, mas no el partido. Y los videitos informativos que salieron decían que se podía marcar el número, o el número y el partido (que es lo mejor, porque quién va a ver esa marquita en un número tan pequeño). Finalmente, ¿qué es lo que se usa, y cuál de todas estas indicaciones tuvieron en cuenta los jurados?
Comparto que el voto nulo es quizás la mejor forma de hacer manifiesta una protesta sobre los candidatos -lastimosamente-, tan solo a nivel de papel. Los sufragios [qué palabra tan apropiada en sus acepciones mortuoria y electoral...], sin embargo; cada vez son menos útiles para cambiar las cosas.
Sería muy bueno saber cuántos votos fueron nulos a conciencia, y cuántos por confusión; porque esto me diría si los políticos fueron más listos al eliminar los monachitos de las fotos y los nombres de cada candidato en los tarjetones de ayer...
Cuando estas cosas pasan, ya no es tan divertido
Es cierto, nuestro sistema electoral, y el de casi todo el mundo, es una tragicomedia. Pero el argumento de que la oposición al participar en las elecciones lo que hace es legitimar la continuidad del sistema corrompido que nos gobierna, que conduce a concluir que lo apropiado es el voto nulo, en blanco o el no votar, para posicionar la protesta, la denuncia pública y simbólica, no va a lograr la subversión del sistema, la transformación de la sociedad globalizada, el cambio. Para el caso del voto en blanco en las elecciones parlamentarias, y dado que ni nuestra historia ni las actuales “encuestas” le dan ni un mínimo de probabilidad de lograr la mayoría absoluta, el resultado será facilitar la elección de los partidos argamasa de gamonalismo, clientelismo, mafia y corrupción, y la eliminación de los partidos pequeños que no pasen el umbral, los cuales mayoritariamente hacen control político desde la oposición. Pero si nos da lo mismo democracia o dictadura, apague y a dormir.
Esa campaña del Polo para captar el voto en blanco es lo más pírrico y patético que pueda haber. Más que ser una opción real de poder, lo que les interesa es mantener sus curulcitas con el discurso de siempre, polarizante e incendiario, para mantener activa a su camada de fieles... y claro, unos voticos de mas no sobran, luego hay que echar mano de los votos en blanco.
No al voto en Blanco,.. Si hay x quien votar
La ignorancia, torpeza y brutalidad no radica en la jocosa exposición artística de Lucas, sino en comerse el cuento que No hay con quien contar.
No al voto en Blanco,.. Siii hay x quien votar
E X C E L E N T E E.............., PEro cErO en ConDUctA
Lucas, me puede decir cómo le hago para comunicarme con la galería?, estoy en Cali.
No es Ociocracia sino OCLOCRACIA: "El gobierno de los peores, en su propio beneficio, mediante la manipulación de una muchedumbre acrítica cuya sumisión proviene de la certeza de su propia impotencia."
Dicho y hecho.